La política de deportación de Donald Trump se sostiene en la Ley de Enemigos Extranjeros, una ley establecida en 1798, que permite expulsar a extranjeros de naciones consideradas una amenaza para la seguridad nacional. Con este recurso, tres vuelos salieron desde Estados Unidos hacia El Salvador con casi 300 personas acusadas de ser integrantes de la organización criminal venezolana Tren de Aragua.
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Qué dice la Ley de Enemigos Extranjeros y cómo funciona
A 22 años del nacimiento de Estados Unidos, el país se encontraba amenazado por Francia, una potencia mundial que contaba con presencia en el territorio hoy conocido como Canadá. El gobierno del presidente John Adams temía la presencia de espías y saboteadores que generaran un marco propicio para un avance francés en la excolonia británica.
Por ese motivo, el Congreso sancionó en 1798 la Ley de Enemigos Extranjeros con apoyo de Adams, la cual le otorga a la Casa Blanca la potestad para ordenar la detención y expulsión de ciudadanos de aquellos países con los que el país se encuentre en guerra.

La ley fue aplicada en solo tres ocasiones: en 1812, durante la invasión británica, que llegó a incendiar la Casa Blanca; mientras que la segunda y tercera vez ocurrieron durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. En ambos conflictos globales, cientos de miles de personas de nacionalidad alemana fueron deportadas, pero también italianos y japoneses, una medida alimentada por el ataque de Japón a Pearl Harbor.
Desde ese entonces, la normativa no había sido utilizada nuevamente hasta el regreso de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos. Inicialmente, el mandatario clasificó al Tren de Aragua (TdA) y a los carteles de narcotráfico de México como organizaciones terroristas y ordenó mayor rigurosidad en el accionar policial en las principales ciudades y en los controles fronterizos.
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Estados Unidos: los argumentos de Donald Trump para las deportaciones
Los allanamientos y detenciones de presuntos miembros de la agrupación criminal venezolana propiciaron la segunda fase del plan de Trump, la invocación de la Ley de Enemigos Extranjeros. El presidente argumentó que el gobierno de Venezuela está detrás de un plan de desestabilización en territorio estadounidense y apoya la inmigración ilegal y las actividades delictivas del TdA.
Con esta base argumental, el republicano dispuso que se encuentra en guerra con Venezuela y la ley de 1798 le permite ordenar y expulsar ciudadanos extranjeros, en este caso los venezolanos detenidos.

En tres vuelos que salieron desde Texas, casi 300 personas fueron deportadas rumbo a El Salvador para ser alojados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), donde compartirán celda con miembros de la Mara Salvatrucha (M-13) y las dos facciones del Barrio 18, otra de las organizaciones criminales diezmadas desde la asunción de Nayib Bukele.
La medida ya fue cuestionada por el presidente del Tribunal del Distrito de Columbia, James Boasberg, quien ordenó la suspensión de las deportaciones hasta que se clarifiquen los procesos judiciales utilizados en cada caso y si la administración Trump desobedeció la orden judicial de Boasberg.