La operación “Inundación de Al-Aqsa”, perpetrada por Hamas el 7 de octubre de 2023, fue una acción minuciosamente planificada por el grupo terrorista. De acuerdo con la reconstrucción realizada posteriormente por The New York Times, agencias militares y el servicio secreto de Israel conocían las intenciones del grupo palestino desde hacía más de un año, y hasta le habían dado un nombre en código a este osado plan: “Muro de Jericó”.
Las fallas de seguridad en los controles fronterizos con la Franja de Gaza permitieron a los terroristas palestinos penetrar en territorio israelí. Participaron en la ejecución de estos ataques unos 1.200 milicianos. Tal como documentó la ONG Human Rights Watch, se cometieron ejecuciones y actos de violencia sexual, mutilación y despojo de cuerpos, uso de rehenes como escudos humanos, saqueo y pillaje en las propiedades atacadas.
Además de las Brigadas Qassam, brazo armado de Hamas, participaron de este macabro plan la Yihad Islámica y miembros de otras tres organizaciones palestinas: el Frente Democrático para la Liberación de Palestina, el Frente Popular para la Liberación de Palestina y las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, este último asociado a Fatah, el partido que lidera la Administración Nacional Palestina (ANP).

El inicio de una jornada sangrienta
Todo comenzó en horas de la madrugada del día posterior al cierre de la fiesta del Sucot o de las Cabañas, que recuerda los 40 años que el pueblo judío pasó en el desierto tras liberarse de la esclavitud en Egipto. Alrededor de las 6:30 empezaron a caer en territorio israelí los primeros cohetes disparados desde la Franja de Gaza, que fueron el punto de partida de una jornada espeluznante.
En ese mismo momento, con excavadoras y explosivos, miembros de Hamas destruyeron partes del muro perimetral que separa a Gaza de Israel. Mediante el uso de drones, Hamas atacó también las torres de vigilancia y sus células formadas por varios hombres comenzaron a ingresar con motos, automóviles y camiones. Otros lo hicieron con paracaídas impulsados por motores.

Los principales ataques de Hamas
Los mayores ataques fueron los que se dirigieron a los jóvenes que participaban del festival de cine Supernova en Re’im, donde fueron asesinadas 364 personas; y a los kibbutzim, comunidades agrícolas cercanas a la frontera con Gaza. Entre estos últimos, la peor matanza ocurrió en el kibbutz Be’eri, donde penetraron 340 terroristas, que asesinaron a 101 habitantes y secuestraron a otros 30, de los cuales once aún siguen cautivos, según información de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Otros kibbutz particularmente golpeados fueron Kfar Azza, con 64 víctimas fatales, y Nir Oz, con 46 muertos.
En la base militar de Nahal Oz, por su parte, fueron asesinados 66 soldados israelíes. Según los investigadores, para ingresar, los terroristas utilizaron una sustancia tóxica, que aparentemente fue arrojada desde la entrada del edificio que albergaba el centro de mando. Los terroristas consiguieron acceder al recinto con al menos seis vehículos blindados y tomaron como rehenes a cinco jóvenes mujeres que prestaban servicio allí.

Otras dos localidades que sufrieron el embate de Hamas fueron Sderot, donde hubo 51 muertos, y Ofakim, con 53 víctimas fatales. La primera de ellas, ubicada a menos de un kilómetro de la frontera norte de Gaza, estuvo casi seis meses deshabitada, y recién en marzo de 2024 sus habitantes comenzaron a retornar a sus hogares. La segunda, a 25 kilómetros de Gaza, fue el centro urbano más distante atacado en el marco de esta campaña terrorista.
Por su parte, de acuerdo al listado oficial del gobierno israelí, hubo 36 víctimas de los terroristas en Ashkelon y 27 en Beersheba. También hubo 19 muertos en la playa Zikim, en la que también ingresaron los terroristas de Hamas con una embarcación y desataron una masacre.