El aumento del consumo de drogas de sรญntesis entre adolescentes y jรณvenes deberรญa alertar a la sociedad argentina, que desde la dรฉcada del 90 ha comenzado a vivir en carne propia un fenรณmeno que era caracterรญstico de los paรญses centrales.
En el contexto del debate que aflora en estos dรญas en Amรฉrica Latina respecto de la despenalizaciรณn de las denominadas โdrogas blandasโ, no se puede soslayar la estadรญstica de la Secretarรญa de Prevenciรณn de la Drogadicciรณn y Lucha contra el Narcotrรกfico (Sedronar) segรบn la cual en la รบltima dรฉcada aumentรณ un 131 por ciento el consumo de estupefacientes entre adolescentes argentinos de 13 a 17 aรฑos. Si bien los estimulantes de tipo anfetamรญnico no figuran a la cabeza del ranking, su circulaciรณn ha crecido exponencialmente en nuestro paรญs a partir de los aรฑos 90. El tema, ausente de los grandes debates de nuestra sociedad, suele concentrar el foco de atenciรณn de la opiniรณn pรบblica en ocasiรณn de las maratรณnicas fiestas de mรบsica electrรณnica, conocidas como โravesโ, el lugar habitual de inicio en el consumo del รฉxtasis y otros estimulantes de tipo anfetamรญnico.
El documento Nocturnidad y consumo de drogas sintรฉticas, publicado por el Observatorio de Polรญticas Pรบblicas en Adicciones de la Ciudad de Buenos Aires en 2010, advierte sobre la magnitud del fenรณmeno: โLas llamadas drogas de sรญntesis, de diseรฑo o de club son sumamente accesibles, se compran y venden por telรฉfono, a travรฉs de Internet y en los boliches. Se mezclan con alcohol y/o marihuana (dependiendo de la sustancia y de los efectos buscados), buscando prolongar la noche de fiesta hasta bien entrada la maรฑanaโ. โLas drogas de diseรฑo โaรฑade el citado trabajoโ permiten instrumentar la respuesta para โno pararโ de los jรณvenes tanto en la fiesta como en el after que prolonga la sensaciรณn de disfrute ilimitado. En el after, musicalmente hablando, predomina un trance โrabiosoโ que mantiene al joven โcongeladoโ en sensaciones placenteras que posponen, por algunas horas, el momento del โbajรณnโ (angustia y cansancio fรญsico)โ. Es allรญ donde comienzan los sรญntomas de un fuerte malestar, que pueden dar lugar a patologรญas cardiovasculares potencialmente letales. La pรฉrdida del control sobre el propio cuerpo, la depresiรณn y los ataques de pรกnico, por citar otros de los efectos perjudiciales de estas sustancias, completan un โcomboโ explosivo.
โTe engaรฑรกs a vos mismo, pero disfrutรกs tanto el mambo que no te importa lo que se vieneโ, admite uno de los usuarios de estas sustancias, entrevistado en forma anรณnima para el trabajo del Observatorio. Otro de los jรณvenes que brinda su testimonio se refiere a la toma de conciencia a partir de la muerte de uno de โun amigo que tomaba รฉxtasis en cantidad, hasta que una noche me llamaron y me enterรฉ que se tirรณ del balcรณn, no sรฉ si creyendo que era Superman o algo asรญ. Se tirรณ del balcรณnโฆ Quiso volar, se parรณ en la cornisa y cuando se tirรณ, se matรณโ. Lo peligroso, admite un tercer joven, es que โno sentรญs que se estรก yendo de las manos; o sea, sentรญs que la manejรกs y que la dominรกs (โฆ) No percibรญs que te estรกs arruinando fรญsicamente. Se te va de las manosโ.
No estamos hablando de una droga asociada a la marginalidad o al submundo de la delincuencia, aunque tampoco podemos restringir este fenรณmeno a una moda pasajera de los sectores pudientes. Los especialistas en la materia, como la doctora Marรญa Verรณnica Brasesco, alertan sobre una difusiรณn de este tipo de consumos de la clase alta a la clase media y tambiรฉn a los sectores menos pudientes. โPareciera que ya no son sรณlo los โchetosโ quienes forman parte del cรญrculo de la mรบsica electrรณnica y el consumo de droga de diseรฑo โadvierte el citado trabajoโ. Hoy emergen muchos jรณvenes que logran asimilarse dentro de lo que puede denominarse como una moda que recorre el consumo (y muchas veces la venta) de drogas de diseรฑoโ.
Posiblemente los padres, abrumados por sus propios problemas, no presten la suficiente atenciรณn al asunto o atribuyan las largas maratones nocturnas de sus hijos a una comprensible rebeldรญa juvenil. Tal vez ni siquiera estรฉn enterados de lo que sus hijos hacen los fines de semana. No promovemos aquรญ la vรญa represiva contra los consumidores, muchas veces desprevenidos, seducidos por falsas promesas de diversiรณn e ignorantes de las secuelas que estas drogas pueden dejar en su organismo. Abogamos, en cambio, por una actitud firme y decidida de las autoridades โy de la sociedad en su conjuntoโ contra quienes por acciรณn u omisiรณn fomentan o avalan la organizaciรณn de eventos en los que la circulaciรณn de estas sustancias es moneda corriente. No miremos para el costado. Estamos a tiempo de actuar. Hagรกmoslo antes de que sea demasiado tarde. Las consecuencias de no tomar las decisiones en el momento oportuno pueden ser irreversibles. Es hora de despertarnos del letargo y de poner en marcha polรญticas de prevenciรณn de estos nuevos consumos, programas de atenciรณn a los adictos y acciones firmes de combate al โnarco-comercioโ que lucra con la vida de nuestros jรณvenes.