La Comisión Europea (CE) puso en marcha el proceso de ratificación del acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur. Deberá ser aprobado por los 27 países que componen el bloque europeo, ante la mirada expectante de los líderes sudamericanos.
- Te puede interesar: Europa tiene un nuevo país de 400 habitantes inspirado en Argentina, ¿puede ser reconocido?
Avances en la Unión Europea para un acuerdo con el Mercosur
Los comisarios de la CE dieron el visto bueno al texto final del tratado comercial que pretende involucrar a los dos mayores bloques comerciales del mundo. Resulta ser el primer paso para que comience su tratamiento en los Estados miembros de la Unión Europea y posteriormente por los eurodiputados.
Bruselas pretende alcanzar la aprobación del acuerdo con los 27 países antes de que termine 2025, mientras el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ocupa la presidencia rotatoria del Mercosur.
Sin embargo, Francia se mantiene inflexible y no acompañará el acuerdo debido a las presiones de distintos sectores productivos y la propia crisis política que atraviesa el gobierno de Emmanuel Macron, que podría caer si el primer ministro, François Bayrou, no supera una moción de confianza.

Por otro lado, Polonia emerge como otro obstáculo. El vicepresidente Władysław Kosiniak-Kamysz, aseguró que buscarán constituir una minoría para bloquear las negociaciones e impedir la ratificación del texto que ya fue aprobado por la Comisión Europea.
- Te puede interesar: Francia realizará un ambicioso ajuste estatal, ¿por déficit fiscal o gastos en Defensa?
Los detalles que preocupan a Francia y Polonia
La alianza comercial entre las dos regiones busca crear un mercado de intercambio de bienes y servicios con 700 millones de potenciales clientes y una cuota cercana al 25% del PBI mundial, con 17 billones de dólares.
Se trataría de la mayor zona de comercio del planeta, sin rival en acuerdos similares como puede ser el TLCAN, que une a más de 478 millones de residentes en Estados Unidos, México y Canadá.

Según estimó Úrsula von der Leyen, tras su paso por Uruguay en diciembre de 2024, 30.000 empresas europeas podrán incursionar en Sudamérica con mayor facilidad y de la misma forma sucederá con las compañías del Mercosur, con especial hincapié en la industria alimenticia, aunque con limitaciones a la carne de res, el etanol, carne de cerdo, la miel, el azúcar y las aves de corral.
Esto preocupa a Francia y Polonia, que creen que la importación de productos agrícolas desde Sudamérica impactará de forma grave en la competencia de sus propios sectores en el mercado. El viceministro de Agricultura, Stefan Krajewski, señaló que las reducciones arancelarias y las cuotas previstas son “demasiado altas” y que “los productos polacos y europeos podrían ser expulsados del propio mercado de la Unión Europea“.