Con el objetivo de producir y exportar hidrógeno y amoníaco verde desde la costa santacruceña, la compañía New Energy Argentina acaba de relanzar un proyecto muy ambicioso. Se trata de Gaucho Wind to Hydrogen and Green Amonia, una iniciativa que se desarrollará en una locación ubicada entre Puerto Deseado y Punta Quilla.
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Con una potencia total de 8777 megavatios, producidos a partir de energía eólica, la futura planta proyecta una producción de 0,62 millones de toneladas anuales de hidrógeno verde y 3,51 millones de toneladas de amoníaco verde. El destino serían, principalmente, los mercados europeos.

La financiación y ejecución de esta iniciativa estará a cargo de la alianza conformada por la compañía europea de energías renovables RP Global y el grupo inversor francés Mirova, que se dedica a proyectos sustentables. Forma parte del programa internacional de aumento de la producción de hidrógeno (H2Uppp), apoyado por el Ministerio Federal de Economía y Energía de Alemania.
Qué son el hidrógeno y el amoníaco verde
El hidrógeno verde es un combustible limpio que se obtiene a partir del proceso conocido como “electrólisis”, que consiste en la separación de la molécula de agua (H₂O) en hidrógeno (H2) y oxígeno (O). Solo emite vapor de agua y no deja residuos contaminantes, lo que lo convierte en un insumo ideal para la descarbonización del transporte y la industria pesada.
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Por su parte, el amoníaco es utilizado para la producción de fertilizantes y una variedad de productos químicos e industriales. A diferencia del amoníaco convencional, que utiliza como insumo el gas natural, el amoníaco verde no genera emisiones de CO₂ y permite reducir sensiblemente la huella de carbono de sectores intensivos en consumo de energía. Otro de sus posibles futuros usos es como combustible para el transporte marítimo.

En el caso de Europa, ambos permitirían reducir la dependencia de los combustibles fósiles y del gas natural, en particular. Según proyecciones de las instituciones comunitarias con sede en Bruselas, para el año 2050 el hidrógeno verde deberá cubrir aproximadamente el 10% de las necesidades energéticas del Viejo Continente.
Energía verde: una oportunidad para la Argentina a nivel doméstico e internacional
En ese sentido, un estudio de la consultora alemana Agora advierte que “si bien el amoníaco verde continúa siendo más costoso que su equivalente convencional, está emergiendo un mercado global de amoníaco verde debido a las políticas de descarbonización en Europa y Japón, así como las exigencias de combustibles ecológicos en la industria mundial del transporte marítimo”.
A nivel doméstico, el informe señala que “el mercado de fertilizantes de Argentina depende en gran medida de las importaciones y la producción convencional de amoníaco”. Por lo tanto, proyectos como Gaucho Wind permitirían acelerar la transición energética a nivel local, expandir la producción doméstica y ubicar a nuestro país en el mapa mundial de exportadores de estas nuevas energías.

“Argentina posee una oportunidad única para aprovechar el apoyo de la comunidad internacional y aventurarse en un esfuerzo estratégico para desarrollar una industria doméstica de fertilizantes e hidrógeno verde”, añade Agora. Y concluye que una estrategia adecuada podría generar “importantes beneficios socioeconómicos para Argentina, además de una mayor productividad agrícola, una mayor generación de valor interno y de empleos, una mejor balanza comercial, y menores emisiones de gases de efecto invernadero, en particular, en el sector industrial”.