Un ataque con arma de fuego dejó a dos efectivos de la Guardia Nacional gravemente heridos en el centro de Washington, a menos de dos cuadras de la Casa Blanca. El sospechoso, identificado como un ciudadano afgano llegado al país en 2021, fue inmediatamente detenido por otros miembros de la fuerza federal.
El presidente Donald Trump calificó el incidente como “un acto de terror” y anunció una nueva revisión rigurosa a las ya abordadas políticas migratorias.
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Tiroteo en la Casa Blanca: quién es el afgano detrás del ataque
Según Jeffrey Carroll, jefe adjunto de la policía de Washington, el atacante “dobló la esquina, levantó su brazo con un arma de fuego y disparó a los miembros de la Guardia Nacional. Fue rápidamente detenido por otros miembros de la Guardia Nacional y fuerzas del orden”.
Tras ser apresado por la Guardia Nacional, se conoció que el atacante trabajó con el ejército de Estados Unidos en Afganistán, incluyendo entidades gubernamentales como la CIA.

El hombre habría llegado al país tras la retirada de EE. UU. del país asiático y el ascenso del régimen de los talibanes. Según informó Trump, el detenido ingresó a Estados Unidos en 2021, gracias a un asilo brindado por el gobierno demócrata de Joe Biden.
El presidente calificó lo ocurrido como “un acto de maldad, un acto de odio y un acto de terror” y señaló que su administración debe “reexaminar” a las personas procedentes de Afganistán que ingresaron durante el mandato de Biden.
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La Casa Blanca, objeto de un largo historial de ataques
No es la primera vez que la residencia y lugar de trabajo del presidente de los Estados Unidos está bajo la mira de atacantes. El primer incidente se registró en 1844 cuando una multitud protestó por la decisión del presidente John Tyler de vetar una iniciativa del Congreso para restablecer el Banco de Estados Unidos.
Desde 1950, se registraron distintos casos de tiroteos que retratan la constante tensión política que rodea a Washington. Ese mismo año, los nacionalistas puertorriqueños Oscar Collazo y Griselio Torresola se enfrentaron con agentes del Servicio Secreto y de la policía de la Casa Blanca frente a la Casa Blair, enfrente a la residencia del entonces presidente Harry Truman.

En 1994, Francisco Martín Durán disparó contra la Casa Blanca en un intento de asesinar al presidente Bill Clinton mientras se encontraba en la residencia. Producto del ataque, una bala logró ingresar por una ventana del Ala Oeste sin causar heridos.
Mientras que ya en el Siglo XXI, el 7 de febrero de 2001, Robert W. Pickett, con antecedentes de desequilibrios mentales e intentos de suicidio, efectuó disparos al aire hasta que fue detenido e internado en tratamiento psiquiátrico.
El último caso relevante registrado ocurrió el 11 de febrero de 2011 cuando Ramiro Ortega Hernández fue detenido por un tiroteo contra la Casa Blanca y acusado de intento de asesinato del presidente Barack Obama y de integrantes de su custodia.




