Colombia se consolida como el gran epicentro del narcotráfico con el aumento del cultivo de coca y producción global de cocaína, según el Informe Mundial sobre las Drogas 2025 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), presentado en Viena.
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Colombia, centro de la cocaína y el narcotráfico
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) mostró su preocupación sobre la adaptación de los grupos delictivos dedicados al tráfico de drogas para consolidar su negocio pese al aumento de controles por parte de organismos gubernamentales.
El Informe Mundial sobre las Drogas 2025, que realizó relevamiento sobre la naturaleza del narcotráfico a nivel global, arrojó que en 2023, Colombia registró 253.000 hectáreas de cultivos de coca, lo que equivale a dos tercios del total global, que fue de 376.000 hectáreas. Respecto a la producción de cocaína, el país sudamericano produjo 2.600 toneladas de cocaína, un aumento del 53% frente al año anterior.
Pese al crecimiento de estos números, el gobierno colombiano también lideró en incautaciones récord de cocaína y sustancias utilizadas para su producción. Según el informe, las autoridades decomisaron 746.285 kilogramos de clorhidrato de cocaína y 99.356 kilogramos de pasta base, lo que equivale a un total de más de 845 toneladas de droga en distintas etapas de su procesamiento.

Además, en 2023 se incautaron 1.326.253 kg de acetona, 130.316 kg de ácido clorhídrico, 244.866 kg de ácido sulfúrico y 120.769 kg de permanganato de potasio, otros componentes utilizados en los laboratorios para la producción de cocaína.
Por otro lado, la ONUDC dedicó parte de su documento a las organizaciones criminales detrás del narcotráfico en Colombia y las principales rutas del negocio. Señala a las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC-EP) y las Autodefensas de Colombia (AUC) como estructuras que buscan ejercer control social y territorial a través de una mezcla de actividades legales e ilegales, violencia e incluso corrupción institucional.
El informe refleja el enorme flujo de droga que va desde los países andinos como Colombia, Perú y Ecuador a los mercados de Sudamérica, Estados Unidos y Europa. En menor medida, aunque en números aún notables, estas rutas también se dirigen a México y Centroamérica.
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El impacto social del tráfico de drogas
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito alertó sobre el impacto social, económico y de seguridad en el marco de la creciente inestabilidad mundial.
En 2023, la producción global de cocaína alcanzó las 3.708 toneladas de droga pura, un incremento del 34% respecto a 2022, y multiplica por diez la cifra registrada hace una década.

El mismo año, cerca de 316 millones de personas consumieron alguna droga, es decir 6% de la población entre 15 y 65 años, frente a 5.2% de la población en 2013. Para las Naciones Unidas, este aumento del consumo puede explicarse desde los nuevos grupos de personas en situación de vulnerabilidad que huyen de la inestabilidad de distinta índole y los conflictos armados.
El costo social fue de cerca de 500.000 muertes y 28 millones de años de vida saludable se perdieron por discapacidad y muertes prematuras (AVAD) en 2021. Además, se calcula que sólo una de cada 12 personas con trastornos por consumo de drogas recibió algún tipo de tratamiento en 2023.
“Esta edición del Informe Mundial sobre las Drogas muestra que los grupos delictivos dedicados al tráfico de drogas continúan adaptándose, explotando las crisis y teniendo en la mira a las poblaciones en mayor situación de vulnerabilidad,” mencionó Ghada Waly, Directora Ejecutiva de UNODC.
La funcionaria de las Naciones Unidas expresó la importancia de invertir en prevención y abordar las causas raíz del tráfico de drogas en todas las etapas de la cadena de suministro.
“Debemos reforzar las respuestas, aprovechando la tecnología, fortaleciendo la cooperación transfronteriza, proporcionando medios de vida alternativos y tomando acciones desde la justicia para combatir a los responsables que impulsan las redes ilícitas del tráfico de drogas. Mediante un enfoque coordinado e integral, podemos desmantelar a las organizaciones criminales, reforzar la seguridad global y proteger a nuestras comunidades.”, expresó Wally.