La Fundación Sherman Kent, un think tank sobre inteligencia estratégica con sede en Argentina, lanzó su segundo informe del 2025 sobre organizaciones terroristas y grupos armados en Latinoamérica y el Caribe, en el que advierte sobre el complejo panorama de amenazas asimétricas en la historia contemporánea de la región.
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Terrorismo: las cinco mayores amenazas en Latinoamérica y el Caribe
En una región donde la actividad terrorista ha ido en crecimiento, según el Global Terrorism Index 2024 y el Institute for Economics and Peace, Estados Unidos dio señales de preocupación con la designación formal de Organizaciones Terroristas Extranjeras a ocho entidades: Tren de Aragua (Venezuela), Mara Salvatrucha (MS-13), Cártel de Sinaloa (México), Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel del Noreste (CDN), La Nueva Familia Michoacana (LNFM), Cártel del Golfo (CDG), y Cárteles Unidos (CU).
La Fundación Sherman Kent advierte la consolidación de los carteles mexicanos a través de metodología terrorista y la presencia operativa sostenida de Hezbollah, que lleva generando entre 300 y 500 millones por su actividad ilegal en la Triple Frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil, Colombia, entre otros países.

La organización del Líbano opera a través de células familiares consolidadas con especialización funcional: el Clan Saleh controla históricamente las rutas Maicao-Maracaibo, el Clan Nassereddine proporciona facilitación política en Venezuela, mientras que el Clan Rada gestiona operaciones sofisticadas de lavado de activos.
También destaca la fragmentación violenta de grupos armados ya tradicionales dentro de la lógica de Colombia como las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). El ELN se consolidó actualmente en 232 municipios colombianos y en ocho estados de Venezuela gracias a un personal estimado de 6.000 combatientes mientras que las disidencias de las FARC controlan el 60% de la producción colombiana de coca.
Además, el informe menciona la emergencia que representan las organizaciones transnacionales híbridas como el Tren de Aragua, y la evolución de facciones brasileñas como el Primeiro Comando da Capital (PCC) y el Comando Vermelho Hacia estructuras mafiosas con capacidades cuasi-estatales.
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Crimen e inseguridad: “Estamos ante una potencial de desestabilización hemisférica que podría ser irreversible”
Más allá del escenario general que atraviesa el continente, el think thank argentino puso el foco en el panorama particular que enfrentan algunos países.
Haití es el ejemplo más claro, con una violencia que se tradujo en 5.601 muertes por violencia de pandillas en 2024, y enfrentándose a un colapso estatal terminal, con pérdida de presencia territorial e incapacidad para ejercer sus responsabilidades para con su población.
Otro caso conocido por el involucramiento de Estados Unidos es Venezuela, país que Sherman Kent reconoce como hub criminal hemisférico, “donde el régimen autoritario liderado por Nicolas Maduro mantiene el control a través de gobernanza híbrida”.

Ecuador se suma a este grupo a raíz de una transformación dramática hacia un escenario de violencia extrema pasando de 6.7 a 44.5 homicidios por 100.000 habitantes. En esa misma línea se ubica México, que alberga un proceso de guerra interna entre carteles con más de 500 muertos, únicamente en Sinaloa, entre septiembre-diciembre de 2024.
A su vez, Colombia también lidia con los enfrentamientos entre grupos guerrilleros, con la crisis del Catatumbo que produjo 80.000 desplazados y el fracaso de la Paz Total impulsada por el presidente Gustavo Petro.
Por otro lado, Trinidad y Tobago se encuentra bajo estado de emergencia por el ascenso de homicidios, mientras que Honduras lidia con 247.000 desplazados internamente, y Paraguay como convergencia de amenazas múltiples, como por ejemplo las operaciones de Hezbollah, la constitución como hub de lavado de dinero y cultivo de marihuana para su tráfico.
Finalmente, la Fundación Sherman Kent hace una proyección analítica para 2025-2030 que indicarían una probabilidad alta de escalamiento sin intervención coordinada inmediata, con potencial de desestabilización hemisférica “que podría convertirse en irreversible si se superan umbrales críticos de control territorial y penetración institucional”.




