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Una lucha sin fin

Si bien los avances en materia de violencia y equidad de gรฉnero son mรบltiples, aรบn queda un largo camino por recorrer. Los nรบmeros y las noticias que a diario los medios de comunicaciรณn difunden reflejan una realidad que lastima a uno de los actores mรกs importantes que tiene la sociedad: la mujer. Porย Patricia Fernรกndez Mainardi

violencia-genero

โ€œHay criminales que proclaman tan campantes โ€˜la matรฉ porque era mรญaโ€™, asรญ nomรกs, como si fuera cosa de sentido comรบn y justo de toda justicia y derecho de propiedad privada, que hace al hombre dueรฑo de la mujer. Pero ninguno, ninguno, ni el mรกs macho de los supermachos tiene la valentรญa de confesar โ€˜la matรฉ por miedoโ€™, porque al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedoโ€, escribiรณ Eduardo Galeano, y dejรณ sentada su visiรณn sobre un segmento de la sociedad que aรบn no logra liberarse del calificativo de โ€œvรญctimaโ€.

En Argentina, una mujer fallece cada 31 horas como consecuencia de la violencia de gรฉnero y 1500 niรฑos quedan huรฉrfanos a causa de femicidios, segรบn cifras de la ONG Casa del Encuentro. Tan solo en el mes de mayo de este aรฑo, la Oficina de Violencia Domรฉstica, dependiente de la Corte Suprema de Justicia de la Naciรณn, atendiรณ 962 casos, el 72 por ciento de los cuales afectaba a mujeres. Son historias de sufrimiento y sรบplica que estรกn ligadas a un patrรณn sociocultural que promueve la desigualdad y las relaciones de poder sobre la mujer. Historias que en definitiva pudieron manifestarse en la marcha โ€œNi una menosโ€, que tuvo lugar el pasado 3 de junio frente al Congreso de la Naciรณn y en otros puntos importantes del paรญs. Un grito multitudinario se expresรณ contra los femicidios y la violencia de gรฉnero, y llevรณ a la agenda mediรกtica y polรญtica la necesidad de โ€œvisibilizarโ€ la problemรกtica y trabajar por medidas concretas.

Polรญtica de Estado

En los รบltimos aรฑos, el Poder Ejecutivo y el Congreso de la Naciรณn promulgaron varias normas encuadradas en una polรญtica de inclusiรณn e igualdad. De acuerdo a lo descripto por la agencai Tรฉlam, las medidas mรกs importantes comenzaron con la sanciรณn, en el aรฑo 2008, de la Ley 26364 de Trata de Personas y Asistencia a sus Vรญctimas como medida de protecciรณn a todas las mujeres menores y mayores de edad que fueran explotadas tanto dentro como fuera del paรญs. Cuatro aรฑos despuรฉs, por medio de la Ley 26842, el Congreso incorporรณ dos modificaciones: por un lado, no aceptar el โ€œconsentimientoโ€ de la vรญctima โ€“incluso, pese a su mayorรญa de edadโ€“, y ademรกs exigir que las penas sean de cumplimiento efectivo, sin importar el caso. Ese mismo aรฑo se creรณ el Consejo Federal contra la Trata de Personas y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Naciรณn habilitรณ la lรญnea gratuita 145 para recibir denuncias desde cualquier punto del territorio nacional las 24 horas del dรญa. Desde entonces, 8325 vรญctimas fueron rescatadas por el Estado Nacional, segรบn el Programa Nacional de Rescate y Acompaรฑamiento del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Naciรณn, casi todas las vรญctimas fueron mujeres y mรกs de la mitad (el 51 por ciento) fue por explotaciรณn sexual.

En marzo de 2009, se sancionรณ la Ley 26485, de protecciรณn integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los รกmbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, para abordar los distintos tipos de violencias ejercidas contra el gรฉnero femenino. Asimismo, se designรณ el Consejo Nacional de la Mujer como encargado de diseรฑar las polรญticas pรบblicas para efectivizar la ley, y para mantener en funciรณn la lรญnea 144, que brinda contenciรณn, informaciรณn y asesoramiento en violencia de gรฉnero todos los dรญas durante las 24 horas. Este organismo es el rector de las polรญticas pรบblicas vinculadas a la prevenciรณn, sanciรณn y erradicaciรณn de la violencia contra las mujeres. El trabajo que realizan apunta a un derecho humano silenciado por varios aรฑos, una batalla cultural que, como el Consejo plantea, se gana โ€œimpulsando polรญticas pรบblicas concretas, y si la sociedad toda se siente convocada a asumir el compromiso de colaborar para que tanto las leyes como las polรญticas impulsadas sean de efectivo cumplimientoโ€.

En noviembre de 2012, la Cรกmara de Diputados aprobรณ la norma que agravรณ la pena del homicidio de una mujer o persona trans cuando estรฉ motivado por su condiciรณn de gรฉnero. Un aรฑo antes, la presidenta de la Naciรณn dictรณ el Decreto 936, que promueve la erradicaciรณn de la difusiรณn de mensajes e imรกgenes que estimulen o fomenten la explotaciรณn sexual. Sin ir mรกs lejos en el tiempo, recientemente el gobierno nacional presentรณ el nuevoย Programa de Acompaรฑamiento de la Madre y del Reciรฉn Nacido โ€œQunitaโ€, una iniciativa de la cartera sanitaria nacional para “cuidar la salud de las embarazadas y los reciรฉn nacidos, con el fin de garantizarles a los argentinos un inicio de vida equitativo y las mismas oportunidades para crecer con salud”. Por otra parte, la Cรกmara de Diputados dio media sanciรณn a una iniciativa que establece que en las denuncias o actuaciones de oficio se indique expresamente cuando los delitos cometidos se perpetraron en un contexto de violencia de gรฉnero o familiar. Esta medida facilitarรก a jueces y fiscales orientar el seguimiento de los casos segรบn la Ley 26485. La medida establece que “los agentes fiscales y jueces que tuvieran intervenciรณn en causas por hechos cometidos en un contexto de violencia de gรฉnero o familiar, deberรกn consignar en todos los procedimientos, actos y resoluciones esta circunstancia”. El incumplimiento de esta obligaciรณn serรก considerado โ€œfalta graveโ€. El proyecto ahora deberรก ser ahora refrendado por el Senado.

Una norma para todas

La Ley 26485 busca garantizar la eliminaciรณn de la discriminaciรณn entre mujeres y varones; el derecho de las mujeres a vivir una vida sin violencia; el desarrollo de polรญticas pรบblicas de carรกcter interinstitucional sobre violencia contra las mujeres; la remociรณn de patrones socioculturales que promueven y sostienen la desigualdad de gรฉnero y las relaciones de poder sobre las mujeres; el acceso a la justicia de las mujeres que padecen violencia; la asistencia integral a las mujeres que padecen violencia en las รกreas estatales y privadas que realicen actividades programรกticas destinadas a las mujeres y/o en los servicios especializados de violencia.

La norma entiende por violencia contra las mujeres toda conducta, acciรณn u omisiรณn, que de manera directa o indirecta, tanto en el รกmbito pรบblico como en el privado, basada en una relaciรณn desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad fรญsica, psicolรณgica, sexual, econรณmica o patrimonial, como asรญ tambiรฉn su seguridad personal. Con violencia indirecta, comprende a toda conducta, acciรณn omisiรณn, disposiciรณn, criterio o prรกctica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con respecto al varรณn. En ese sentido, describe diferentes tipos de violencia contra la mujer: fรญsica (empleada contra el cuerpo de la mujer); psicolรณgica (causa daรฑo emocional, disminuciรณn de la autoestima, perjudica el desarrollo personal o busca degradar o controlar sus acciones, comportamientos, creencias y decisiones, mediante amenaza, acoso, hostigamiento, restricciรณn, humillaciรณn, deshonra, descrรฉdito, manipulaciรณn y aislamiento, entre otros ataques similares que perjudican la salud psicolรณgica y la autodeterminaciรณn); sexual (implica la vulneraciรณn en todas sus formas, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva); econรณmica y patrimonial (dirigida a ocasionar un menoscabo en los recursos econรณmicos o patrimoniales de la mujer, a travรฉs de la perturbaciรณn de la posesiรณn, tenencia o propiedad de sus bienes, la limitaciรณn de sus instrumentos de trabajo, documentos, bienes, valores y derechos patrimoniales, el control de sus ingresos, etc.); y simbรณlica (actรบa con estereotipos que, de alguna manera, naturalizan la subordinaciรณn de la mujer en la sociedad).

Estos tipos de violencia, explica la ley, se manifiestan a travรฉs de diferentes modalidades. La violencia domรฉstica es aquella ejercida por un integrante del grupo familiar, incluyendo las relaciones vigentes o las finalizadas; la violencia institucional es la realizada por las/los funcionarias/os, profesionales, personal y agentes pertenecientes a cualquier รณrgano, ente o instituciรณn pรบblica, que tenga como fin retardar, obstaculizar o impedir que las mujeres tengan acceso a las polรญticas pรบblicas y ejerzan los derechos previstos en la ley. La violencia laboral se basa en la discriminaciรณn en los รกmbitos de trabajo pรบblicos o privados y que obstaculiza su acceso al empleo, contrataciรณn, ascenso, estabilidad o permanencia, exigiendo requisitos sobre estado civil, maternidad, edad, apariencia fรญsica o la realizaciรณn de test de embarazo. Constituye tambiรฉn violencia contra las mujeres en el รกmbito laboral quebrantar el derecho de igual remuneraciรณn por igual tarea o funciรณn. La ley asimismo comprende la violencia contra la libertad reproductiva, la obstรฉtrica y la mediรกtica contra las mujeres.

Pese a que la ley es una norma vanguardista que parece no dejar nada librado al azar, quienes la critican plantean que en seis aรฑos, el presupuesto asignado al Consejo Nacional de las Mujeres nunca llegรณ a representar un dรญgito del presupuesto total nacional; que solo 18 provincias adhirieron a la leyย nacional; que no existen registros estadรญsticosย oficiales centralizados sobre la problemรกtica; y que hay muy pocas casas refugio.

El aborto, un gran dilema

Hay un tema en la agenda de gรฉnero que en Argentina genera mucha polรฉmica: el aborto no punible. El aรฑo pasado se presentรณ un proyecto en Diputados, elaborado por mรกs de 300 organizaciones nucleadas en la Campaรฑa Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. En el texto se reconoce el derecho de la mujer a decidir la interrupciรณn voluntaria del embarazo durante las primeras 12 semanas de gestaciรณn y habilita el acceso al aborto gratuito en el sistema de salud pรบblico y privado, sin autorizaciรณn judicial previa. La iniciativa prevรฉ que solo se podrรก abortar fuera del plazo fijado si el embarazo es producto de una violaciรณn, en caso de que represente riesgo para la salud de la madre o si existiesen malformaciones fetales graves.

De acuerdo a los datos presentados en la web de la Campaรฑa Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, el 60 por ciento de la poblaciรณn mundial vive en paรญses donde se permite el aborto inducido; por el contrario, el 26 por ciento de las personas lo hace en Estados donde el aborto estรก prohibido. Argentina estรก dentro de aquellos que, si bien lo prohรญben, lo permiten con el รบnico objetivo de preservar la salud de la mujer. No deja de ser un tema que genera discrepancias en la sociedad argentina (incluidos los polรญticos), con una fuerte impronta catรณlica.

Una Justicia mรกs equitativa

Flora Acselrad, titular de la Oficina de la Mujer (OM) โ€“creada en el aรฑo 2006 por la doctora Carmen Argibayโ€“, explicรณ a DEF el trabajo que realiza este organismo en la bรบsqueda de una Justicia mรกs igualitaria. La Corte trabaja arduamente en incorporar la perspectiva de gรฉnero, reconocer las falencias y a partir de ellas construir una justicia mejor, con el objetivo de generar conciencia no desde un lugar solamente teรณrico sino desde la aplicaciรณn a los casos cuya decisiรณn depende de la Justicia.

โ€œA raรญz de los compromisos intencionales que firmรณ Argentina, fundamentalmente la CEDAW (Comitรฉ para la eliminaciรณn de la Discriminaciรณn contra la mujer, ONU), hay una norma especรญfica que habla de la necesidad de que los poderes judiciales capaciten a sus funcionarios en este tema. La Corte asume que hasta tanto en la educaciรณn argentina la perspectiva de gรฉnero no estรฉ transversalizada, van a seguir ingresando a la Justicia personas sin perspectiva de gรฉneroโ€, explica Acselrad. Cabe seรฑalar que, por no contemplar esta norma de la CEDAW, muchos Estados estaban siendo condenados, tal es el caso de Mรฉxico, donde existiรณ un fallo denominado โ€œCampo algodoneroโ€ a raรญz del cual la Corte Interamericana condenรณ a este paรญs por decisiones judiciales e investigaciones sin perspectiva de gรฉnero.

Si bien en el marco de la Corte Suprema de Justicia de la Naciรณn tambiรฉn existe la Oficina de Violencia Domรฉstica, donde un equipo multidisciplinario atiende a las vรญctimas y les da una soluciรณn en el momento, la Corte advierte que de acuerdo a los casos ingresados, la violencia contra la mujer no estรก circunscripta a un fuero particular. Es por eso que la Oficina posee dos lรญneas de trabajo, una que busca equiparar las oportunidades entre mujeres y varones hacia el interior de la Justicia, y otra que apunta a incorporar la perspectiva de gรฉnero en las decisiones judiciales.

โ€œNadie puede prodigar hacia afuera la perspectiva de gรฉnero si en realidad no la aplica hacia el interior de la instituciรณn, el Poder Judicial es parte de nuestra sociedad. Tenemos una lรญnea interesante de capacitaciรณn con todos los poderes judiciales del paรญs, a nivel federal, nacional y provincial. Ya se han creado Oficinas de la Mujer en varios lugares del paรญs. Nosotros trabajamos con todas las jurisdicciones y vamos proponiendo diferentes objetivos de capacitaciรณn, investigaciรณn, remociรณn de estereotipos o de valoraciรณn de jurisprudencia con perspectiva de gรฉnero. No sirve de nada que, por ejemplo, la jurisdicciรณn de la ciudad de Buenos Aires avance y tengamos diez aรฑos de atraso en otra jurisdicciรณn. Para ello contamos con protocolos de trabajo que especifican las modalidades de los talleres. [โ€ฆ] Existen seis poderes judiciales de la regiรณn que buscan trasladar lo que estรก haciendo esta Corte a sus poderes judiciales. Esos poderes son los de Cuba, El Salvador, Perรบ, Uruguay, Chile y Mรฉxicoโ€, explica la titular de la OM con respecto a los avances concretados, lo cual no quiere decir que todas las decisiones judiciales incluyan la perspectiva de gรฉnero: โ€œLas hay porque hay 100.000 integrantes de la Justicia, nosotros hemos llegado a capacitar 30.000 personas. Es un nรบmero increรญble, pero falta. Es un cambio cultural, ademรกs quienes designan a los jueces, los Consejos de la Magistratura, tambiรฉn deben tener esta mirada, por ejemplo, ยฟincluyen en los exรกmenes una pregunta vinculada a la perspectiva de gรฉnero? Sรฉ que hay personas del Consejo que estรกn trabajando en ese tema. Es un gran engranaje de cosas para que todo funcione armรณnicamente. Nosotros podemos capacitar y tenemos programas hasta para las mรกs altas autoridades, como ministros de cortes y camaristas del sistema nacional y federal. Hemos capacitado a 400 de las altas autoridades, un nรบmero elevado para este pรบblico. Hay decisiones que aรบn salen sin este tipo de perspectiva, son personas que no se han acercado a tomar las capacitaciones. Son capacitaciones que se hacen pero no son obligatoriasโ€.

La OM reconoce que el destinario final del esfuerzo que realizan es la vรญctima de este tipo de violencia. Incluso, seรฑalan que aรฑos atrรกs existรญa un tipo de jurisprudencia en materia de trata de personas a raรญz de la cual las investigaciones se archivaban, ya que cuando se les preguntaba a las vรญctimas mayores de edad si habรญan consentido estar allรญ, ellas respondรญan que sรญ y las causas se diluรญan. A raรญz de las capacitaciones generadas desde la OM en materia de trata de personas y explotaciรณn sexual, que generan conciencia de la vulnerabilidad de las vรญctimas, de la imposibilidad de consentir la propia explotaciรณn, de las obligaciones internacionales del Estado asumidas en trata de personas, de la necesidad de erradicar los estereotipos, el sistema adquiere otra รณptica: โ€œEl mรฉtodo de la capacitaciรณn apunta a generar una reflexiรณn sobre estos temas y discusiones vinculados al ejercicio de la funciรณn. Nos detenemos a mirar lo que hacemos. La capacitaciรณn que tenemos en violencia domรฉstica, por ejemplo, estรก basada en tres historias de mujeres que sufren este tipo de violencia en diferentes modalidades y les toca atravesar el sistema de justicia. Los participantes deben elegir opciones como si ellos fueran las vรญctimas, las tienen que tomar en 30 segundos. El audio dice โ€˜Es la vรญctima, su esposo le acaba de pegar, agarra sus cosas y decide irse. ร‰l amenaza con matarla si se vaโ€™, deciden, eligen quedarse. Al otro dรญa, otro episodio similar: โ€˜Su marido no estรก, ยฟvan a la comisarรญa o se quedan?โ€™. Van a la comisarรญa y hay cuatro horas de espera, los chicos estรกn por salir del colegio. Se les presentan problemas reales que atraviesa una vรญctima. Los hacemos hacer el recorrido y listar los obstรกculos, para nosotros eso es suficiente para generar el cambio, concientizar y sensibilizar. Generamos personas que puedan entender a las vรญctimasโ€.

La OM estรก conectada con otros organismos del Estado, incluso existe un espacio denominado Articulaciรณn de los Organismos del Estado Nacional, que busca generar respuestas eficientes entre todos. โ€œEstamos tratando de revertir algo que es cultural, porque la Justicia se integra por abogados, fiscales, defensores. Muchos de ellos a veces hacen presentaciones sin perspectiva de gรฉnero. Entonces, puede pasar desapercibido, pero creo que este aรฑo el tema ha tomado un estado pรบblico como nunca antes. A veces quizรก hay una expectativa falsa, cuando llegan casos como el femicidio, los hechos ya ocurrieron. La Justicia tiene una visiรณn restaurativa cuando dice que esto fue lo que ocurriรณ, esta persona es la responsable y esta es la pena, pero no puede solucionar la muerte que ya ocurriรณ. Sรญ puede tomar medidas que de alguna forma eviten un desenlace fatal. Es una actuaciรณn conjunta entre jueces, fiscales, defensores y policรญa, todo depende de la jurisdicciรณn. Me parece que se requiere un cambio cultural que acompaรฑe, la Justicia estรก haciendo un esfuerzo en ese sentido. El papel principal lo tiene la educaciรณn, nosotros tenemos el rol de emparchar cosasโ€, expresa Acselrad.

Cabe seรฑalar, que dentro de las importantes herramientas que ofrece la OM, se encuentran los mapas de gรฉnero. En ellos se refleja la desigualdad de condiciones de las trabajadoras de la Justicia. โ€œEn ese mapa se ve que el Consejo de la Magistratura, por ejemplo el de la provincia de Buenos Aires, cuenta con un 94 por ciento de varones. Es un patrรณn que mรกs o menos se repite. De los magistrados, el que mรกs mujeres tiene es Chaco. Si vas a las cรกmaras generales, hay cada vez mรกs hombres, pero entre los funcionarios administrativos son mรกs las mujeresโ€, explica la titular de la OM. Entonces, continรบa, โ€œel sistema de Justicia en el total del paรญs tiene un 56 por ciento de mujeres, pero en los niveles superiores, eso no se refleja. Quien designa tiene que tener esta mirada de gรฉneroโ€.

Y relata lo que una vez le dijo una jueza: โ€œLas mujeres tienen que llegar sin resignarโ€. โ€œRecuerdo esa oportunidad, porque le preguntรฉ quรฉ habรญa resignado ella y me respondiรณ โ€˜Un hijoโ€™, tener un hijo menos de los que hubiese deseado. Entonces, ยฟpor quรฉ una persona tiene que resignar un hijo? Las estructuras deberรญan estar pensadas para la asunciรณn corresponsable de la maternidad y de la paternidad, las mujeres todavรญa no podemos realizarnos plenamente en los trabajos. Los varones tampoco, porque aquellos que quieran asumir tareas de cuidados tambiรฉn se encuentran con obstรกculos. Hasta hace poco, en el Poder Judicial no habรญa salas para lactarios, creamos estas salas para que las mujeres tengan un espacio para lactancia. Un lactario es un servicio que los varones no requieren, fue el primer eslabรณn de una serie de pasos que tienen que ver con poner el cuidado en la agencia judicial. Ese es el camino que empezรณ la doctora Argibay y que hoy continรบa la doctora Elena I. Highton de Nolascoโ€, finaliza Flora Acselrad.

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