Con solo 28 años, Alexandr Wang se convirtió en una de las figuras más influyentes del mundo de la inteligencia artificial (IA). Dejó el MIT para fundar Scale AI, una empresa clave en la revolución de los datos que alimentan los modelos más avanzados del planeta. Ahora, tras una inversión multimillonaria de Meta, Wang se suma a la compañía de Mark Zuckerberg como líder de su nueva división de superinteligencia artificial, en un movimiento que busca reposicionar a la empresa dueña de Facebook en la carrera global por dominar el futuro de la IA.
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Los comienzos de Alexandr Wang, el niño prodigio de la tecnología
Tras su ingreso al MIT como estudiante de matemáticas y ciencias computacionales, abandonó sus estudios en 2016 para cofundar Scale AI, junto a Lucy Guo, después de un paso por Quora y el trading algorítmico.
De esa manera, Scale AI nació con el objetivo de proporcionar datos etiquetados y evaluaciones de modelos para alimentar algoritmos de visión por computadora y modelos de lenguaje. A través de contratos clave con el Pentágono y el Departamento de Defensa de Estados Unidos, la compañía se convirtió en un actor fundamental en el entrenamiento de modelos avanzados de IA, alcanzando una valoración de 7300 millones en 2021.
A los 24 años, Wang se convirtió en el millonario más joven del mundo por mérito propio, con una participación del 15 % en la compañía y un patrimonio estimado en 3600 millones de dólares en 2025.

Asimismo, el joven empresario ha sido asesor influyente en políticas referidas a la inteligencia artificial : en 2023 testificó ante un subcomité de la Cámara de Representantes sobre adopción de IA en el gobierno, y fue entrevistado en eventos como el Foro Económico Mundial, enfocándose en la competencia global con China.
La llegada de Wang a Meta
En junio de 2025, Meta apostó fuerte por su trayectoria: invirtió 14.300 millones de dólares para adquirir el 49% de Scale AI, valuando la empresa en unos 29.000 millones, y anunció que Wang se integraría a la compañía, como Chief AI Officer.
A su vez, Zuckerberg consolidó bajo el paraguas de Meta Superintelligence Labs las divisiones de FAIR, fundaciones e investigación en IA, poniendo a Wang como líder junto con Nat Friedman para desarrollar modelos de próxima generación, desde sistemas de razonamiento hasta superinteligencia artificial.
Este cambio estratégico llega tras cierto estancamiento en los lanzamientos de LLaMA 4 y la necesidad de competir mano a mano con OpenAI, Google DeepMind y Anthropic. El plan de Meta incluye invertir decenas de miles de millones en centros de datos, GPUs y chips propios, con el objetivo de escalar hacia la inteligencia artificial general o superinteligencia.

La llegada de Wang representa un giro del enfoque técnico al enfoque data-driven en IA: Meta enfatiza ahora la calidad de los datos, la infraestructura y la experiencia en etiquetado, áreas donde Scale AI se destacó.
Por su parte, Wang conserva un asiento en el directorio de Scale AI y su incorporación a Meta generó reacciones mixtas: algunos analistas confían en su capacidad de operación y estrategia (“wartime CEO”), mientras otros critican que su perfil no sea tan investigador, sino más ejecutivo. Además, competidores temen conflictos por la inversión, mientras algunos dentro de Meta cuestionan su falta de trayectoria en investigación pura.