La decisión del gobierno de Gustavo Petro de no publicar la cifra de producción de cocaína no impidió que el dato saliera a la luz. Según reveló el medio español El País, Colombia pudo haber producido -potencialmente- 3001 toneladas del alcaloide en 2024. Ese número supone un incremento del 12,6% respecto de 2023, en el que se había alcanzado una producción potencial de 2664 toneladas.
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Mientras tanto, con datos consolidados de los primeros nueve meses del año, el Ministerio de Defensa publicó una cifra récord de incautaciones: 707 toneladas de cocaína. Confirmó también la destrucción de 4.813 laboratorios clandestinos dedicados al procesamiento de drogas ilícitas.

“Mientras exista la demanda de las drogas, va a existir la oferta. Es un problema de salud pública global. Es una crisis mundial y, por ende, la respuesta requiere que sea internacional. No lo podemos hacer solo nosotros”, dijo el ministro de Defensa, David Sánchez, en octubre, al presentar estas últimas cifras.
La cocaína de Colombia: polémica por el método de cálculo y el descargo de la ONU
Por otro lado, el presidente Petro cargó contra la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD) y cuestionó su último informe, al que calificó de “estupidez científica”. El mandatario colombiano consideró “incorrecto” atribuir la misma productividad a las 250.000 hectáreas de cultivos ilícitos, sin distinguir entre las zonas de mayor circulación de cocaína y áreas que han estado abandonadas durante años. Afirmó que se incluyen 80.000 hectáreas abandonadas.
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¿De dónde surgen las cifras de la ONUDD? El informe, que se publica anualmente desde 1999, surge del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI), que permite establecer, con datos estimados, las hectáreas cultivadas de hoja de coca y el potencial de producción de clorhidrato de cocaína

Se basa en imágenes obtenidas por sensores remotos y toma en consideración criterios como la fecha de toma, la nubosidad y la resolución, para luego procesarlas y convertirlas en información fehaciente. También se evalúan, en el marco del SIPRI, los precios de toda la cadena de producción, que va desde la hoja de coca hasta el clorhidrato de cocaína.
Por su parte, la ONUDD admitió que “los cambios del narcotráfico hacen necesario ampliar los indicadores, pasando de medir solo la producción potencial a estimar también la cocaína disponible en los mercados”. En ese sentido, afirmó estar dispuesta a “trabajar conjuntamente con el Gobierno colombiano para aplicar otros modelos estadísticos”.




