En una de las últimas citas antes de dejar la Casa Blanca, Joe Biden se reunió por última vez con Xi Jinping en el marco del foro multilateral APEC y ambos líderes plantearon sus preocupaciones acerca del rumbo de la economía mundial. El encuentro también tuvo advertencias por parte de China: cuatro líneas rojas que el gigante asiático considera que no deben cruzarse para el bienestar del vínculo con Estados Unidos.
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China y Estados Unidos, preocupados por la economía global
Joe Biden y Xi Jinping, a menudo enfrentados por la geopolítica, coincidieron en que el triunfo de Donald Trump traerá turbulencias e incertidumbre a la APEC y el comercio. El republicano había prometido en campaña restaurar el proteccionismo económico y aplicar aranceles a los productos importados, 25% en el caso de México y 60% para las exportaciones de China.
Si Trump aumenta las cargas impositivas, podría afectar a las 21 economías del Pacífico y alterar los vínculos con China, que hasta el momento no anunció medidas de respuesta en el plano comercial.

La visita de Xi Jinping a Perú tuvo una demostración de hasta donde llegan los intereses chinos, con la inauguración del megapuerto de Chancay, un desarrollo que demandó más de 3.500 millones de dólares de inversión y que afectará al comercio Asia-América.
Ante su inminente salida de la Casa Blanca, el presidente Joe Biden instó a su par chino a “promover la competencia y no el conflicto” ante las posibles discrepancias con el próximo mandatario estadounidense.
Las cuatro líneas rojas de China, ¿para Donald Trump?
En la reunión bilateral entre Estados Unidos y China, Xi Jinping lanzó advertencias contra Joe Biden, pero indirectamente apuntadas contra Donald Trump.
A través de la agencia estatal china Xinhua, se dio a conocer las cuatro líneas rojas del Partido Comunista de China: Taiwán, los derechos democráticos y humanos, la preservación del sistema comunista chino y el derecho de China al desarrollo. Para el gobierno chino, estos límites no deben ser cuestionados ni cruzados por Estados Unidos ni ningún otro país para no causar una nueva Guerra Fría.
Desde el equipo de Biden no abordaron las temáticas, aunque es conocida la postura estadounidense sobre Taipei, con un marcado asistencialismo producto de décadas de relaciones, que incluso involucró un pacto de defensa mutua firmado en 1955 y que finalizó en 1980.

Durante este año, China llevó a cabo los ejercicios Joint Sword que cercaron la isla durante días e involucró la movilización sin precedentes de recursos militares. Otro punto para el enfrentamiento entre las potencias es la posible visita del presidente taiwanés Lai Ching-te a Hawai.
Por otro lado, Estados Unidos aclaró que no tiene interés en obstaculizar el desarrollo de China ni intervenir en asuntos locales como el comunismo, el sistema político y económico que implementa China desde la Revolución de 1949.
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Armamento nuclear, lejos de la Inteligencia Artificial
Una de las pocas conclusiones de la cumbre bilateral entre Joe Biden y Xi Jinping fue acerca de la utilización del armamento nuclear. Ambos mandatarios coincidieron en el compromiso de mantener el control humano en medio del auge de la Inteligencia Artificial (IA) y su aplicación en los últimos desarrollos militares.
Esta definición, sin controles de verificación mutuos, llega en medio de una escalada en Ucrania y el temor fundado en el cambio de la doctrina nuclear rusa autorizada por el presidente Vladimir Putin. Esta modificación le permite a usar su arsenal nuclear si Rusia o su aliado Bielorrusia si su existencia es amenaza, incluso con armas convencionales.