Hace más de 200 años el general José Francisco de San Martín se reunió con un grupo de pehuenches: el Libertador quería obtener datos estratégicos para poder concretar el cruce de la Cordillera de los Andes. No solo accedieron, sino que, durante ese parlamento, aquel pueblo se manifestó decidido a tener una parte activa contra el enemigo.
- Te puede interesar: ¿Quiénes son las tropas especiales del Ejército Argentino que operan en el Aconcagua?
Ese encuentro reveló dos puntos claves: la importancia de contar con información sobre el terreno y el oponente, y la relevancia de este punto de la Cordillera. Un dato: el mencionado encuentro sucedió a muy pocos kilómetros de las unidades militares que tiene el Ejército Argentino en la localidad mendocina de Campos de los Andes. De hecho, una de ellas es única en su tipo: se trata del Regimiento de Caballería de Exploración de Montaña 15.

DEF visitó sus instalaciones y pudo conocer de cerca su razón de ser. Pese al paso del tiempo, la obtención de información sigue siendo vital. La diferencia: además de mulas, esta unidad cuenta hoy con modernas motos adquiridas por la Fuerza para llegar a los puntos más recónditos de los Andes y, así, cumplir con la difícil misión de permanecer en la Cordillera para, como explicaron, poder ser “los ojos del comandante en el terreno”.
Los hombres y mujeres del 15 están probados y capacitados para la hostilidad de la alta montaña. Pero, sobre todo, están sumamente convencidos de poder dejarlo todo en el cumplimiento de la misión.

DEF en Campo de los Andes
El paisaje de Campo de los Andes, ubicado en la localidad mendocina de Tunuyán, interpela a cualquier visitante. Los altos picos, varios de ellos cubiertos de hielo y nieve, y las características del suelo y el clima no hacen más que generar un interrogante: ¿cómo hacen los efectivos del Ejército Argentino para operar en la hostilidad de la Cordillera?
Incluso San Martín tuvo esa preocupación. Antes de su histórica epopeya, manifestó: “Lo que no me deja dormir no es la oposición que puedan hacerme los enemigos, sino el atravesar estos inmensos montes“.

Lo cierto es que, desde aquellos tiempos, hasta el presente, la Fuerza continuó trabajando y reforzando sus misiones en los Andes. De hecho, dentro del Ejército existe una aptitud especial, la de Montaña, que solo presumen aquellos que, tras haber pasado un determinado tiempo y haber aprobado rigurosas capacitaciones, pueden sentirse orgullosos de haber desafiado este ambiente geográfico particular y saber, a ciencia cierta, cómo hay que desenvolverse en él. Esos conocimientos no son en vano, pues, en definitiva, inclinan la balanza cuando se trata de una cuestión de vida o muerte.
- Te puede interesar: Brigadier general Isaac en la Conferencia de Ministros: “Estamos atentos a las nuevas amenazas”
Y, como si todos esos saberes no fueran poco, un grupo de personas se adiestran para ser los primeros en entrar en contacto con el enemigo: no solo para enfrentarlos, sino para observarlos mientras avanzan. Mientras lo hacen, tienen que evitar ser detectados.
El Regimiento de Caballería de Exploración de Montaña 15

En diálogo con DEF, el jefe del Regimiento de Caballería de Exploración de Montaña 15 “Libertador Simón Bolívar”, teniente coronel Darío Sosa, contó que el nombre de la unidad es el resultado de un intercambio con Venezuela: desde 1962 una unidad de ese país lleva el nombre de “General San Martín” y, el Regimiento 15, el del prócer caraqueño.
“Aquí trabajan cientos de hombres y mujeres. Esta es la única unidad de caballería de montaña que tiene la Brigada de Montaña VIII (de Mendoza). Es, además de exploración”, dijo.

¿Por qué los Ejércitos del mundo necesitan unidades enfocadas en la exploración? “Nosotros, junto con los Cazadores de Montaña, somos de las primeras tropas que se despliegan. Es decir, para que el comandante pueda planificar, primero nos envía para reunir información que le sirva para determinar la maniobra. Tenemos que pasar información sobre las características de las tropas enemigas en el frente y la situación del terreno. Eso necesita el comandante de nosotros para empezar a dibujar la maniobra”, respondió Sosa.
- Te puede interesar: Franco Colapinto vs. F-16: quién resiste más fuerza g, ¿un piloto de F1 o uno de avión de caza?
En palabras de la máxima autoridad del Regimiento, existen unidades de exploración y, a su vez, en cada unidad de la Fuerza hay secciones especializadas en el tema. “Nadie manda a su grueso si antes no sabe qué es lo que hay adelante”, comentó.
La caballería en el Ejército y en la historia argentina
En Campo de los Andes, el Regimiento, además de adiestrarse para el cumplimiento de su misión, realiza prácticas en técnicas de equitación y utilizan caballos y mulas en el accionar diario. ¿Por qué, en el 2024, se siguen utilizando estos animales para el transporte?

“En sus orígenes, nuestro Ejército fue hipo móvil. Las armas y soldados se transportaban a caballo. Después, dentro del arma de Caballería, el caballo fue reemplazado por el tanque. Sin embargo, se mantuvo la tradición de la equitación, ya que, además de ser necesaria para el trabajo con las mulas en la montaña, es una actividad que requiere arrojo y rápida resolución por parte del jinete, características distintivas del conductor de las tropas de caballería”, aclaró Sosa.
Ver sin ser vistos
“Tenemos un lema: ‘ver sin ser vistos’”, cuenta Sosa. ¿Pero, cómo lo logran en la hostilidad de los Andes?, según el oficial, uno de los principales desafíos es la compartimentación de la cordillera.

“Para cumplir nuestra misión en el ambiente geográfico particular de la alta montaña contamos con capacidades que se adaptan a los terrenos: fracciones de exploración montadas, que se manejan con mulas; fracciones de exploración livianas, que operan las nuevas camionetas y motos recientemente adquiridas por el Ejército Argentino, y fracciones de exploración pesadas, que trabajan con vehículos blindados” detalló.
Además, añadió: “Con esa versatilidad podemos operar en el sector de montaña y obtener información (de la misma), a eso se le llama reconocimiento, y es una de nuestras tareas principales”.
Un dato clave: en esas misiones, el Regimiento también debe obtener datos sobre las condiciones meteorológicas y los caminos, información fundamental para que el comandante pueda decidir por qué lugares debe planificar la maniobra, “Por ejemplo, si en el camino existe un puente, debemos medirlo y obtener sus principales características”.
La mula, de gran importancia para la Cordillera de los Andes
Para moverse en la Cordillera, el Regimiento cuenta con casi un centenar de mulas, tanto silleras como cargueras. “Cada dos hombres montados, va una mula carguera, que son las que llevan el equipo y los materiales en el campo de combate”, explicaron, agregando que la mula termina siendo el medio que llega hasta el punto más lejano dentro de la montaña.
“Es un animal óptimo para este tipo de montaña rocosa. Por ejemplo, el Regimiento de Caballería Exploración de Montaña 4, que se encuentra en San Martín de los Andes, usa caballos porque las sendas del terreno no tienen tanta piedra. Las mulas, en cambio, son intuitivas. Ellas saben cuando deben cruzar un curso de agua y cuándo no. A diferencia de las silleras, las cargueras son más resistentes que un caballo. Pueden llegar a transportar hasta 130 kilos, aunque, a mayor altura, menos carga”, manifestó el teniente coronel Sosa.

A su vez, el personal contó que, entre el jinete y el animal, se crea un vínculo único. “Todo el Escuadrón Montado tiene su ganado designado. Algunos soldados, al irse de baja por alguna causa, se despiden de ellas y algunos hasta lloran”, confesaron.
“Nunca desafíes a la montaña”
Para poder movilizarse y concretar con éxito las distintas tareas que deben realizar, este regimiento cuenta con personal altamente capacitado por el Ejército Argentino, desde instructores de esquí y andinismo, hasta cazadores de montaña (las fuerzas especiales que operan en los Andes).

Según explica el oficial, esos conocimientos son necesarios porque, durante el invierno, deben moverse a través de la nieve. En verano, en cambio, lo hacen con las mulas. A su vez, se pueden topar con obstáculos realmente importantes que deberán atravesar con técnicas de andinismo. De hecho, una parte clave del entrenamiento es la concreción de distintas cumbres.
“Una de las premisas que tenemos es ’Nunca desafíes a la montaña’, hay veces que, por alguna causa, no se puede continuar. Hay que hacerle caso, tanto a la montaña como al clima. Además, no todos tenemos la misma capacidad para responder a la altura, se requiere adaptación, incluso el personal más entrenado”, mencionó. Según Sosa, también se requiere gente capacitada debido al conocimiento y manejo detallado de técnicas que exigen las medidas de seguridad: “Hay subalternos muchísimo más capacitados que yo técnicamente sobre cómo operar.
- Te puede interesar: Uno por uno, los proyectos de modernización del Ejército
En ese sentido, admiro a la Compañía de Cazadores de Montaña 8, pues considero que hacen un esfuerzo impresionante. Ellos capacitan a nuestro personal y se genera un espíritu de cuerpo muy especial. Somos muy generosos entre todos nosotros. Eso es hasta una cuestión de supervivencia en la montaña”.