Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) es el nombre de la institución bajo la cual operan efectivos entrenados para combatir el narcomenudeo en la provincia de Córdoba: ellos son los que detectan la venta de droga, allanan el lugar y realizan las detecciones.
¿Por qué lo hacen? A diferencia del narcotráfico -que es la venta de droga en grandes cantidades y a mayor escala-, el narcomenudeo pone el foco en la entrega, distribución y comercialización de los estupefacientes. Es decir: es el último eslabón del negocio ilegal de las drogas antes de que lleguen a los consumidores.
“Hay muchos que sostienen que es el chiquitaje, pero lo dicen porque no tienen venta enfrente de sus hogares”, destacaron las principales autoridades de la FPA durante una visita de DEF. Y explicaron: “El punto de venta es ese local que está abierto en la madrugada, con movimientos de autos y con gente alrededor que busca tomar ese territorio (o mercado) y/o robar las sustancias que comercializa (mexicaneada). Incluso, puede dar lugar a un enfrentamiento armado”.

Además, contaron, mientras eso funciona, “los vecinos también son víctimas de robos domiciliarios e, incluso, dejan de sacar al perro o temen entrar sus vehículos al garaje”.
Para Francisco Adrián Salcedo y Clarisa Fany Carrera (entonces titular y subjefe de la FPA de Córdoba), cuando existe un punto de venta cercano a un hogar, esa familia se expone al riesgo de que uno de sus integrantes termine involucrado en el circuito de la demanda (el consumo) o en el de la venta.
“Eso desestabiliza la cotidianidad de las personas. No tienen tranquilidad a raíz de los delitos relacionados con el narcomenudeo. Hay un residual que maneja el punto de venta: si no es allí, puede ocurrir en la siguiente cuadra. Generalmente, se toman un espectro de tres a cuatro barrios linderos”, enfatizaron.

¿Qué misiones tiene la Fuerza Policial Antinarcotráfico?
En palabras de Salcedo, el trabajo de la Fuerza Policial Antinarcotráfico está enmarcado en un plan estratégico de lucha contra el narcomenudeo con una misión prospectiva al año 2030: “Evitar que el narcotráfico tenga un impacto a nivel social en Córdoba. Como parte del plan, tenemos ejes de trabajo y certificaciones. Uno es la transparencia en la trazabilidad de las acciones cotidianas de la Fuerza”, afirmó.
Según contaron a DEF, desde su creación (hace 10 años) la institución creció y logró objetivos concretos. Prácticamente, triplicaron el número de integrantes y lograron una infinidad de detenciones y cierres de puntos de venta de droga.
Sobre el modo de trabajar, Salcedo fue contundente: “El plan estratégico es la columna vertebral. ¿Cómo nos pensamos nosotros?, siempre en el centro de la escena y trabajando con tecnología para poder vulnerar la actividad narcodelictiva. Buscamos obtener la plena prueba: cuesta mucho el trabajo en territorio, pero apuntamos a la detención de los involucrados y a que los equipos de las fiscalías de lucha contra el narcotráfico cuenten con un caudal probatorio significativo”.

Un detalle clave: la Fuerza Policial Antinarcotráfico es única en su tipo a nivel nacional. Y, por sus características, también es única en la región. A nivel operativo, dependen del Fiscal General de la provincia. A nivel administrativo, del gobierno cordobés (hoy liderado por Martín Llaryora). De hecho, el presupuesto con el que cuentan para trabajar, está fijado por el ejecutivo provincial.
Otra característica de la FPA es que persiguen la transparencia institucional, por eso cuentan con una comisión de seguimiento y, si la Legislatura lo pide, deben rendir cuentas de su trabajo.
La importancia de Córdoba como punto estratégico para el narcotráfico
Con la creación de esta Fuerza, la provincia de Córdoba fue pionera a nivel nacional. Supo detectar a tiempo una de sus principales desventajas a la hora de pensar en la amenaza del narcotráfico: se ubica en el centro del país, tiene buena conectividad, densidad poblacional y acceso a insumos químicos (claves para la fabricación de la droga).

A ello se suma que, en ese punto del país, se cruzan las rutas de la cocaína y la marihuana (que penetran por el noroeste y el noreste). En resumen: estos factores la ubican como un punto atractivo para el narcotráfico.
Cabe destacar que el mercado de la venta de droga no discrimina niveles socioeconómicos: el narcomenudeo está presente en los barrios populares, en los de clase media y en los de las altas. También está en las zonas de bares, boliches y fiestas electrónicas. “Somos una fuerza especializada. Vamos contra los puntos de venta pero también contra las bandas, las organizaciones y las redes locales”, resumió Salcedo.
Salcedo: “El narcomenudeo es la cara visible del narcotráfico”
En palabras de Salcedo, la ecuación es simple: “El narcomenudeo es la cara visible del narcotráfico y del crimen organizado”. Por eso, a la hora de actuar, buscan hacerlo con responsabilidad y sin desplazar a las otras fuerzas federales. “Vinimos a potenciar los niveles de respuesta”, contó.

A la hora de realizar ese trabajo, la FPA se alimenta de información obtenida con software especialmente elaborado por sus propios efectivos y de las denuncias anónimas. Con esos datos direccionan sus acciones con el fin de ir contra las bandas, organizaciones y los referentes (aquellas personas que, en cualquier localidad, venden la droga).
Como señaló Salcedo, el fin es la desarticulación y evitar que el nicho de mercado sea ocupado por otros: “Si dejás que prolifere ese punto de venta, esa banda empieza a tomar más territorialidad y poder adquisitivo y armamentístico. Entonces, termina con un perfil de cartel y eso lleva a que se disparen los índices de violencia urbana y los delitos conexos empiezan a tener una gravitación muy estructural dentro de los niveles de seguridad ciudadana”. Asimismo, “acá se está trabajando para que eso no ocurra y, si pasa, buscamos disminuir, contrarrestar y mitigar ese impacto. Ese es el trabajo de esta policía en territorio cordobés”, dijo, al tiempo que comentó que también trabajan con extensión de jurisdicción en otros lugares.
“Aportamos bienestar a las familias al sacar el punto de venta cercano a sus hogares. Le llevamos tranquilidad a la madre que puede tener un familiar consumidor. Buscamos proteger a sus hijos y, a eso, sumamos la seguridad ciudadana. Interactúamos con la seguridad urbana de Córdoba. Hay una dinámica de trabajo e, incluso, estamos presente en otras acciones, como en el desbaratamiento de fiestas clandestinas o en operativos en eventos autorizados”, explicaron.

Además, desde la Fuerza contaron que llevan un registro de los distintos diseños de las drogas sintéticas y sus envoltorios: “Se hace un estudio y compartimos información con la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Realmente es un tema importante a tener en cuenta porque es un mercado emergente. De hecho, estamos participando en un taller sobre persecución penal de la narcocriminalidad con énfasis en este tipo de drogas y sustancias psicoactivas. Hemos hecho estudios sobre el fentanilo y nuevas sustancias”.
Sorpresa, velocidad y acción, las claves en los allanamientos
“Tenemos una serie de allanamientos que se denominan de asalto directo: sorpresa, velocidad y la acción agresiva”, subrayó Salcedo sobre el momento en el que deben entrar a un punto de venta de droga.
A su vez, aclaró que la acción agresiva está siempre dentro del marco de la ley. Es decir, es el uso racional de la fuerza. “El hombre se va anunciando como policía ni bien se rompe la sorpresa. Lo hace a viva voz, avisa que es un allanamiento y, recién cuando tiene contacto visual con la persona, le da la orden de que vaya al piso y muestre sus manos. Esa es la forma de trabajar. En el término de 30 segundos puede estar dominado el lugar, una vivienda base”.

También “vamos siempre con una cámara del tipo Go Pro para asegurar la transparencia. Hay un protocolo y un manual de uso y empleo de la misma. Cada uno de los operadores está identificado y todo queda almacenado para evaluar el nivel de respuesta. Ese material fílmico puede ser utilizado mediante oficio y por medio de la fiscalía que tiene la causa”, aclaró.
Plan de recuperación territorial
Según la Fuerza, el plan es la recuperación territorial a partir de la desarticulación. Una vez concretado, se acentúa el patrullamiento en materia de seguridad ciudadana. Según detallaron, la idea es potenciar a la FPA pero también al Ministerio Público Fiscal.
Por eso, desde el gobierno crearán más fiscalías enfocadas en la lucha contra el narcotráfico. “Es un esfuerzo grandísimo del ejecutivo provincial. En cuanto a la Fuerza, ya empezamos con un programa de descentralización operativa y centralización normativa”, dijo Salcedo.
La idea es contar con bases operativas, con sedes centrales en localidades como Jesús María, San Francisco y Río Cuarto, y patrullar de manera sostenida en varios lugares, considerados como puntos conflictivos. “Lo primordial es que el vecino obtenga mayor nivel de respuesta”, expresó, y aclaró que pronto se abrirá una sede en Marcos Juárez, para tener incidencia en la ruta que va hacia Rosario. Esa será reforzada con otra en Bell Ville.

“Vamos a abarcar y sostener los controles en ruta y en terminales. También existe un plan, que estamos desarrollando con el Servicio Penitenciario provincial, con foco en controles a las cárceles”, comentó Salcedo, no sin antes mencionar que probablemente estén presentes en otros puntos provinciales, como Villa Allende.
Quiénes ingresan a la Fuerza Policial Antinarcotráfico
Clarisa Fany Carrera, entonces subjefa de la FPA, contó que, a raíz de un convenio, la FPA se nutre de los efectivos que ingresan a la Policía de la provincia de Córdoba.
“La idea es fomentar las capacitaciones. Siempre les decimos que, en formación, tienen que tener el objetivo de superar a sus jefes. Esa es nuestra premisa. Y sumamos respeto y comunicación, dos cosas que no se pueden perder. En cuanto a nuestro orden, primero está la vida de la persona, debe estar segura (a partir de la mayor capacitación y entrenamiento), porque sabemos que a la hora de poner un pie en un lugar -durante un allanamiento- el efectivo tiene que estar mentalmente al 100% para poder tomar determinaciones”, remarcó Carrera.
¿Los sujetos ponen en riesgo su vida en los operativos? “Siempre. Son equipos de varios efectivos los que entran a un lugar. Eso es lo que tenemos que contemplar. Ellos están convencidos y aman lo que hacen”, respondió Cabrera, y destacó que son conscientes de que deben estar preparados y capacitados para hacer uso racional de la fuerza y ser menos letales en caso de tener que actuar.

En línea con Cabrera, Salcedo agregó que la FPA tiene varios inscriptos y que buscan concretar la creación de un instituto propio para capacitar directamente a quienes ingresan. Incluso, se está trabajando en la incorporación de efectivos provenientes de las Fuerzas Armadas: “Están faltando algunas definiciones administrativas vinculadas al salario y al cómputo de la antigüedad”.
“Esa potenciación viene de la mano de la incorporación de más talento humano y tecnología (de hecho va a haber una inversión muy importante en lo que hace a contar con mayor caudal probatorio). También, considerando el emergente de las sustancias psicoactivas y entendiendo que Córdoba es la tercera potencia a nivel nacional en precursores químicos, estamos teniendo acciones con Nación en esta materia”, puntualizó.
Los perros: camaradas de cuatro patas y figuras claves en los operativos

Por otro lado, la FPA cuenta con un plantel canino, certificado, que puede detectar drogas sintéticas. En términos de jerarquía, y para evitar el maltrato animal, estos perros son considerados como oficiales para la Fuerza. Incluso, cuentan con auditorías para asegurar su bienestar.
A cargo de los perros, están los guías, efectivos de la FPA capacitados para cumplir con ese rol. Al respecto, DEF dialogó con el oficial principal, Aldo Moisés, jefe de la División Canes de la FPA, quien contó que cuentan con 22 perros adiestrados y, muchos de ellos, operan en la calle. “Están adiestrados para detectar marihuana, cocaína y diferentes drogas sintéticas (como éxtasis y ketamina) y distintos opioides y medicamentos (que pueden llegar a ser legales pero que, en el contexto de la investigación, no lo son). También, nuestros animales pueden localizar derivados de las sustancias mencionadas y armas de fuego”, reveló Moisés.