Escribe Fabiรกn Calle (*)
Si algo marca una diferencia entre el Donald Trump I y el Donald Trump II, a partir de su toma de posesiรณn el prรณximo 20 de enero como presidente de los Estados Unidos, es que el mandatario republicano llegarรก, esta vez, con un equipo de futuros funcionarios de primera, segunda y tercera lรญnea mucho mรกs organizado y planificado que en 2017. Se trata de una compleja combinaciรณn de lealtad y capacidad, dependiendo del cargo y responsabilidades.

Donald Trump sabe que el cambio constante de colaboradores, que tuvo en el pasado, no ayudรณ a optimizar la gestiรณn. Desde ya, todo esto tiene un marco mรกs general y de vital importancia, como es contar con mayorรญas en las dos Cรกmaras del Congreso y la legitimidad que le brinda la victoria en el voto popular y el respaldo de una Corte Suprema, de tendencia conservadora.
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Trump: replanteos profundos en el Pentรกgono
Mรกs allรก de que seguramente avanzarรก de manera clara y contundente contra la agenda woke en las Fuerzas Armadas de EE. UU., en temas tales como la transexualidad y la primacรญa de las autopercepciones que no coinciden con la biologรญa, tambiรฉn se pondrรก el foco en potenciar el monto y calidad de la inversiรณn en Defensa. Buscando ir por arriba de los tres puntos del PBI y priorizar tecnologรญas, doctrinas y estrategias orientadas a contener a China y, en menor medida, a Rusia.

Es clara la intenciรณn del presidente electo de marginar las posturas que pretenden orientar a las Fuerzas hacia tareas centradas en la lucha contra las guerrillas y los grupos terroristas, tal como se vio despuรฉs de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Afganistรกn, Irak, Libia y Siria.
Otro campo importante de innovaciรณn serรก el de recrear en los jรณvenes la voluntad de sumarse a la vida militar. La combinaciรณn de la retรณrica woke, que imperรณ en la administraciรณn Biden-Harris y el TikTok chino, programado para desanimar esa vocaciรณn en los EE. UU., hizo mella en los nรบmeros de aspirantes a lo largo de los รบltimos aรฑos.

La OTAN: mayores responsabilidades a los socios europeos
Con respecto a la OTAN, los socios de Washington geogrรกficamente mรกs cercanos a Rusia -Polonia, los paรญses bรกlticos, Rumania, Turquรญa y la misma Alemania- tendrรกn que asumir la responsabilidad principal frente a Moscรบ.
A los restantes componentes de la Alianza Atlรกntica, la nueva administraciรณn Trump los quiere orientados a colaborar con EE. UU. en las zonas de Asia-Pacรญfico y el รndico, frente a las ambiciones de China. Las fuerzas navales britรกnicas, francesas, italianas y espaรฑolas se destacan en ese listado.

A una OTAN mรกs interactiva, Washington pretende sumar el aparato militar de Japรณn -que contarรก un โvรญa libreโ para un masivo rearme-, India -que se transformarรก en un aliado de vital importancia en la zona-, Australia, Taiwรกn, Corea del Sur, Filipinas y Vietnam, estos รบltimos vecinos con diferentes pendientes con Pekรญn.
Por รบltimo, pero no por ello menos importante, el escenario que representa la puja bipolar entre Washington y Pekรญn harรก que se asignen mรกs partidas presupuestarias a las fuerzas navales y aeronavales, asรญ como a la infanterรญa de marina y a la Fuerza Aรฉrea. Tambiรฉn se brindarรก, previsiblemente, un mayor financiamiento a los vectores de ataque nuclear situados en tierra, mar y aire, de corto, mediano y largo alcance.
(*) El autor es director del Instituto de Seguridad Internacional y Asuntos Estratรฉgicos (ISIAE) del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).