Los textos de la Antigรผedad y la Edad Media suelen denominarย โmirabiliaโ a los inventos y maravillas sorprendentes encontradas en los viajes.
Aquel dรญa de abril fue el mรกs feliz de tu vida, porque la nueva empresa que se estaba instalando en Dock Sud, una de las tantas que a lo largo de los aรฑos venรญan a poner en marcha el plan de saneamiento del Riachuelo, finalmente te habรญa contratado. Un poco antes de empezar a trabajar, te mandaron a revisiรณn mรฉdica y tiempo despuรฉs, a vacunarte. El contacto con el Riachuelo implicaba serios riesgos de contagio. Es que se trataba de una cloaca gigante, un rรญo estancado, un estanque nauseabundo y contaminado que โponรญa en peligro la salud de los niรฑos y de la poblaciรณn en generalโ โcomo les habรญa dicho el nuevo funcionario, uno de los tantos que habรญa pasado por Dock Sud para convencerlos ademรกs de que tenรญan que mudarse de allรญ a un lugar mรกs saludable.
Te citaron en una salita improvisada a la vera del obrador, una especie de prolijo tenderte donde una enfermera con cara de pocos amigos les enchufaba en el brazo unas cuantas inyecciones. Aquel dรญa, asignaste la rapidez con que tus compaรฑeros pasaban uno detrรกs del otro a la eficiente organizaciรณn mรฉdica de la empresa, tan distinta de los padecimientos para sacar turnos cada vez que alguno de tus chicos se contagiaba con esos ronchones infectos y entonces no quedaba mรกs remedio que atarles las manos para que no se rascaran. Para vos, la celeridad con que se cumpliรณ el trรกmite de la vacunaciรณn aquel dรญa no fue mรกs que eso, una extraรฑeza que no llegรณ a ser sospecha y que de รบltima te evitรณ hacer cola a la intemperie con ese frรญo glacial y el cuerpo hediondo y medio hรบmedo.
โEl Bolita fue el รบnico que se dio cuenta de que aquel dรญa la enfermera cambiaba la aguja pero utilizaba la misma jeringa mรกs de una vezโ.
Por eso, cuando el Bolita Antezana te preguntรณ si el dรญa de la vacunaciรณn habรญas visto a la enfermera abrir la jeringa descartable, te quedaste perplejo; estabas parado en el medio del agua y te quitaste el barbijo protector para tomar aunque mรกs no fuera un poco del aire fรฉtido que envolvรญa el ambiente costero porque sentiste que el terror te ahogaba y, entonces, apoyaste tu cuerpo fibroso todavรญa joven y sano sobre uno de los pilares a medio construir que asomaban del agua. Por allรญ pasarรญa el tubo de cuatro metros de diรกmetro que evitarรญa que las aguas servidas de las cloacas infectaran la ciudad. El Bolita fue el รบnico que se dio cuenta de que aquel dรญa la enfermera cambiaba la aguja pero utilizaba la misma jeringa mรกs de una vez; entonces le preguntรณ a su prima la Efra, la que trabajaba como ayudante de partera en el Materno-infantil Ana Goitรญa, si eso estaba bien. Y eso no estaba bien, era una barbaridad, sobre todo porque en la actualidad existรญan un tipo de jeringas que habรญa inventado un argentino llamado Carlos Arcusรญn. Mientras el Bolita aportaba datos tรฉcnicos, vos ya te sentรญas descompuesto, pero รฉl parecรญa un poseรญdo que te seguรญa contando lo que habรญa averiguado, que en las vacunaciones masivas debรญan utilizarse este tipo de jeringas llamadas autodescartables, porque al ser de una sola pieza podรญan utilizarse una sola y รบnica vez, lo que evitaba cualquier tipo de contagio.
El Bolita Antezana decidiรณ interrogar sobre lo sucedido el dรญa de la vacunaciรณn a cada uno de los sesenta compaรฑeros del obrador, porque si bien parecรญa sumiso y tranquilo, era todo lo contrario, y ademรกs porque no querรญa morirse, o mejor dicho, no podรญa morirse, porque tenรญa ocho hijos que alimentar, cuatro con รฉl y cuatro mรกs en el Chapare. Te convenciรณ para que lo ayudaras a recorrer los equipos de trabajo; รฉl se ocupรณ de la Planta de Tratamiento y Bombeo, donde el Lucho Bastardi dio fe de los mismos hechos y agregรณ ademรกs que a รฉl le habรญa perecido que no le inyectaban todo el lรญquido de la jeringa sino solo la mitad. A vos te tocรณ la secciรณn del Emisario Submarino, donde el lameculos del capataz fue el รบnico que asegurรณ que รฉl no habรญa tenido ningรบn problema y que la enfermera habรญa cumplido con todos los protocolos sanitarios.
Y entonces, el recuerdo dichoso de aquel dรญa de abril en el que creรญste que tu destino habรญa cambiado para siempre te llegaba ahora tergiversado, empaรฑado por un terrible desasosiego, una ridรญcula y paradรณjica certeza de que justo ahora que tenรญas un trabajo, una obra social y un lugar mรกs saludable donde vivir, justo ahora te ibas a morir; y no contagiado por las aguas hediondas y podridas del Riachuelo con las que habรญas convivido toda tu vida, sino contagiado de vaya saber quรฉ porquerรญa por culpa de una enfermera chiflada de una multinacional de mierda que no habรญa usado las jeringas autodescartables inventadas encima por un argentino.
Museo de la Farmacia
Facultad de Farmacia y Bioquรญmica (UBA)
www.ffyb.uba.ar/museo-de-farmacia