El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, se reunió en París con Donald Trump y Emmanuel Macron en medio de la incertidumbre sobre si Estados Unidos continuará perteneciendo a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y si mantendrá su apoyo a Kiev. En este contexto, Zelenski enumeró una serie de condiciones para sentarse a negociar una paz con Rusia.
Guerra entre Rusia y Ucrania: las condiciones de Zelenski para la paz
La cumbre a tres bandas en los Campos Elíseos de París fue una demostración de las intenciones del presidente electo Donald Trump de finalizar la guerra en Ucrania y terminar con el asistencialismo militar apenas asuma en la Casa Blanca.
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Emmanuel Macron ofició de intermediario y anfitrión de una reunión que busca acercar las posiciones entre EE.UU., la OTAN y Ucrania respecto a las vías para alcanzar una resolución del conflicto que lleva más de dos años afectando a Europa.

Trump sugirió en el pasado la posibilidad de que Ucrania renuncie al Donbas, la región ocupada por Rusia desde el comienzo de la “operación militar” lanzada el 24 de febrero de 2022 por Vladimir Putin. La membresía ucraniana en la Alianza Atlántica, un deseo de Kiev, se pospondría por tiempo indeterminado.
Por su parte, Macron sigue viendo con buenos ojos la continuidad de la guerra, pero acompañada de más paquetes de ayuda financiera y armamento para atacar territorio ruso.
Cómo incidió el triunfo de Donald Trump en las pretensiones de Zelenski
La novedad del encuentro en París fue, sin embargo, la flexibilización en la postura de Volodimir Zelenski, que lidia con las consecuencias de la guerra en su país, entre ellas las 43.000 bajas en el Ejército y la paralización de parte de la actividad económica.
El mandatario propone que la Organización del Tratado del Atlántico Norte asuma como garante de las negociaciones y designe tropas para defender la integridad de los oblasts ucranianos durante el alto el fuego.

La intervención de la OTAN en un territorio de un país que no es miembro puede ser vista por Rusia como una amenaza, argumento que Putin utilizó en el pasado para justificar la invasión a Ucrania. A su vez, será complicado que las potencias de la Alianza Atlántica lleguen a un acuerdo para llevar este requisito a cabo sin que se incremente la tensión.
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Para Rusia la Guerra Fría ya empezó
En una semana en la que Serguéi Lavrov aumentó exposición ante los medios de comunicación, el ministro de Exteriores de Rusia brindó una entrevista con Tucker Carlson, quien este mismo año entrevistó a Vladimir Putin.
Lejos de acompañar la búsqueda de paz, el funcionario ruso amenazó con que el Kremlin está “dispuesto a hacer todo lo posible para proteger” sus “intereses legítimos”, entre ellos Crimea, Ucrania y las repúblicas independientes en Georgia.
El canciller hizo foco en que el principio clave para la paz entre Moscú y Kiev es la “neutralidad total de Ucrania” y que en el país de Europa del Este no debe haber “nada de la OTAN”.

La presencia de Lavrov en la cumbre de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) organizada en Malta también dejó una declaración de intenciones de la política exterior de Rusia.
El ministro de Exteriores apuntó contra los líderes de Occidente por las confrontaciones contra el Kremlin y alertó sobre las consecuencias de la creciente enemistad. “Estamos presenciando la reencarnación de la Guerra Fría, pero ahora con un riesgo mucho mayor de que se convierta en un conflicto abierto”.
El representante del gobierno ruso en el extranjero fue ampliamente repudiado por su par ucraniano, Andrii Sybiha, el canciller polaco Radosław Sikorski, por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quienes cuestionaron su intervención y la presencia de Rusia en el organismo.




