Con sus pros y sus contras, la รบltima reuniรณn de la Comisiรณn Ballenera Internacional (CBI) dio un paso adelante en la adopciรณn de iniciativas orientadas a la recuperaciรณn de la especie.
Llevada a cabo en Florianรณpolis, Brasil, en el mes de septiembre, el evento reuniรณ a las naciones conservacionistas y las proballeneras. Como suele ocurrir en los encuentros de los organismos internacionales, hay resoluciones positivas y otras no tanto. El gran triunfo fue mantener la moratoria de la caza comercial vigente, a pesar del intento de Japรณn de derribarla y lograr โcon la firma del 60 % de los paรญses miembroโ la aprobaciรณn de la Declaraciรณn de Florianรณpolis, que orienta el futuro de este foro hacia la conservaciรณn y el uso no letal.
Roxana Schteinbarg, integrante del Instituto de Conservaciรณn de Ballenas, organizaciรณn no gubernamental acreditada para participar del evento, explica que ese reconocimiento es fundamental, ya que โfortalece el trabajo del Comitรฉ de Conservaciรณn y permite que siga adelante con otros proyectos como el referido a la basura marina, el avistaje responsable, las colisiones con embarcaciones y otras tareas relacionadas con la investigaciรณnโ.
Sin embargo, tambiรฉn hubo derrotas, como el bloqueo a la propuesta de creaciรณn del Santuario de Ballenas del Atlรกntico Sur y la aprobaciรณn de un polรฉmico paquete que renueva en forma casi automรกtica a perpetuidad, las cuotas de caza aborigen de subsistencia de cuatro comunidades.
โLa oposiciรณn de los paรญses cazadores impidiรณ alcanzar el 75 % de los votos necesarios para lograr el establecimiento del Santuarioโ, explica Schteinbarg, y agrega que โuna vez mรกs se perdiรณ la oportunidad de ampliar la protecciรณn de las especies y las poblaciones de ballenas de la cuenca oceรกnica del Atlรกntico Sur. Su aprobaciรณn hubiese podido demostrar la evoluciรณn positiva de este foro, incorporando el respeto de los derechos de una regiรณn y sus comunidades que se benefician por la presencia de las ballenasโ.
Otro resultado negativo fue la aprobaciรณn y el incremento de las cuotas de cacerรญa de subsistencia a cuatro comunidades, pese a que, segรบn explicรณ Schteinbarg, estรก demostrado que en Groenlandia โel destino real de la carne de ballena no es el consumo de las comunidades aborรญgenes, sino su comercializaciรณn en restaurantes de lujoโ.
Ballenas, una especies en peligro
Aunque el rol ecolรณgico de los cetรกceos es fundamental en los ocรฉanos, ya que muchos de ellos se encuentran en la cima de la cadena alimentaria marina, la caza comercial estรก prohibida desde 1986 por la CBI, โlos paรญses balleneros continรบan con prรกcticas anacrรณnicas de cacerรญa, apoyados por naciones pequeรฑas del Caribe y รfrica que, segรบn investigaciones concretas, reciben asistencia financiera a cambio de su votoโ, afirma la especialista.
Mientras tanto, las amenazas se multiplican: โenmallamientos en redes y sogas de pesca, choques con embarcaciones, turismo descontrolado en algunos paรญses, contaminaciรณn quรญmica y acรบstica del mar, residuos y la degradaciรณn del hรกbitat, por mencionar solo algunos de los principales peligros que sufren los mamรญferos marinos y que fundamentan la urgencia de que se tomen importantes medidas de protecciรณnโ, afirma Mariano Sironi, biรณlogo, director cientรญfico del Instituto de Conservaciรณn de Ballenas (ICB).

El principal problema para la implementaciรณn de muchas iniciativas de protecciรณn, sostiene Sironi, es que por โser las ballenas animales migratorios, utilizan tanto aguas internacionales como las territoriales de distintos paรญses, por lo cual la conservaciรณn integral en todo su hรกbitat exige el compromiso de muchas nacionesโ.
Industria vs conservaciรณn
La problemรกtica es de larga data y conlleva una historia compleja que colocรณ a muchas especies de ballenas al borde de la extinciรณn por la caza indiscriminada de la industria, peligro latente aรบn despuรฉs de aรฑos de implementarse medidas conservacionistas.
Desde mediados del siglo XIX las ballenas comenzaron a cazarse de manera industrial, ya en 1905 la participaciรณn de buques factorรญa โespecie de plantas procesadoras en el marโ permitiรณ su desarrollo masivo, al punto que 25 aรฑos despuรฉs casi el 80 % de las grandes especies de ballenas estaban en riesgo. Por esta razรณn y con el objetivo de ordenar el desarrollo de la industria y promover la conservaciรณn adecuada de las poblaciones, en 1946 se creรณ la CBI que se reรบne anualmente y, dentro de ella, un comitรฉ cientรญfico que desde entonces intenta establecer y hacer respetar los lรญmites de la caza que fueron sistemรกticamente violados por algunos paรญses que ni siquiera respetaron la moratoria establecida en 1986.

En sus inicios, la cacerรญa se justificaba como forma de sustento de las familias, que no solo se alimentaban de su carne, sino que utilizaban los huesos como materiales de construcciรณn, el aceite para iluminar y calentar, la cera para velas, el jabรณn y el pegamento, entre otros mรบltiples usos.
Esta historia, con variantes, se repite hasta la actualidad, y cuanto mรกs sofisticados son los mรฉtodos de caza, mayor es el riesgo; y pese a que la CBI establece las cuotas de captura, la realidad es que se matan muchas mรกs ballenas que las permitidas.
Bajo la excusa del interรฉs cientรญfico โun argumento rebatido por los especialistas que afirman que los datos de alimentaciรณn, reproducciรณn y ciclo vital pueden conocerse a travรฉs de tรฉcnicas de estudio benignas y no letalesโ, se lleva adelante una caza comercial indiscriminada que llega a la depredaciรณn y a un importante negocio que defienden a capa y espada sus beneficiarios.
De hecho y a modo de ejemplo, en la รบltima campaรฑa finalizada en marzo pasado, Japรณn matรณ 333 ballenas minke en el Atlรกntico Sur, de las cuales 122 estaban preรฑadas y 114 eran crรญas.
Rรฉcord en Penรญnsula Valdรฉs
Pese a que las amenazas aumentan permanentemente, en la costa patagรณnica argentina se registrรณ por segundo aรฑo consecutivo un incremento en el nรบmero de ballenas francas. Esta informaciรณn surge del relevamiento llevado a cabo por el Instituto de Conservaciรณn de Ballenas y Ocean Alliance, en el marco del el Programa de Investigaciรณn Ballena Franca Austral en Penรญnsula Valdรฉs que lleva 48 aรฑos consecutivos de estudios basados en la fotoidentificaciรณn de los animales.
โAl rรฉcord de sostener estos relevamientos durante casi cinco dรฉcadas, le agregamos uno nuevo: superar el nรบmero excepcional de ballenas registrado en 2017 que fue de 788. Este aรฑo contamos 856 โentre las cuales hay 365 crรญasโ en los golfos Nuevo y San Josรฉ, la mayor cantidad observada en esta รฉpocaโ, destaca el doctor Sironi. Y explica que es muy probable que haya aรบn mรกs ejemplares, ya que el objetivo de los vuelos que ellos realizan no es censar y realizar un conteo total, sino fotoidentificar a los individuos.
โEsto es factible debido a que cada ballena puede reconocerse por las callosidades que posee en la cabeza. Con este mรฉtodo โque permite monitorear el estado, la salud y la distribuciรณn poblacionalโ hemos creado una base de datos de largo plazo, reconocida por el Comitรฉ Cientรญfico de la Comisiรณn Ballenera Internacional como una de las mรกs importantes del mundo. Por otra parte, es una herramienta para comprender el rango migratorio de la poblaciรณn, esencial para asegurar su protecciรณn a lo largo de todo su territorioโ.