La caída de Aleppo en manos del régimen de Bashar al-Assad, con el aporte de sus aliados rusos, y sus implicancias para el conflicto sirio y para la geopolítica de Medio Oriente. Escribe Omar Locatelli / Especial para DEFonline
Recién cuando el entonces frente rebelde sunita Al-Nusrah, comenzaba sus acciones militares en contra del gobierno sirio en agosto del 2012 en la legendaria ciudad de Aleppo, el presidente Bashar al-Assad tomaba real conciencia de que una revolución en su contra estaba en marcha. Cuatro años y medio después, y casi cuatrocientos mil muertos y cientos de miles de heridos más tarde, las tropas leales a su gobierno estaban a punto de tomar la ciudad de nuevo, anunciando el final de una era para la rebelión. Rusia marcó el momento al declarar que la batalla por Aleppo había terminado, a partir de que los últimos combatientes rebeldes acordaron entregar su territorio al gobierno sirio.
Los desbastadores bombardeos gubernamentales apoyados por las tropas rusas marcaron el ritmo de un sostenido avance para conquistar la capital económica de Siria, con un acuerdo posterior abalado tanto por Rusia como por EEUU. Varios residentes dijeron que la rudeza de los enfrentamientos y los posteriores bombardeos le habían hecho perder el contacto con familiares. Además, el grupo de vigilancia, Observatorio Sirio de Derechos Humanos, dijo que el número de hombres forzados a unirse al ejército al huir a las áreas gubernamentales había llegado a 6.000. Y que no hubo ninguna forma de tratar a los heridos, por lo cual los cuerpos se estaban acumulando en las calles del territorio rebelde.
Pero al acordar el trato cesaron los bombardeos. Rusia, Turquía y los grupos rebeldes sirios anunciaron que habían acordado evacuar a todos los combatientes restantes al territorio controlado por los rebeldes, con libertad a los civiles de unirse a ellos o trasladarse a las áreas controladas por el gobierno, dejando a toda la ciudad de Alepo en manos del gobierno.Decenas de miles de residentes – Rusia dice que por lo menos 100.000, la ONU pone el número en 37.000 – salieron de los distritos rebeldes controlados ahora por fuerzas pro-gubernamentales. Miles de personas huyeron a zonas rebeldes o kurdas. El gobierno sirio dijo que los rebeldes estaban manteniendo a la mayoría de la gente dentro de su territorio a la fuerza. Algunos residentes dijeron en entrevistas que los combatientes les habían impedido salir, otros dijeron que los habían guiado.
La ONU dijo que hubo 82 homicidios sumarios reportados en cuatro vecindarios -Bustan al-Qasr, al-Fardous, al-Kallaseh y al-Saleheen- los que incluyeron al menos 11 mujeres y 13 niños, algunos dispararon en las calles mientras intentaban huir[1].Más tarde, el enviado de ONU a Siria, Staffan de Mistura, reveló nuevos detalles sobre lo que los funcionarios sabían de los asesinatos reportados: Los muertos habían recibido disparos con pistolas, pero no estaba claro quién los había matado.
Un hito importante o un punto de inflexión
La implementación del acuerdo marcaría un importante punto de inflexión en la guerra de casi seis años de Siria. Pondría todas las ciudades importantes a lo largo de la columna occidental más poblada del país bajo control gubernamental, aunque las milicias kurdas y el llamado califato del Estado Islámico continúan manteniendo grandes áreas al este.
El negociado acuerdo entre Rusia, Turquía y los rebeldes entró en vigencia a partir de las 1700 del miércoles 14 de diciembre,permitiendo detener las acciones y rescatar a las decenas de miles de personas aún atrapadas por la lucha. No obstante, aún se mantienen los indicios de que el gobierno sirio y las milicias iraquíes aliadas no están de acuerdo con el plan de evacuar combatientes y civiles a territorio controlado por los rebeldes.
Para la ONU, en palabras de su vocero humanitario, Jens Laerke,“si la evacuación no avanza, una pesadilla aún mayor podría desatarse”. Además calificó el escenario en Aleppo como “una completa fusión nuclear para la humanidad”.
La derrota de los rebeldes da al gobierno de Assad su mayor victoria en la guerra desde hace cinco años; pero no el fin de la guerra civil. No obstante, esa victoria deja aAssad más dependiente que nunca de Irán y Rusia, y tan despreciado por sus oponentes, incluyendo a muchos de los suníes de mayoría siria, para que nunca más lo acepten como un gobernante legítimo. El territorio que ha reconquistado ha sido ganado a un costo devastador, y gran parte del país permanece en manos de sus enemigos.
El control de Aleppo por parte del gobierno no cambiará el curso del conflicto, que empezó a definirse a partir de la intervención militar de Rusia hace más de un año. Solamente le asegura a Assad evitar el peligro de que su gobierno sea derrocado por la oposición.Tampoco acelera el principio del fin pues los rebeldes todavía controlan grandes áreas del noroeste y gran parte del desierto del sur de Siria y varios bolsones de territorio alrededor de Damasco y cerca de Homs.Por su parte el Estado islámico aún controla más de un tercio de la parte oriental del país, y ha atraído a EEUU a la guerra de Siria. Además, aprovechando la atención centrada en la batalla de Aleppo, ISIS recapturó la ciudad siria de Palmyra, superando en sólo tres días las posiciones leales que habían sido agotadas por las diversiones en el frente de Aleppo. Respecto de los kurdos sirios,sus avances militares le permiten gobernar una gran área en el noreste de Siria que Assad también ha dicho que quiere reclamar. A su vez, las tropas turcas han intervenido en otra zona del norte del país y controlan un trozo de territorio junto a una fuerza de rebeldes aliados.
La importancia de la victoria gubernamental en Aleppo cambia los parámetros del conflicto, pues deja a los rebeldes sunitas sin control sobre cualquier área estratégicamente significativa del país y sin un verdadero pacto de negociación para tratar de forzar al gobierno a un acuerdo negociado. También cambia las bases de la política de la actual administración de EEUU que usaba las ganancias de los rebeldes para obligar a Assad a comprometerse en parte.
El temor de los diplomáticos occidentales es que el derramamiento de sangre se intensifique ahora, con un gobierno sirio envalentonado, respaldado por sus aliados rusos e iraníes, que intensifique sus esfuerzos para cumplir la promesa de Assad de recuperar todo el territorio perdido en manos de los rebeldes.Las primeras apreciaciones son dos: que el régimen sirio no tiene capacidad para poner fin a esta guerra, incluso con el apoyo de Rusia, y que el enfoque de tierra arrasada sólo va a atraer a más extremistas.
Aleppo representa “la muerte del respeto por el derecho internacional y las reglas de la guerra”, según David Miliband, que dirige una agencia de ayuda del Comité Internacional de Rescate[2].
Sino se controlan las acciones posteriores al acuerdo logrado, Aleppo puede pasar a la historia como uno de los grandes fracasos de la guerra por los abusos cometidos contra los derechos humanos. Inshallah (quiera Dios en árabe) que el sentido común humanitario evite que Aleppo ingrese, tal como Srebrenica y Ruanda, en la lista de las principales atrocidades cometidas en la guerra tanto en Bosnia como en África.
[1]Barnard, Anne – Battle Over Aleppo Is Over, Russia Says, as Evacuation Deal Reached – New York Times – 13Dic2016 – http://www.nytimes.com/2016/12/13/world/middleeast/syria-aleppo-civilians.html?_r=0
[2]Sly, Liz; Loveluck, Louisa& Ryan,Missy – Endgame in Aleppo, the most decisive battle yet in Syria’s war – Washington Post – 14Dic2016 – https://www.washingtonpost.com/world/endgame-in-aleppo-the-most-decisive-battle-yet-in-syrias-war/2016/12/13/eff36c3a-c16c-11e6-92e8-c07f4f671da4_story.html?utm_term=.abc951d7ae9c