SĆ, SeƱora, al final la voluntad pudo mĆ”s que mi cuenta de banco y terminĆ© en Rusia en pleno mundial. Ā”Gran sorpresa gran! Primero, mi buen estado de salud: ya pasaron semanas y mi corazón resistió a Sampaoli, a los bailes recibidos en las canchas y a algunos vodkas bebidos, por quĆ© no decirlo.
Y en este caso, amigos, no importa Francia ni Modric, ni Courtois, ni MbappĆ©, todos grandes ganadores de este mundial, porque el gran campeón fue Rusia y un seƱor de apellido Putin en particular. Un torneo en paz, pura prolijidad, alegrĆa y jugado en estadios increĆbles, Ćŗnicos.
Educación, limpieza yĀ simpatĆa dieron como resultado una imagen que el mundo occidental no esperaba. Y no se engaƱen, habĆa control policial pero no se veĆa, todo fluĆa. Y una mención aparte merecen las damas de MoscĆŗ y San Petersburgo Ā”Dioss! Ā”Que hermosas!
Eso sĆ āNo englishā, ni un cartel que no estuviera en abecedario ruso o cĆrilico o quĆ© sĆ© yo. āĀ”Agarrate, Catalina!ā, porque si te perdĆas en el subte, a pedir auxilio a la embajada. Juajua. Y hablando de los subtes, increĆbles, con estaciones museos, ni un grafiti, ni un papel, millones de personas transitando; es difĆcil de explicar Ā”CuĆ”nto nos falta por estos lares, mamita querida! Agreguemos que en la Plaza Roja estĆ” el shopping top mĆ”s grande del mundo y los Ćconos del comunismo presentes y lustrados lucen impecables. La tienen clara, muy clara, mucho mĆ”s de lo que nos quieren vender a nosotros por el barrio.
Para terminar, y se lo dice Nicanor, no compre de la prensa amarilla eso de que los argentinos nos portamos mal. Salvo veinte inadaptados, treinta mil hinchas fuimos locales otra vez, locales ejemplares, lÔstima que la celeste y blanca faltó a la cita. ”Sniff!
Soy Nicanor, ni picante, esperando de vuelta cuatro aƱos, Qatar es mi nueva esperanza.




