La Argentina prepara para el aƱo que se inicia una expedición comandada por el veterano antĆ”rtico, general de Brigada VĆctor Hugo Figueroa, cuyo destino es alcanzar al extremo norte de la Tierra en esquĆes.
Con el aval del Ministerio de Defensa de la Nación y bajo la supervisión de la Dirección AntĆ”rtica del EjĆ©rcito, el equipo integrado por el coronel Gustavo Curti, el teniente coronel Ignacio Carro, los tenientes Juan Pablo de la RĆŗa y Emiliano Curti, el subteniente de reserva Santiago Tito y el suboficial mayor Luis Cataldo, al mando del general de Brigada VĆctor H. Figueroa, intentarĆ” la proeza de convertir a la RepĆŗblica Argentina en uno de los pocos paĆses en enviar una expedición oficial al Polo Norte del Planeta.
El proyecto, nacido de la intención de unir dos especialidades de marcada influencia mutua como son el montaƱismo y la antĆ”rtica, evoca la historia misma de los pioneros locales en la conquista del sexto continente quienes, en la dĆ©cada del 50, fueron seleccionados entre los mĆ”s experimentados montaƱeses. El motivo es claro porque pese a tratarse de ambientes aparentemente muy distintos tienen una caracterĆstica comĆŗn que los hermana: la rigurosidad de una naturaleza impiadosa. SegĆŗn explica Figueroa, quien de concretarse esta hazaƱa se transformarĆ” en uno de los pocos exploradores que alcanzaron ambos polos terrestres, esta peculiaridad determina la idiosincrasia misma del desempeƱo de los hombres ya que āexige el trabajo en equipo, la coordinación de las acciones, la solidaridad y la ayuda mutua frente a cualquier circunstancia, ya que la mayorĆa de los accidentes fatales que se produjeron fueron a causa de realizar este tipo de actividades de forma solitariaā.
La preparación
Aprovechando la nieve de septiembre, los expedicionarios realizaron actividades de esquĆ durante diez dĆas en la localidad de Caviahue, provincia de NeuquĆ©n. Posteriormente, cada uno en su lugar de destino continĆŗa con un entrenamiento personal hasta enero, mes en el que viajarĆ”n a la Base Esperanza de la AntĆ”rtida. De regreso, ya en Buenos Aires, proseguirĆ”n con el adiestramiento hasta el momento de la partida.
La idea es salir a fines de marzo y llegar el dĆa 30 al archipiĆ©lago Svalbard que forma parte del Reino de Noruega y estĆ” situado al norte del continente europeo. AllĆ los expedicionarios se reunirĆ”n con la logĆstica, ya que serĆa extremadamente oneroso trasladarla desde Argentina y, entre otras actividades, realizarĆ”n pruebas de equipo y acondicionamiento de la carga. El itinerario planificado continĆŗa en la base rusa Borneo, estación derivante que se instala sobre el mar congelado, a los 89 grados de latitud norte aproximadamente, con el objetivo de dar apoyo a las actividades cientĆficas llevadas a cabo por integrantes del Instituto Polar Ćrtico. El tema cientĆfico tambiĆ©n puede formar parte de los objetivos de la āExpedición Polo Norte 2016ā para lo cual se consultó a la Dirección Nacional del AntĆ”rtico y al Instituto AntĆ”rtico Argentino, organismos que se encuentran analizando potenciales estudios de interĆ©s para nuestro paĆs.
En Borneo, permanecerĆ”n hasta que se den las condiciones adecuadas para iniciar la travesĆa de recorrer en esquĆ alrededor de 110 kilómetros hasta alcanzar el Polo Norte. āEstimamos, relata el jefe de la expedición, avanzar 15 kilómetros diarios, aunque es un cĆ”lculo bastante impredecible dado que varĆa segĆŗn factores diversos, como las condiciones meteorológicas y el estado del hieloā.
La dinĆ”mica de la marcha āque se estima puede durar entre siete y diez dĆasā serĆ” similar a la de las expediciones australes: un desayuno fuerte, breves paradas para tomar algo caliente y una comida completa a la noche, armar campamento y descansar. Toda la logĆstica va en trineos de arrastre individuales que pesan alrededor de 50 kilos cada uno.
Marchar sobre el ocƩano
Mientras la expedición al Polo Sur se realizó sobre tierras continentales antĆ”rticas, para alcanzar el extremo opuesto del Planeta deberĆ”n trasladarse sobre las aguas heladas del OcĆ©ano Glacial Ćrtico. āPor esta razón es necesario ir midiendo el espesor del pack de hielo para determinar si es transitableā, expresa Figueroa. Y advierte que entre los peligros se encuentran los ārĆos de agua abiertos que deben navegarse utilizando los trineos como si fueran un kayak y la presencia de bloques de hielo que pueden alcanzar una altura que oscila entre los 15 centĆmetros y el metro de altura, producto del choque de las corrientes marinasā. Agrega ademĆ”s que cuando el hielo no estĆ” bien consolidado, el pack suele moverse, razón por la cual puede ocurrir que al levantarse por la maƱana tengan la sorpresa de estar āveinte kilómetros mĆ”s adelante o atrĆ”s de donde nos encontrĆ”bamos al irnos a dormir, segĆŗn haya ido la derivaā.
Sobre las precauciones a tomar ante la presencia de mamĆferos terrestres, ausentes en la AntĆ”rtida, Figueroa cuenta que llevan sistemas de protección compuestos por sensores que se ponen alrededor de las carpas y, ante el hipotĆ©tico caso de que aparezcan osos polares, algo fuera de lo comĆŗn porque en esas latitudes no se ha observado ninguna especie de mamĆfero, tienen un armamento especial para ahuyentarlos. āLo llevamos por seguridad, aunque hasta ahora no hubo accidentes de este tipoā, aclara.
Los exploradores australes plantan bandera al llegar a la meta. Los boreales, con menos espectacularidad aunque similar proeza, deben fijar posición por medio de un sistema de posicionamiento satelital, GPS. La expedición argentina al extremo norte de la Tierra āprogramada entre fines de marzo y el 22 de abril aproximadamente, si las condiciones climĆ”ticas lo permitenā planea emprender el regreso despuĆ©s de dormir una noche en ese punto geogrĆ”fico.
āEsta expedición es un desafĆo muy importante para el EjĆ©rcito Argentino y una oportunidad de demostrar una vez mĆ”s la capacidad que tenemos de movernos en distintos ambientes geogrĆ”ficos sin inconvenientesā, finaliza VĆctor Figueroa. āVa a ser una gran experiencia y espero que logremos tener Ć©xito. En lo personal, me entusiasma sentir que puedo transferir mi larga experiencia en los hielos antĆ”rticos, al tiempo que le damos una oportunidad Ćŗnica a los mĆ”s jóvenes y, quizĆ”s, contribuyamos a despertar interĆ©s en estos temas tan especĆficos e importantes para nuestro paĆsā.





