En el mayor acuerdo energético de su historia, Israel selló con Egipto un contrato multimillonario para la venta de gas natural del yacimiento Leviatán, descubierto hace 15 años en aguas del Mediterráneo. Los socios del consorcio operador, las firmas israelíes NewMed Energy y Ratio y la multinacional Chevron, tienen hasta el próximo 30 de octubre para confirmar que cumplen las condiciones del acuerdo y anunciar la decisión final de inversión.
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Valuado en 35.000 millones de dólares, el contrato triplicará las exportaciones de gas israelí a Egipto de aquí a 2028, pasando de 4500 a 12.000 millones de metros cúbicos anuales. De esta manera, se amplía notablemente el acuerdo original firmado en 2018 y que dio paso, en enero de 2020, al inicio de las operaciones de compraventa de gas entre los dos países. Hoy, según la plataforma de datos JODI-Gas, el gas israelí representa entre el 15 y el 20% del consumo doméstico egipcio.

Venta de gas: las dos fases del acuerdo entre Israel y Egipto
Se ejecutará en dos fases. La primera deberá concretarse en el primer semestre de 2026, con la ampliación de la producción y de la infraestructura de transporte. Incluiría la conclusión del tramo marítimo Ashdod-Ashkelon, que permitirá sumar una capacidad de transmisión de 2000 millones de metros cúbicos al gasoducto East Mediterranean Gas (EMG).
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En una segunda instancia, se construirá el gasoducto Nitzana, tal como acaban de acordar Chevron con Israel Natural Gas Lines, la compañía estatal que opera la infraestructura de transporte de este país. A partir de una inversión estimada de 610 millones de dólares, el nuevo ducto tendrá una capacidad de transporte de 6200 millones de metros cúbicos anuales.

Egipto, un país sediento de gas y energía
Actualmente, con más de 110 millones de habitantes, Egipto atraviesa una severa crisis energética que llevó al gobierno a tomar medidas de ahorro y obligó a cortes programados de luz durante los días más calurosos del verano. El consumo de electricidad alcanzó, a fines de julio, un récord histórico de 39.400 megavatios.
Con una matriz energética fuertemente dependiente de los combustibles fósiles, el país destina más del 80% del gas que consume a la producción de energía eléctrica. La producción doméstica procedente del campo gasífero Zohr, también ubicado en aguas del Mediterráneo, ha venido declinando y registra una reducción del 40% respecto de su pico de producción de 2021.

En vistas a una diversificación de sus fuentes de energía, en la actualidad, se encuentra en construcción la central nuclear de El-Daaba, con tecnología rusa, que estará lista en 2029 y tendrá una potencia instalada de 4800 megavatios. Una vez en funcionamiento, podría satisfacer el 10% de sus necesidades de consumo eléctrico.
Mientras tanto, de cara a 2040, el país tiene el ambicioso objetivo de aumentar del 12% al 40% la participación de las energías renovables en su generación eléctrica.