En diálogo con DEF, el autor de “Next: una breve historia del futuro” se mostró optimista sobre el porvenir de la humanidad, en una era que define como del “cambio exponencial”. ¿Qué rol tienen los innovadores y cómo pueden resolver los grandes dilemas del planeta?
Fotos: Fernando Calzada
“El mundo que heredarán nuestros hijos será radicalmente diferente del que recibimos nosotros”, afirma Avi Jorisch, quien visitó nuestro país la semana pasada para presentar su libro “Next: una breve historia del futuro“, editado por TAEDA.
El autor, un escritor y emprendedor israelí, dice que estamos ingresando en la “era del cambio exponencial”. “No hay ningún problema que no podamos resolver sin una dosis de imaginación”, sostiene con optimismo, al referirse a las extraordinarias innovaciones que ya están entre nosotros y que recorre con detalle en su libro.
En un jugoso diálogo con DEF, este licenciado en Historia y columnista de numerosos medios de comunicación internacionales recorre las claves de la “Humanidad 2.0”, tal como define al tiempo que nos toca.

La “era de la abundancia”
-En su libro, usted afirma que estamos en una coyuntura crítica, pero al mismo tiempo estamos ingresando en lo que denomina una “era de la abundancia”. ¿Cómo explica esta paradoja?
-Enfrentamos desafíos globales enormes. Todos sabemos cuáles son: el cambio climático, la inseguridad alimentaria y de recursos hídricos, la pobreza, los desafíos energéticos, la resiliencia frente a desastres naturales y el espacio exterior. Al mismo tiempo que somos conscientes de los problemas que enfrenta el mundo, vemos que existen soluciones para todos ellos. En cada una de estas categorías, hay una persona, una empresa o un país que está resolviendo, al menos en parte, alguno de estos problemas.
Pensemos qué ocurrirá de aquí a unos años: los científicos predicen que hacia 2030 ocurrirán hechos asombrosos, como la cura de distintos tipos de cáncer; el regreso del hombre a la Luna y, posiblemente, camino a Marte; los vehículos autónomos serán una realidad y habrá muchos más autos eléctricos circulando. Hacia 2030, también tendremos computadoras que, por primera vez, superarán la velocidad de procesamiento del cerebro humano. Eso permitirá superar una barrera que ha tenido históricamente la humanidad: hemos estado limitados por el tamaño y la velocidad de procesamiento de nuestro cerebro.

-En Next, usted da cuenta de trece ejemplos concretos de cómo avanzamos hacia la solución de muchos de los grandes desafíos de la humanidad.
-En el libro, planteo que cada uno de estos problemas tiene una solución, al menos parcial, como resultado del ingenio de distintas personas a lo largo del planeta. Estas soluciones pueden ser aplicables a la Argentina.
Empecemos por el caso de Israel, que hoy es la única “superpotencia del agua” y ha desarrollado cinco grandes innovaciones en el manejo de sus recursos hídricos: el riego por goteo; la desalinización; la reutilización de las aguas residuales; el sistema de doble descarga en los baños; y TaKaDu, un software desarrollado con inteligencia artificial y utilizando sensores de altísima calidad, que permite detectar las pérdidas de agua dentro del sistema y solucionarlas.
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Otro caso es el de Estonia, que en los últimos 20 años se ha convertido en el país líder en gobernanza digital y cuya sociedad opera totalmente en la “nube”, lo que ha reducido al mínimo los niveles de corrupción y eso le ha permitido ahorrar un 2% de su PBI, que hoy destinan a su seguridad nacional.
Finalmente, podemos mencionar a Japón, un país ubicado en la región conocida como “anillo de fuego”, una zona de terremotos. Hoy, gracias a cómo ha conseguido lidiar con esos fenómenos y a su código de construcción antisísmico, se ha convertido en el lugar más seguro del planeta. Han desarrollado un sistema de alertas y de simulacros, que permiten a la sociedad estar preparada para afrontar este tipo de catástrofes naturales.

Un optimista empedernido
-¿Es optimista respecto del futuro?
-Los seres humanos son criaturas asombrosas. Se le atribuye a Darwin, de manera apócrifa, una frase que encaja muy bien con su escuela de pensamiento: “No son los seres más fuertes ni los más inteligentes los que sobreviven, sino quienes mejor se adaptan a los cambios”. Los científicos predicen que tendremos por delante 20.000 años de cambios en la humanidad. Y recordemos que solo llevamos 4000 años de historia registrada.
Hubo cinco eventos previos de extinción masiva y el 99% de las especies animales que alguna vez existieron ya no están entre nosotros. Por primera vez en la historia, los humanos estaremos en condiciones de resolver los mayores desafíos que enfrenta el planeta Tierra y movernos incluso más allá de él.
En lo que queda de nuestra vida, nosotros veremos al hombre volver a la Luna. Y lo haremos sin contaminar el espacio: en los últimos años, Elon Musk ha logrado desarrollar cohetes espaciales reciclables, lo que resolverá el problema de la “basura espacial”. Las oportunidades son realmente ilimitadas.
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-Usted también afirma que los gobiernos ya no son las únicas entidades que pueden desempeñar un rol significativo para resolver los desafíos mundiales. ¿Cómo se complementan los roles del sector público y de la empresa privada?
-Ambos tienen que cumplir su rol. Veamos el ejemplo de Space-X o de Tesla, donde los créditos fiscales y subsidios del Estado tuvieron un papel al permitir su desarrollo. Los gobiernos están en condiciones de promover la innovación. Estamos a las puertas de una era completamente nueva, entrando en un terreno totalmente desconocido. El Estado tiene que promover la educación y poner en marcha sistemas que permitan al sector privado alcanzar economías de escala.
Tomemos el ejemplo de Israel, que tiene un programa denominado “80-20”, en el que el Ministerio de Innovación tiene hubs de innovación alrededor del país y del mundo. Si soy un innovador y tengo una idea, el Ministerio la evalúa y si la acepta, me ayuda con recursos humanos y cuestiones legales. Le da al innovador el 80% del costo de la startup y el innovador completa con el otro 20%. Hay otro programa, “50-50”, en el que cada uno pone la mitad del financiamiento. Si la compañía tiene éxito, devuelve ese crédito con una bajísima tasa de interés. Y si fracasa, no tiene que devolverlo.
La idea de fracaso no es solo aceptada, sino que es bienvenida. Los que somos padres sufrimos al ver caer a nuestros pequeños hijos, cuando comienzan a caminar. Sin embargo, sabemos que para que aprendan a caminar, es necesario que se caigan muchas veces para que finalmente logren dar esos pasos.

Las claves del futuro
-¿Cuáles son los sectores tecnológicos que definirán nuestro futuro?
-Las tres áreas que serán protagonistas de esta nueva era son, por un lado, la computación cuántica; por otro, la inteligencia artificial (IA); y, finalmente, el espacio. El futuro de la humanidad será determinado por estas tres áreas. Los países y las sociedades que logren resolver los desafíos asociados con el espacio, IA y la computación cuántica serán los líderes de la nueva era. Hoy, China, EE.UU. y la India son los líderes, con China sacando una luz de ventaja.
-Existe una disputa geopolítica entre China y EE.UU. ¿Puede afectar esta competencia el desarrollo tecnológico en el futuro?
-Yo creo que la competencia es saludable. EE.UU. y China siguieron un desarrollo paralelo durante mucho tiempo. Sin embargo, en los últimos 20 años, China focalizó todas sus energías en la IA, la computación cuántica y el espacio, mientras que EE.UU aún no tiene un plan. Hay competencia muy pareja entre China y EE.UU. en lo que se refiere a IA y computación cuántica. También existe una lucha de civilizaciones sobre quién liderará el mundo en términos de sus valores culturales. Veremos…
-¿Es un problema, tal como plantea EE.UU., que la tecnología caiga en manos de regímenes autocráticos?
–La democracia tiene muchas ventajas y también enfrenta grandes desafíos. Como regla general, en las sociedades liberales el modelo preferido es el de EE.UU. Sin embargo, en un modelo como el chino, con una población de más de 1000 millones de personas, cuando el Estado instruye a sus industrias a hacer algo, se avanza a fondo en esa dirección. Debemos destacar que hoy la expectativa de vida es mucho mayor que la de hace 40 años. La población sigue creciendo, pero vemos que ha caído enormemente la pobreza. Cuando nos alejamos y vemos la historia, tomamos conciencia que estamos viviendo en la mejor época.

CRISPR: Debates éticos en el campo de la medicina
-Sin embargo, hay debates éticos sobre la actual revolución tecnológica, por ejemplo con la edición genética. ¿Existe el peligro de abrir una caja de Pandora?
-Hemos ingresado en la “década de la CRISPR” (sigla en inglés de “repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente espaciadas”), la edición genética. Estamos entrando en una era que nos permitiría solucionar todos los problemas que existen hoy con la genética. Pensemos en los mosquitos del dengue. Hoy tendríamos la capacidad, por primera vez en la historia, de lograr que esa especie (el Aedes aegypti) no incube más huevos. El problema es que, una vez extintos, no hay vuelta atrás. Tenemos la capacidad de hacerlo, pero por ahora la humanidad ha decidido no avanzar por ese camino.
CRISPR nos puede ayudar a solucionar enfermedades como el cáncer, pero también tiene la capacidad de desatar una pesadilla, o pueden suceder las dos cosas al mismo tiempo. Necesitamos que los gobiernos tengan políticas inteligentes y que las sociedades sean sabias en sus decisiones.