El Movimiento al Socialismo (MAS) se encontraba en una profunda crisis antes de las elecciones a presidente que confirmaron el giro de Bolivia hacia la derecha.
Entre candidatos de última opción y el boicot de Evo Morales, se produjo la victoria de Rodrigo Paz y el segundo puesto de Jorge Quiroga Ramírez, que dejó a la izquierda fuera del balotaje y debilitó las intenciones de posicionarse como primera fuerza de oposición.
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El boicot de Evo Morales, ¿un golpe intencional a la izquierda?
Desde febrero de 2025, el MAS y Evo Morales transitan caminos separados. La pelea por el liderazgo entre el expresidente y el actual mandatario, Luis Arce, produjo una fractura irreparable en el partido gobernante que tuvo sus efectos en la campaña electoral.
Los partidarios de “Evo Pueblo”, la fuerza política fundada por Morales tras su salida del espacio que lo acompañó entre 2006 y 2019, convocaron a distintas manifestaciones que afectaron la gobernabilidad e incluso las condiciones económicas, ya agravadas durante el período de Arce.
En el último año se profundizó la caída de las reservas, el aumento de la inflación al 16,2% y el desabastecimiento energético a los principales sectores del país, entre ellos la minería.

La crisis económica y la ruptura en el Movimiento al Socialismo facilitaron la llegada de nuevos candidatos, especialmente de la derecha, que se planteaba como una alternativa a lo experimentado en los últimos 19 años.
Evo Morales llamó a “voto nulo” en masa para transmitir el descontento de su inhabilitación, pero también de la representatividad de los otros espacios izquierdistas. Según las cifras reportadas, se produjeron 1.252.449 votos anulados (19,29% de los emitidos), un número más que importante si se tiene en cuenta que Rodrigo Paz ganó con 1.625.882 de votos.
Por este motivo, los candidatos planteados por la izquierda, Eduardo del Castillo para el MAS y Andrónico Rodríguez para Alianza Popular, rindieron por debajo de los niveles pronosticados incluso en el marco existente. Rodríguez se posicionó por encima de Del Castillo en las elecciones, 8,3% contra 3,2%, pero lejos de las cifras obtenidas por la derecha, que dirimirá entre sus candidatos el balotaje del 19 de octubre y el futuro del liderazgo nacional.
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El MAS, de un gobierno con 55% de apoyo, a quedarse fuera de la oposición
En tan solo cinco años, el rendimiento del Movimiento al Socialismo cambió radicalmente. En 2020, el actual presidente, Luis Arce, venció en primera vuelta con el 55% de los votos y, en 2025, pasó al sexto lugar por detrás de la derecha y otros candidatos de la izquierda.

La crisis del partido que gobernó Bolivia entre 2006 y 2025 no se visualiza solo en la ausencia en el poder ejecutivo, sino en ambas cámaras legislativas. Con los resultados oficiales, el MAS pasará de tener 75 bancas a 1 sola en la Cámara de Diputados.
En la Cámara de Senadores, el panorama es más hostil. Entre los bloques de Luis Arce y Evo Morales agrupaban una mayoría de 21 parlamentarios desde 2020, pero la estrepitosa derrota del 3,2% lo dejará sin representación en la cámara baja.
De esta forma, se desdibuja la intención de Arce y Morales de reconvertir el partido en una fuerza opositora influyente contra lo que será el primer gobierno de derecha en Bolivia de los últimos 23 años.




