Desde hace algunos meses, el coronel Amit Guy, de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDl), está instalado en Buenos Aires. Su traslado, desde Chile, sienta un precedente: desde 1998 que Argentina no contaba con un agregado militar en representación del Estado de Israel.
Ahora, su presencia refuerza la posibilidad de intercambios. No hay que dejar de lado que los militares argentinos siempre contemplaron los avances empleados por Israel y la cooperación militar. De hecho, sin ir tan atrás en el tiempo, en la modernización del emblemático tanque del Ejército Argentino –conocida como TAM 2C-A2– se emplea tecnología de ese país.
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DEF pudo dialogar con el coronel Guy, oficial del arma de artillería de las FDI. Según cuenta, recién en esta instancia de su carrera puede compartir más momentos con su familia. Pero, subraya, que ellos saben que su ausencia no se debió a intereses personales, sino a la defensa de su país. A propósito, es contundente: “El conflicto en Medio Oriente tiene solución, pero no se logrará en el campo de batalla”.

El vínculo entre Israel y Argentina
-¿Qué papel juega el agregado militar en la promoción de la cooperación en defensa y seguridad entre Israel y otros países?
-En primer lugar, Israel es un estado pequeño y, en consecuencia, no tiene agregados de Defensa en todos los países del mundo. Que exista uno en Argentina, es una decisión de Estado que refleja la importancia de los intercambios entre ambos países.
Si tuviera que resumirlo en una línea, mi trabajo es buscar intereses en común entre los sistemas de defensa argentino e israelí. Así que, esencialmente, tengo metas: por un lado, trato de buscar cuestiones en las que los efectivos militares puedan avanzar juntos (como cursos o compartir información y experiencias) e identificar áreas en las que podamos cooperar. En ese sentido, en los últimos años avanzamos en acuerdos. Existe una relación cercana y estamos trabajando en un memorándum de entendimiento entre los oficiales. Además, quiero destacar que en este momento hay un oficial de la Armada Argentina en la Escuela de Defensa Nacional de Israel, es la primera vez que un miembro de las Fuerzas Armadas argentinas participa de un intercambio de este estilo. Estamos muy orgullosos y es un ejemplo de cómo podemos colaborar.

-¿Qué experiencias de la FDI pueden ser útiles para las FF.AA. argentinas?
–Las FDI son una de las fuerzas más operacionales que hay en el mundo. Somos un estado pequeño, pero con capacidades tecnológicas avanzadas. Con respecto a nuestros aliados americanos –entre los que está Argentina– considero que se puede capitalizar la cooperación con las fuerzas militares de Israel y, de hecho, estamos trabajando en identificar áreas para hacerlo. Incluso, la presencia de un oficial de las Fuerzas Armadas de Argentina en la Escuela de Defensa de Israel permitirá encontrar más áreas de cooperación entre ambos Estados.
El sistema de defensa de Argentina puede manifestar en qué áreas quiere enfocarse. La cooperación tiene varios niveles, puede ser en tecnología, información, entrenamiento o experiencias. Incluso, las charlas que di en UNDEF están enmarcadas en esa cooperación.
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“Israel tiene uno de los mejores sistemas de defensa”
-En materia de drones y UAV, ¿cuál fue la experiencia de Israel?
-Cuando en la UNDEF hablé de los UAV lo hice desde la experiencia en general y también sobre la personal, porque en mi pasado operé estas plataformas.
No es lo mismo UAV que drones. Los primeros son una capacidad estratégica a la que no todos los terroristas del mundo pueden tener acceso, aunque, obviamente, las grandes organizaciones como las que enfrenta Israel, como Hezbollah o los hutíes en Yemen, la tienen. Creo que Israel está muy preparado en materia de UAV. A modo de ejemplo, se lanzaron cientos de ellos desde Irán hacia Israel y solo dos lograron penetrar las defensas. Tuvimos más de un 99% de éxito con respecto a la detección de este tipo de plataformas. Es sabido que Israel tiene uno de los mejores sistemas de defensa y capacidad para enfrentar los UAV.

-¿Y con los drones?
-En ese sentido no estábamos tan preparados –sobre todo el 7 de octubre– como sí lo estábamos en otras áreas. Un dron es algo simple, económico, que se puede comprar por internet, y es de muy fácil armado. Es decir, es sencillo de adquirir y operar. Entonces, si un país está pensando en proteger infraestructura crítica, fronteras o bases militares, hoy necesita pensar en otra dimensión, que es la del espacio y el aire. En consecuencia, hay que contemplar el uso de sistemas antidrones.
Estamos preocupados porque en Gaza vimos muchos soldados asesinados por drones básicos que estaban armados. Aprendimos de eso y estamos avanzando. Esta es una capacidad que los terroristas adoptaron porque es económica, letal y se puede comprar en grandes cantidades sin despertar sospechas.
Drones y UAV: “Nadie está preparado para ver las consecuencias provocadas en el campo de batalla”
-En la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF), usted mencionó algo interesante acerca de los operadores de drones o UAV: el estrés postraumático, resultante de ver los daños causados. ¿Podría profundizar?
–Ser un operador de UAV es una de las misiones más complejas en las FDI. Por eso, para calificar, hay que hacer una de las capacitaciones más extensas y profesionales. Eso se debe a dos razones: una profesional, vinculada a que hay que manipular una plataforma de millones de dólares en largas distancias (y eso es realmente complejo). La segunda razón tiene que ver con los requisitos y expectativas alrededor del operador, pues la responsabilidad de un ataque recae sobre sus hombros. Es importante entender que cuando se opera un UAV hay más de una persona involucrada y, además, lleva años convertirse en un operador de alto nivel. Eso se debe a las responsabilidades que tiene.

-¿Cómo sería eso?
-Cuando un individuo opera un UAV en una misión, está al mando. No importa qué orden recibe del comandante, el operador toma la decisión. Eso es importante porque el operador puede ver la escena completa y sabe cuándo se trata de un terrorista. De hecho, puede decidir no atacar.
El lado negativo es el efecto que esa presión puede tener en un operador. A lo largo de los años, en Israel entendieron que hay que trabajar en la estabilidad mental de los operadores para permitirles tomar decisiones. Por ejemplo, la artillería no ve los daños en el terreno, el operador de UAV lo ve todo. Entonces hay que darles herramientas para lidiar con eso. Nadie está preparado para ver las consecuencias provocadas en el campo de batalla.
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-Como artillero y miembro de las FDI, ¿qué me puede decir del recorrido realizado por Israel en esta área?
-Antes del 7 de octubre de 2023, el gran debate del ámbito castrense de Israel giraba en torno a que quizá no se necesitaba tanta artillería ni tanques porque la guerra estaba cambiando. Después de esa fecha aprendimos que no hay sustituto para ella. En este momento estamos en el lado opuesto: se necesita de la artillería y de los tanques. De hecho, Israel avanza en la incorporación de un cañón (realizado en nuestro país) que puede convertirse en una de las innovaciones más importantes en este campo: no necesitará de un equipo de soldados porque todo será automático. Ese es nuestro próximo paso. Es positivo porque nos habilita a tener mayor poder de fuego sin la necesidad de contar con efectivos.
Otra enseñanza que nos dejó el 7 de octubre es que no debemos contar con la ayuda de otros Estados en lo que respecta a munición crítica (como la utilizada por la artillería). En este momento estamos produciendo mayor cantidad dentro de Israel así no dependemos de otros países en tiempos de emergencia.

Confianza en la protección militar
-Durante una charla en UNDEF usted mencionó que es “un momento difícil para ser israelí”, ¿por qué?
–El 7 de octubre Israel se despertó siendo un país diferente. Nosotros crecimos sabiendo que es un vecindario difícil. Nuestros ancestros sirvieron en las FDI y, seguramente, lo harán nuestros nietos y bisnietos. Tenemos una historia de conflictos y sabemos que estamos rodeados de enemigos, muchos de los cuales quisieran que desaparezcamos del mapa. Esa es la realidad, pero siempre supimos que si algo sucede estaremos a salvo en nuestra tierra y que las fuerzas armadas estarán para defendernos.
El 7 de octubre Israel fue invadida. Hombres, mujeres, niños y sobvevivientes del Holocausto fueron sacados de sus camas. Las mujeres fueron violadas y los niños asesinados. Eso quebró algo básico en los israelíes: su confianza en la protección militar. Pero también demostró algo que intentamos comunicar al mundo: siempre decimos que si nuestros enemigos abandonan las armas, habrá paz en Medio Oriente. Pero, si Israel deja las armas, no existirá. Aquel que pone objeciones a esta afirmación, que mire lo que sucedió el 7 de octubre de 2023: fuimos atacados desde Gaza. Algunos, cuando nos vieron sobre nuestras rodillas, buscaron aprovecharse, como Hezbollah, los Hutíes en Yemen, Siria e Irak. Olieron nuestra debilidad.
“Cuando mueren civiles en Gaza, para Israel es una tragedia; para Hamas una estrategia”
-¿Es frustrante tener que defenderse de esos argumentos?
-Es frustrante saber que somos víctimas y estamos peleando una guerra que no deseamos para asegurarnos de seguir existiendo en nuestra patria. Sabemos que estamos peleando, no solo por Israel, sino por el mundo occidental.
Si finalizamos esta guerra, le estaremos dando un mensaje a cualquier organizacion terrorista: “Pueden repetir un evento como el del 7 de octubre”. No podemos permitir que eso ocurra. Israel se relajó una vez, pero no volverá a ocurrir. Estamos haciendo lo que cualquier nación soberana haría.
Fuimos acusados de muchas cosas, como de hambrear a la gente de Gaza e intentar matar a sus ciudadanos. Esa es la diferencia, cuando mueren civiles en Gaza, para Israel es una tragedia; para Hamas es una estrategia. Es frustrante saber que estamos haciendo lo que cualquier otra nación soberana haría. Estamos arriesgando nuestras tropas porque, sabiendo que hay civiles en Gaza, estamos operando con cuidado, despacio y con menor poder de fuego para no arriesgar a los ciudadanos. Aun así somos llamados un país genocida. Pero, como dije en UNDEF, si tenemos que elegir entre sobrevivir o ser populares, viviremos.

-¿Cómo responde a las críticas sobre la operación militar de Israel en Gaza?
-En primer lugar, estamos en una democracia occidental, se puede criticar a Israel y a sus fuerzas. Incluso, dentro de mi país. Pero, aquellos que critican, nunca estuvieron en la región, menos en Gaza. En segundo lugar los animo a chequear los hechos.
De todas maneras, si se nos acusa de tratar de matar a la población palestina, que es una total mentira, entonces tendrían que admitir que, después de dos años, hicimos un muy mal trabajo. Como dije, toda pérdida de un civil en Gaza es una tragedia para Israel. Cada vez que muere un civil tratamos de entender por qué sucedió. Usualmente ocurre porque son utilizados como escudos humanos. A todos los que critican, si sus vecinos los invaden y sus familias son asesinadas y sus mujeres son violadas, ¿qué hubiesen hecho? Nadie es más crítico con las Fuerzas de Defensa de Israel que los propios militares. La guerra es una situación compleja, cometemos errores, pero eso no les da la razón a quienes están convencidos de que queremos conquistar Gaza y matar a la población. Queremos que Hamas no tenga poder y que la guerra termine.
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-¿Se siente orgulloso de ser parte de las FDI?
-Fui reclutado para ser parte de la FDI en 1998, al igual que cualquier hombre o mujer de 18 años. Ingresamos porque tenemos que proteger a nuestro país. Yo tenía sueños, quería ser abogado, viajar y estudiar en el extranjero. Pero, aquí estoy, 27 años después.
Tengo tres hijos que crecieron prácticamente sin su padre. No fue fácil, pero estoy muy orgulloso de mi elección y de ellos. Mis hijos saben que no vieron a su padre no porque yo me haya ido a hacer dinero, sino que me ausenté para hacer algo más trascendente: fui a proteger a mi país, a mi familia y a las de mis amigos. No cambiaría nada, especialmente en este momento.



