En las últimas elecciones de año, Uruguay votará a su próximo presidente en segunda vuelta el próximo domingo, tras unos primeros comicios que arrojaron una victoria del Frente Amplio sobre el oficialismo agrupado en la Coalición Republicana.
Al no llegar a superar el 50% de los votos en los comicios generales celebrados el 27 de octubre, la jornada del 24 de noviembre definirá al mandatario que gobernará por los próximos cinco años.
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Yamandú Orsi, el Frente Amplio apuesta a Canelones
Las elecciones del 27 de octubre dejaron a Yamandú Orsi como el candidato más apoyado por los uruguayos con el 43,85%. Esta victoria le dejó al partido la mayoría parlamentaria en el Senado con 16 de las 30 bancas, 48 diputados en la Cámara de Representantes y una base sólida para lograr la presidencia. Respecto a los comicios de 2019, el Frente Amplio creció en todos los departamentos y en 12 fue la opción más votada, entre ellos la capital de Montevideo, donde gobiernan desde 1989.
La coalición opositora surgió en 1971, siendo relativamente nueva en la composición política nacional, y agrupa a los partidos de centroizquierda e izquierda como una opción al bipartidismo entre Colorados y Blancos. Con el regreso de la democracia en 1984, se consolidó como uno de los tercios que definen las elecciones. Vio sus primeros frutos 15 años más tarde con la mayoría legislativa y con las presidencias de Tabaré Vázquez y José Mujica, quienes gobernaron el país desde 2005 hasta el año 2020.
Con el liderazgo de Mujica, el Movimiento de Participación Popular (MPP) se consolidó hace años como el principal partido del Frente Amplio y para estas elecciones logró imponer a Yamandú Orsi para la candidatura presidencial, superando el 50% de los votos en las internas de la alianza.
Orsi tiene su base en el departamento de Canelones, donde ocupó el cargo de secretario general entre 2005 y 2015 y también fue intendente en el período 2020-2024. Sin mucha imagen nacional, el actual representante de la izquierda uruguaya hizo de la transparencia un tema de campaña, ante las denuncias que condicionaron el gobierno de Luis Lacalle Pou. La fórmula presidencial es, junto a la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, otro punto de apoyo para la proyección del FA.
Álvaro Delgado, obligado a revitalizar al Partido Nacional
Los principales indicadores económicos a la baja, reclamos sociales y numerosas causas judicializadas que implican a funcionarios y parlamentarios, el oficialismo quedó relegado a un segundo puesto en la primera vuelta. La Coalición Republicana obtuvo el 26.82% -655.426 votos- y, si bien sólo perdió una banca en cada cuerpo legislativo, el resultado implica un grave retroceso desde 2019.
El Partido Nacional es la fuerza estrella de la Coalición Republicana, la alianza de derecha, y es el partido más antiguo de Latinoamérica, creado en 1836, contemporáneo a la conformación de Uruguay como un Estado independiente. También conocido como Partido Blanco, gobernó durante 35 años con candidatos propios, de facto y en gobiernos fusionistas con el Partido Colorado, el otro actor tradicional de la política uruguaya.
El último presidente del partido es Luis Lacalle Pou, el actual mandatario en funciones, quien no puede ser reelegido, ya que la Constitucional Nacional no lo permite. En busca de continuar en el poder, el Partido Nacional propuso a Álvaro Delgado como candidato presidencial y prevaleció en las internas de la coalición derechista.
Contrario al caso de Orsi, Delgado tiene una mayor proyección a nivel nacional gracias a una trayectoria como representante nacional por Montevideo, senador en el período 2015-2020 y en el último tiempo ocupó el cargo de Secretario de la Presidencia bajo la presidencia de Lacalle Pou.
La apuesta de la Coalición Republicana hizo foco en la continuidad del oficialismo, en sintonía con el anuncio de Diego Labat, hasta el momento presidente del Banco Central del Uruguay, como eventual ministro de Economía y Finanzas si vence el 24 de noviembre. En ese sentido, también comunicó que continuará con la idea de un gobierno de coalición, manteniendo el contacto con los líderes de las fuerzas que integran la alianza.
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Qué dicen las encuestas para la segunda vuelta en Uruguay
Rumbo a la segunda vuelta, Yamandú Orsi y Álvaro Delgado hacen los últimos esfuerzos para captar a los votantes indecisos y principalmente a los partidarios. El Partido Colorado, antaño la principal fuerza del país con 139 años de gobernanza, quedó relegado a un tercer puesto con 392.592 votos.
Tanto la Coalición Republicana como el Frente Amplio se disputan a los militantes colorados que componen la mayor fuente de votantes a convencer. El resto de las fuerzas políticas agrupan a 203.484 uruguayos, lejos de ser un factor decisivo.
Un antecedente a tener en cuenta es la elección de 1999, la competencia entre Tabaré Vázquez del FA y Jorge Batlle del Partido Colorado. Vázquez había vencido en la primera vuelta, pero Batlle logró remontar en el ballotage con una alianza con el Partido Nacional. Este fue el primer intento real de conformar una coalición entre los dos partidos mayoritarios por fuera de los gobiernos fusionistas durante el siglo XIX.
Para este año se espera que se achique la brecha entre los dos candidatos y todos los votos cuentan para las coaliciones que se disputan la presidencia. La dinámica competitiva es tan tradicional que cuatro de las últimas cinco elecciones se definieron en segunda vuelta, siendo la excepción la victoria en primera instancia de Tabaré Vázquez en 2004.
Las encuestadoras Opción, Equipos y Fáctum dan como ganador a Orsi por una ventaja de dos a cuatro puntos porcentuales, una diferencia que está dentro del margen de error contemplado para las consultas al electorado.
