Una empresa alemana de tecnología ideó un novedoso dispositivo para poder limpiar las aguas de explosivos que llevan varios años en las profundidades.
El gobierno alemán se comprometió a sacar todas las bombas residuales de la Segunda Guerra Mundial que se encuentran en el Mar Báltico y Mar del Norte. Para eso, está implementando el uso de robots inteligentes que se sumergen, detectan y acarrean estos explosivos con cuidado desde las profundidades del mar. ¿Cómo funcionan?
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¿Por qué sacar las bombas que quedaron de la Segunda Guerra Mundial en el mar?
Se trata de un trabajo riguroso y minucioso: hay más de 1,6 millones de toneladas de armas sin detonar en el fondo del mar. Esto no solo puede significar un peligro para cualquier vehículo marítimo que esté navegando, sino que, con el tiempo, se probó científicamente que estas municiones han liberado sustancias cancerígenas.
Estos componentes pueden desencadenar una infección general en los moluscos o peces que luego son ingeridos por los humanos.

Para armar un plan acorde, el Ministerio de Medio Ambiente de Alemania resaltó la importancia de crear una plataforma marina en donde se puedan destruir de manera limpia y consciente las municiones en una cámara especial y, por otro lado, que las bombas sean recogidas por robots. Se trata de una idea adecuada a los estándares ambientales.
¿Cómo son los robots que encuentran las municiones sin detonar?
Lograr esto puede parecer complejo, pero SeaTerra, una empresa especializada en robots, brindó la maquinaria necesaria. Con más de 20 años de experiencia, su tecnología incluye ROV (vehículos sumergibles operados remotamente) y los reconocidos “crawlers”.
Estos últimos son la última novedad tecnológica en cuanto a rastreadores: se trata de programas informáticos que recopilan datos para identificar y registrar distintas variables como su antigüedad y su uso.

Además, también tienen agarradores inteligentes que llevan consigo una cámara, para poder monitorear los alrededores y entender qué municiones se están recolectando y en qué estado se encuentran. Pero, ¿qué pasa una vez que el robot agarró la bomba que está sin detonar?
El costado ambiental de limpiar las bombas
El explosivo se traslada a un barco que contiene el equipamiento necesario para limpiar, investigar, fotografiar y clasificar en distintos compartimentos. Luego, se traslada a tierra firme para poder quemarlo, ya que explotarlo podría ser perjudicial para el medio ambiente.
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En primera instancia, se buscará vaciar las municiones cercanas a la bahía de Lübeck, situada en el Mar Báltico, uno de los lugares en donde se libraron batallas y bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial. Si el proceso funciona de manera eficiente y correcta, la idea es poder automatizarlo para el resto de los sitios que contengan desechos bélicos.




