Preocupaciรณn central: El trabajo en el futuro
โNo hay civilizaciรณn sin estabilidad social. No hay estabilidad social sin estabilidad emocionalโ.
Un mundo feliz / Aldous Huxley (1894-1963)
Robin Wright, la bella actriz de Forrest Gump y que hoy cautiva al mundo como la esposa de Frank Underwood en la exitosa serie House of Cards, actรบa en la pelรญcula El Congreso (Ari Folman / 2013) donde interpreta a una actriz que recibe una รบltima oferta en su madurez, la de permitir que el estudio contratante pueda explotar digitalmente su figura y permanezca eternamente joven para su pรบblico. Esta ficciรณn ya es una realidad posible que, de hecho, ya ha ocurrido con la Princesa Leia en Star Wars Story, vuelta joven vรญa mรฉtodos computarizados. Estos ejemplos menores invitan a soรฑar, pero tambiรฉn a pensar que, en el futuro cercano, los actores y otros agentes culturales podrรญan ser reemplazados por mรกquinas. Se vuelve mรกs serio y complejo el asunto cuando la informaciรณn diaria da cuenta de los adelantos tecnolรณgicos que expulsan a trabajadores de sus tareas reemplazรกndolos por mรก- quinas o robots, que a la eficiencia superior suman: ausencia de obra social, la posibilidad de triplicar o mรกs la producciรณn, trabajar las 24 horas, no enfermarse ni tener licencia por maternidad, entre otra cantidad de beneficios que podrรญan satisfacer a millones de empresarios codiciosos.
DEF hace ya mucho tiempo que piensa, trabaja y anticipa que esta problemรกtica, aun en la constante incertidumbre del mundo actual, se perfila como el tema mรกs candente del siglo XXI. Es probable que cuestiones dramรกticas como el hambre y su contrafigura, la obesidad, o la falta de agua y energรญa, y hasta las catรกstrofes ambientales tengan soluciones pronto, y que ellas vengan de la mano de la tecnologรญa, esa misma tecnologรญa que amenaza a la humanidad con un futuro incierto, en el que todo podrรญa volverse obsoleto y absolutamenteย distinto en un tiempo cercano. La robรณtica o la propia internet, en todas sus formas, crean a diario nuevas condiciones en nuestra vida, muchas de ellas ya a la vista, y otras inimaginables, pero ambas indetenibles. Muchos reparan en la historia para asegurar que estos mismos cambios existieron en la poblaciรณn mundial en la Revoluciรณn Industrial (iniciada a mediados del siglo XVIII hasta 1840 aproximadamente) y que no solo no se cumplieron, sino que modificaron las sociedades para bien en mรบltiples aspectos. Quienes sostienen esta teorรญa con determinaciรณn ponen, entre otros ejemplos, el de la evoluciรณn de la fuerza laboral de EE. UU. durante el siglo XX, que pasรณ de un 30 % empleada en la agricultura a menos de un 2%, y que el resto encontrรณ en nuevas tareas surgidas en la industria, una ubicaciรณn y posibilidades de trabajo superiores a las que tenรญan conย anterioridad. Sin embargo, trasladar escenarios no es bueno para sacar conclusiones, ya que las razones son multicausales y hoy el mundo vive cambios a una velocidad que asusta y pone la capacidad de los humanos en el lรญmite para poder absorberlos. Ademรกs, a diferencia de la Revoluciรณn Industrial, la tecnologizaciรณn no desplaza trabajadores a otros destinos sino que los sustituye directamente en tareas que siguen existiendo y ahora son desarrolladas sin la intervenciรณn del hombre.
Muchos institutos especializados concluyen en la posibilidad de que hacia la mitad del presente siglo, casi la mitad del trabajo sea realizado por la automatizaciรณn que excluye a los humanos. Nรณtese que hablamos de un horizonte previsible que incluye la vida รบtil de nuestros hijos y nietos, cuando menos. Los expertos tambiรฉn aseguran que estos escenarios ofrecen la posibilidad de un crecimiento de la productividad mundial, con variantes que estรกn por debajo o encima del 1 % anual, segรบn el grado de optimismo del analista. Parece poco, pero es un cambio gigante (20 % en 20 aรฑos) que repercutirรก de inmediato en beneficios para el consumidor y en una de las grandes contradicciones que presenta el escenario, menos trabajo pero mรกs posibilidades de consumir. Otras posturas, que son la contracara de estas predicciones, imaginan un mundo mรกs desigual, sin movilidad social ni econรณmica, cuya รฉlite rica vivirรก en ciudades cerradas, protegidas por robots, drones y otros autรณmatas. Nada que la ciencia ficciรณn no haya contado ya, con la salvedad que, desde Julio Verne hacia acรก, muchas de esas ideas nacidas de frondosas imaginaciones se volvieron realidad.
Al iniciar estas reflexiones tomamos el ejemplo de la actriz digitalizada solo para alertar que los que estรกn en juego no son empleos con capacidad bรกsica, ya que muchos creen que este escenario se aplica a tareas repetitivas o menores, mientras la AI (Inteligencia Artificial) penetra a diario en la mรกs complejas actividades, que lleva a muchos intelectuales a alertar sobre la โrevoluciรณn de las mรกquinasโ. Ciencia ficciรณn al estilo Matrix, ya que de cine hablamos, pero que no deja de ser un inquietante enigma del futuro. Pero, para no pensar en el devenir ni oficiar de pitonisa, veamos las cosas que estรกn ocurriendo hoy, aquรญ ante nuestros ojos y que solo esperan ser econรณmicamente viables para producir cambios vitales en nuestra vida y en nuestra cotidianeidad. Dejemos sentado que todas ellas nacen de los macrodatos interconectados a gran escala (Big Data), cuyo proceso de interacciรณn permite este crecimiento geomรฉtrico de la inรฉdita revoluciรณn que estรก ocurriendo en el siglo XXI ante nuestros ojos. Amรฉn del reconocimiento de ese padrinazgo absoluto y determinante, veamos solo algunos de los muchos adelantos que ya pueden cambiar vidas y actividades para siempre, muchos de ellos con consecuencias en el mundo entero.
Para traer โa tierraโ estos conceptos que alarman, o cuando menos, alertan sobre una multiplicidad de problemas de todo orden, en tiempos casi inmediatos, basta imaginar los cambios increรญbles que el desarrollo de las mรกquinas 3D generarรกn en nuestras vidas. La noticia impactante de hace pocas semanas, vinculada a la primer casa construida รญntegramente por un impresora 3D, seรฑala la direcciรณn del futuro. Una pequeรฑa y trasportable mรกquina construyรณ รญntegramente una casa de 38 m2 en las cercanรญas de Moscรบ. Se trata de un emprendimiento conjunto de una compaรฑรญa americana y una desarrolladora rusa, que incluyรณ la impresiรณn de fundiciones, suelo, paredes, techo, cielorraso y terminaciones, y cuyo costo general fue un 40 % mรกs barato que en el sistema tradicional. Pero lo mรกs fascinante es que fue realizada en tan solo 24 horas. Finalmente, esta anรฉcdota real y comprobable lleva a infinitas reflexiones y abre numerosas preguntas: ยฟhasta dรณnde llegarรก el abaratamiento con el desarrollo tecnolรณgico?, ยฟcuรกntos trabajadores quedarรกn fuera del sistema en estas y otras miles de actividades? E interrogantes incluso mรกs complejos: ยฟrevolucionarรก la logรญstica?, ยฟserรกn necesarios los stocks?, ยฟquรฉ sucederรก con el transporte de mercaderรญas?, ยฟlos puertos serรกn relevantes en el maรฑana? O, como muchos piensan, las mรกquinas 3D producirรกn a medida, en el lugar y solo la cantidad necesaria de insumos de todo tipo y รบnicamente deberรกn tener el cรณdigo de diseรฑo que serรก lo que venderรก cada compaรฑรญa en este escenario hipertecnologizado. Ese futuro ya llegรณ y solo le falta la sintonรญa fina, lo que llevarรก a la eliminaciรณn de millones de empleos administrativos, harรก que drones reemplacen a proveedores, que bancos tengan mรญnimas funciones desempeรฑadas por seres humanos y harรก que, tal como ya ocurre con internet, se generalice y la masa de actividades โinteligentesโ sean realizadas desde un telรฉfono, que cada dรญa es menos telรฉfono y se vuelve casi nuestro cerebro auxiliar.
Esto es hoy, pero tal como dice el creador de las charlas TED, Christopher Anderson, estamos a las puertas de un experimento histรณrico y social, que consistirรก en llevar en solo una dรฉcada internet de banda ancha y bajo costo a toda la superficie del planeta. Entonces cincoย mil o seis mil millones de personas estarรกn conectadas en ese mundo cada vez mรกs inteligente. De hecho, crece el coeficiente intelectual tres puntos por dรฉcada. Cabe preguntarse ยฟcuรกnto acelerarรก estos procesos vinculados a la automatizaciรณn y el conocimiento? Nadie lo sabeโฆ Tambiรฉn es posible pensar si el problema de la energรญa se podrรญa resolver en los prรณximos aรฑos e incluso que ella llegara a ser gratuita; en ese contexto, ยฟcomo afectarรก a la producciรณn y al consumo? Tampoco es predecible. No es casualidad que este estadoย de innovaciรณn permanente haya llevado a prestigiosas universidades como Oxford o Cambridge a promover centros de estudio sobre la futurologรญa, que ya existรญan, pero que cobraron nuevo impulso y se vinculan con centros de estudio de todo el mundo para afrontar, de la mejor manera, los desafรญos que vienen. Desafรญos que segรบn el McKinsey Global Institute, tienen un impacto 3000 veces mayor al de la Revoluciรณn Industrial. Todo nos lleva a imaginar un futuro de abundancia, desconocida para la humanidad, en el que los costos de los bienes y servicios bajarรกn brutalmente.
Todo nos lleva a imaginar tambiรฉn que el sistema de trabajo aceptado y con el que convivimos desde hace cientos de aรฑos tambiรฉn se modificarรก de manera notable y en corto tiempo. En ese mundo empieza a tener sentido la idea de que cada ser humano reciba algo similar a un ingreso universal, propuesta sostenida por muchos, entre otros por Elon Musk, fundador de Tesla Motors y uno de los mรกs reconocidos emprendedores del mundo. Sin embargo, ese solo es un mรญnimo costado, imprescindible pero mรญnimo, de los desafรญos del futuro, ya que la identidad de cada persona se construye alrededor del trabajo, que es el proveedor de la autoestima y el garante de la integraciรณn social. Es de alta complejidad el interrogante respecto de cuรกles serรกn los trastornos que generarรก este cambio que se avecina, pues ya no es cuestiรณn de pensar solo en el automรณvil sin conductor o en el algoritmo que nos solucione la vida, o en ese dron que te lleva la pizza a tu puerta. Todos estos ejemplos, que vislumbran un futuro no tan lejano, encierran un serio dilema aรบn sin soluciรณn.
Quizรกs, dicho con humor, en el futuro la espera de un รบnico mes de trabajo en el aรฑo provoque la misma expectativa que hoy nos despierta el mes de vacaciones. Ese cambio de rutina invertido parece broma, pero el mundo viene a tan alta velocidad que podrรญa ser una realidad. Ojalรก todos โdemos la tallaโ y podamos tener un futuro en el que estos extraordinarios adelantos sean para lograr una sociedad mejor, que nos lleve a una armonรญa y solidaridad que aรบn no conocemos