Kazajistán firmó oficialmente su adhesión a los Acuerdos de Abraham, el pacto impulsado por Estados Unidos en el año 2020. Con esta decisión, la nación centroasiática se convierte en un nuevo aliado diplomático de Israel y amplía el alcance de un acuerdo que ya incluye a otras naciones de mayoría musulmana o islámica.
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Su incorporación se enmarca en un contexto en donde Medio Oriente continúa bajo tensión, sumado a un complejo reacomodo de alianzas regionales. La entrada de Kazajistán abre nuevas oportunidades de cooperación económica, tecnológica y diplomática con Israel, y proyecta la política exterior kazaja hacia nuevas alianzas estratégicas con Occidente.
Kazajistán se suma a los Acuerdos de Abraham
Kazajistán formalizó su adhesión a los Acuerdos de Abraham en una ceremonia celebrada en su capital, Astaná, donde participaron autoridades locales, representantes israelíes y funcionarios de Estados Unidos. Con esta firma, el país se convierte en el primer Estado de Asia Central en unirse a la iniciativa que promueve la normalización de vínculos con Israel.
La decisión fue interpretada como una jugada diplomática estratégica, que busca fortalecer su posición internacional y diversificar sus alianzas en un escenario global cada vez más competitivo. En los últimos años, el gobierno kazajo intentó consolidarse como un puente entre Oriente y Occidente, participando activamente en foros multilaterales y ofreciendo su territorio como sede de negociaciones internacionales.

Además, la adhesión abre la posibilidad de cooperación en sectores clave como energía, agricultura, tecnología e innovación. Israel, por su parte, ve en Kazajistán un socio relevante para extender su presencia diplomática y económica más allá del Medio Oriente, en una región donde predominan los vínculos históricos con Rusia y China.
Para Estados Unidos, principal impulsor del acuerdo, la firma representa un nuevo logro en su estrategia de fortalecer el eje pro occidental en torno a Israel. El país norteamericano celebró el gesto kazajo como una muestra del creciente alcance de los Acuerdos de Abraham y del compromiso por la estabilidad regional.
Acuerdos de Abraham: qué son y qué países lo firmaron
Los “Abraham Accords” fueron firmados en septiembre de 2020 bajo la mediación de Estados Unidos, durante el primer mandato de Donald Trump. Su objetivo principal fue normalizar las relaciones diplomáticas entre Israel y varias naciones árabes, promoviendo la cooperación política, económica y de seguridad en una región marcada por décadas de tensiones.
Los primeros países en adherirse fueron Emiratos Árabes Unidos y Baréin, a los que luego se sumaron Sudán y Marruecos. Estos acuerdos incluyen la apertura de embajadas, el inicio de vuelos comerciales directos, y proyectos conjuntos en áreas de defensa, energía, turismo y tecnología.

Además, significaron un cambio profundo en la percepción de Israel dentro del mundo árabe, que históricamente había condicionado su reconocimiento a la resolución del conflicto palestino.
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El nombre “Acuerdos de Abraham” hace referencia a la figura bíblica compartida por el judaísmo, el cristianismo y el islam, y simboliza la intención de tender puentes entre pueblos históricamente enfrentados. Desde su creación, el pacto fue respaldado por Estados Unidos y visto con cautela por Irán y otros actores que lo consideran una maniobra para reforzar la influencia israelí y estadounidense en la región.
Con la adhesión de Kazajistán, el alcance del acuerdo se expande fuera del Medio Oriente, incorporando por primera vez a un país de Asia Central. Este paso refuerza la idea de que los Acuerdos de Abraham ya no son solo una iniciativa regional, sino una plataforma de cooperación internacional con impacto geopolítico global.




