La B61-13 es una potente bomba nuclear que Estados Unidos planea desarrollar como parte de la modernización de su arsenal nuclear. Este nuevo modelo busca proporcionar capacidades mejoradas para enfrentar amenazas emergentes y fortalecer la disuasión estratégica.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció en 2023, bajo la administración de Joe Biden, su intención de desarrollar la B61-13, pendiente de la autorización y asignación de fondos por parte del Congreso. Esta decisión responde a un entorno de seguridad global en constante evolución y a las crecientes amenazas de adversarios potenciales.
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Cómo funcionará la nueva bomba nuclear de Estados Unidos
La Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA) del Departamento de Energía sería la encargada de producir esta bomba. La B61-13 podrá ser lanzada desde aeronaves modernas y ofrecerá al presidente de Estados Unidos opciones adicionales contra objetivos militares de gran tamaño y alta resistencia.

En marzo de 2025, los Laboratorios Nacionales Sandia revelaron la primera asamblea de prueba conjunta de la B61-13, indicando que el programa avanzó significativamente. Esta nueva variante está diseñada para atacar objetivos militares de gran tamaño y altamente reforzados, en línea con la Revisión de la Postura Nuclear que enfatiza la necesidad de derrotar “objetivos duros y profundamente enterrados”.
Se espera que tenga una potencia similar a la de la B61-7, aproximadamente 360 kilotones, lo que representa un aumento significativo en comparación con la B61-12, que tiene una potencia de alrededor de 50 kilotones. Además, incorporará características modernas de seguridad, precisión y fiabilidad derivadas de la B61-12.
El impacto mundial que tendría la bomba nuclear de Estados Unidos
Según simulaciones realizadas por Newsweek utilizando Nukemap, si una B61-13 se detonara sobre una ciudad densamente poblada como Nueva York, la bola de fuego resultante vaporizaría todo en un área de aproximadamente 2 kilómetros cuadrados y causaría la muerte de más de 778 mil personas, con más de 1 millón de heridos.

Es importante destacar que el alcance de la destrucción no se limita al área de vaporización inmediata. La onda expansiva, el calor intenso y la radiación resultantes de la detonación causarían daños considerables y víctimas en áreas mucho más amplias, dependiendo de factores como la altitud de la detonación, la geografía local y las condiciones meteorológicas.
El anuncio del desarrollo de la B61-13 generó diversas reacciones en la comunidad internacional. Algunos analistas consideran que esta iniciativa refleja la necesidad de Estados Unidos de adaptar su arsenal nuclear a las realidades geopolíticas actuales, caracterizadas por la modernización de los arsenales nucleares de otras potencias. Sin embargo, también existen preocupaciones sobre una posible escalada en la carrera armamentista y el impacto en la estabilidad estratégica global.
Es importante destacar que, según el Departamento de Defensa, la producción de la B61-13 no aumentará el número total de armas en el arsenal nuclear de Estados Unidos, ya que reemplazará a algunas de las B61-7 existentes. Además, esta iniciativa no responde a eventos específicos actuales, sino que refleja una evaluación continua del entorno de seguridad cambiante.




