En una semana en la que María Corina Machado recibió el Nobel de la Paz en Oslo, el régimen de Nicolás Maduro enfrentó la incursión de dos cazas de combate F-18 en su espacio aéreo y un incidente naval con un petróleo venezolano. Por este último hecho, Venezuela denunció a Estados Unidos un “acto de piratería” y adelantó que podría presentar una queja formal ante organismos internacionales.
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Estados Unidos incautó un buque petrolero de Venezuela
El gobierno de Venezuela denunció la incautación de un buque petrolero frente a sus costas por fuerzas estadounidenses, en medio de una escalada de tensiones entre Caracas y Washington.
La acción fue confirmada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y generó una fuerte condena diplomática de Nicolás Maduro, que acusó a la Casa Blanca de buscar apropiarse de los recursos venezolanos.

En un comunicado oficial, el gobierno venezolano expresó que la incautación “constituye un robo descarado y un acto de piratería internacional”, asegurando que el despliegue del Comando Sur estadounidense no pretende combatir el narcotráfico o proteger derechos humanos
Por su parte, Estados Unidos argumentó su medida explicando que el petrolero estaba sancionado y, según Trump, se trató de la mayor incautación de este tipo y se realizó “por una muy buena razón”.
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Golpe a la economía venezolana, ¿qué dijeron sus aliados?
Washington explicó que el buque vulneraba las restricciones impuestas a Venezuela y que integraba una red de transporte ilícito de crudo de Irán. La ejecución del operativo fue respaldada por diversas agencias, incluida la Guardia Costera y el FBI.

Esta maniobra forma parte de una estrategia más amplia de presión de la administración Trump contra el régimen de Nicolás Maduro, que incluye sanciones, presencia militar en el Caribe y operativos de fuerza letal contra embarcaciones supuestamente vinculadas a actividades ilegales en alta mar.
Frente a la incautación del buque petrolero, la embajada de Irán en Caracas condenó el hecho y calificó el operativo como una violación de las leyes internacionales y los principios que rigen el uso del mar. Tanto Rusia como China no se pronunciaron al respecto.
Puertas adentro, legisladores demócratas y republicanos de EE.UU. expresaron su preocupación por la posibilidad de que estas acciones militares y de incautación eleven el riesgo de un conflicto más amplio en la región.
El episodio no solo profundiza el enfrentamiento entre Estados Unidos y Venezuela, sino que también podría abrir un nuevo capítulo de disputa legal y diplomática en el plano internacional, poniendo esta vez en discusión las sanciones a los recursos energéticos venezolanos.




