Tras meses de enfrentamientos, Donald Trump volvió a mediar un acuerdo de paz para Gaza. El plan prevé el desarme de Hamás, la liberación de rehenes y la reconstrucción del enclave con apoyo internacional. La propuesta recibió el respaldo de Turquía, Qatar, Arabia Saudita y Egipto, lo que refuerza su alcance regional y abre una posible vía hacia la estabilidad.
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No es la primera vez que Trump impulsa un pacto en Medio Oriente. En 2020 presentó el “Acuerdo del Siglo”, una propuesta que buscaba resolver el conflicto israelí-palestino, pero que fracasó por el rechazo de Hamas. El plan favorecía ampliamente a Israel y dejó afuera a la agrupación terrorista, lo que explica parte del escepticismo frente a este nuevo intento de paz.
Plan de paz para Gaza: los puntos centrales del acuerdo impulsado por Trump
El reciente plan de paz impulsado por la actual administración republicana propone un alto el fuego definitivo en Gaza tras casi dos años de conflicto.
Entre sus principales puntos se contempla la liberación de los rehenes, tanto vivos como muertos, que aún permanecen en manos de Hamás. El plazo extendido para la devolución fue de 72 horas, junto con el cese total de la operación militar israelí en el territorio palestino.
Además, Israel se comprometería a liberar a cientos de prisioneros palestinos, mientras que el grupo militante deberá desmovilizarse, entregar su armamento y desmantelar su red de túneles. En un comunicado, Hamas advirtió que la disolución completa del grupo es inviable, aunque está abierto a negociaciones.
El plan también contempla la posibilidad de amnistía o un paso seguro al extranjero para todo aquel miembro de Hamas que entregue sus armas.
En otro de los puntos, se garantiza la entrada inmediata de ayuda humanitaria y el inicio de una etapa de reconstrucción bajo supervisión internacional, con inversiones globales y creación de empleo. Además, Israel se compromete a no ocupar los territorios del enclave, desmilitarizando la zona.
La propuesta recibió el apoyo diplomático de Turquía, Qatar, Arabia Saudita y Egipto, lo que le otorga una legitimidad regional inédita. Sin embargo, aunque Hamás manifestó su intención de liberar a los rehenes y devolver los cuerpos de los fallecidos, exigió revisar varios puntos del pacto antes de firmar.
Entre sus condiciones figuran la garantía de un cese real de los bombardeos israelíes, la claridad sobre el control de las fronteras y que la administración interina de Gaza quede en manos de una autoridad palestina independiente, sin supervisión extranjera directa.
“Acuerdo del Siglo”: el fallido intento de paz
En 2020, durante su primer mandato, Donald Trump presentó lo que él llamó el “Acuerdo del Siglo”, un plan que prometía poner fin al conflicto israelí-palestino.
Aunque en ese momento no existía una guerra abierta como la que se desató en los últimos dos años, las tensiones eran evidentes por la histórica rivalidad entre ambos, por lo que surge la propuesta de un plan pensado para redefinir la relación entre Israel y los palestinos y evitar una escalada mayor.
Sin embargo, desde el inicio generó rechazo entre los palestinos, ya que favorecía ampliamente a Israel, permitiendo la anexión de asentamientos en Cisjordania y limitando la soberanía del enclave palestino.
El plan incluía la creación de un fondo de inversión de 50.000 millones de dólares para proyectos económicos y de infraestructura, condicionado a que los palestinos aceptaran los términos impuestos por Israel y Estados Unidos. Además, exigía que los grupos armados, incluido Hamás, se desarmaran, y planteaba restricciones sobre el control de fronteras y el espacio aéreo palestino.
La propuesta fue rechazada de manera unánime por la Autoridad Palestina, que la consideró una imposición que no respetaba los derechos nacionales del pueblo palestino. La exclusión de Hamás y la falta de consenso entre las facciones palestinas llevaron al fracaso del plan, lo que dejó un antecedente que explica algunos de los puntos del nuevo acuerdo de paz.
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A diferencia del fracaso de 2020, esta vez parece existir una posibilidad real de acuerdo con Hamás, que ya aceptó parcialmente liberar a los rehenes y entregar los cuerpos de los fallecidos, y demostró predisposición a negociar.
Sin embargo, todavía resta que continúen las negociaciones para definir los detalles y resolver los puntos de tensión, como el control de fronteras y la supervisión internacional. Aun así, aunque sea un paso inicial, representa un avance significativo hacia una tregua y la posible estabilización de Gaza.
