El presidente de Francia, Emmanuel Macron, acaba de designar al tercer primer ministro de su segundo período al frente del país. François Bayrou, ex miembro del Parlamento Europeo, asumirá el liderazgo del gobierno en medio de una crisis política, marcada por la minoría legislativa y la desconfianza del resto del arco político.
Quién es François Bayrou
De larga carrera en la política nacional, Bayrou es encasillado como un político de centro e independiente, pero en el pasado supo estar alineado a la derecha. Ganó relevancia entre 1993 y 1997 como ministro de Educación durante la presidencia de François Mitterrand. Desde ese entonces, se desempeñó como asambleísta, eurodiputado, ministro de Justicia de Macron, y alcalde de Pau desde 2004.
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Fue presidente de la extinta Unión para la Democracia Francesa, que pasó de ser una alianza partidaria a una coalición unificada bajo un mismo nombre. Con este partido se presentó como candidato a las elecciones presidenciales en 2002 y 2007.
En esta última, ocupó el tercer lugar con el 18,57% de los votos y decidió aprovechar su imagen para crear el Movimiento Demócrata (MoDem), lo que le valió ser uno de los tres miembros del partido en conseguir una banca en la Asamblea Nacional.

Sin mayor injerencia en la toma de decisiones de los gobiernos de Nicolas Sarkozy y François Hollande, François Bayrou decidió apoyar a Emmanuel Macron en los comicios de 2017, quien terminó venciendo en la segunda y convirtiéndose en presidente de Francia. En una clara devolución de favores, Macron le dio el Ministerio de Justicia, aunque solamente duró 34 días en el cargo.
El partido fue acusado de la contratación fraudulenta de asistentes en el Parlamento Europeo. La investigación por corrupción lo forzó a dejar el liderazgo del partido y su cargo ministerial, aunque en febrero de 2024, la Justicia lo absolvió bajo “el beneficio de la duda” a pesar de haber condenado a MoDem.
El aún jefe de Estado vuelve a ratificar su confianza en François Bayrou y le unge como primer ministro, el tercer nombramiento en 2024, con la responsabilidad de construir alianzas en la Asamblea Nacional.
El gobierno francés precisa que los parlamentarios aprueben el Presupuesto 2025 y las reformas impulsadas por Macron, como los fondos para el área de seguridad social que desencadenaron la salida de su antecesor en el cargo, Michel Barnier.
Borne, Attal y Barnier, las víctimas de la crisis política en Francia
Élisabeth Borne fue la primera elección de un reelecto Macron para conformar el gobierno de Francia. Fue la segunda mujer en ocupar el cargo de primera ministra, aunque en enero de 2024 tuvo que renunciar.
La funcionaria fue presionada por las protestas en repudio a la reforma jubilatoria que aumentaba la edad de 62 a 64 años y la legislación de inmigración que buscaba fortalecer la capacidad del Gobierno para deportar extranjeros. La creciente presión social forzó una remodelación del gabinete para sostener el segundo mandato de Macron.

En reemplazo de Borne asumió Gabriel Attal, el primer ministro más joven de la historia con 34 años. Quien ocupaba hasta ese entonces el cargo de ministro de Educación, llegó para estabilizar la conducción y brindar gobernabilidad en un contexto de descontento generalizado y desventajas políticas.
Sin embargo, la imagen de Macron se desmoronó a nivel nacional y tuvo un duro revés en las elecciones para el Parlamento Europeo a mediados de año. Attal adelantó los comicios legislativos para salvar la representatividad de Juntos por la República en la Asamblea Nacional, ante el crecimiento del Nuevo Frente Popular y de la derecha representada por Marine Le Pen y Jordan Bardellla.
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Pese a los esfuerzos, Emmanuel Macron y sus aliados quedaron en tercer lugar y aún más relegados en los tercios que componen el Parlamento. Como consecuencia de la significativa derrota, Gabriel Attal presentó su dimisión y dio paso a Michel Barnier, quien duró pocos meses en el cargo tras intentar aprobar el presupuesto en seguridad social por decreto.
La medida le valió dos mociones de censura en el Parlamento francés por parte de Reagrupación Nacional y Francia Insumisa, siendo la de este último la que finalmente prosperó y sacó a Barnier del gobierno.