Vladimir Putin regresó a Pyongyang tras su última visita en el 2000 y blanqueó su alianza militar con Kim Jong-un.
Como se sospechaba desde un principio, la relación entre Rusia y Corea del Norte no era sólo ideológica. La visita histórica del presidente Vladimir Putin a Pyongyang resultó en la firma de un acuerdo de asociación estratégica en medio de las acusaciones a la dictadura norcoreana de abastecer a los rusos en su guerra con Ucrania.
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En DEF te contamos en qué consiste el acuerdo y cómo ven las potencias de Occidente la ratificación de la alianza rusa-norcoreana.
71 años de relaciones ruso-norcoreanas
Tras 24 años, Vladimir Putin regresó a la capital de Corea del Norte para reunirse por primera vez con Kim Jong-un en su país. En un recibimiento honorífico de la dictadura y parte del pueblo norcoreano hacia Putin, ambos mandatarios formalizaron una alianza militar que se presumía que ya existía.
Las relaciones entre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y Corea del Norte comenzaron a raíz de la Segunda Guerra Mundial, con la liberación de la Península de Corea en manos de Japón y la división del territorio con Estados Unidos entre norte y sur.
Luego, la Guerra de Corea enfrentó a la Unión Soviética y a EE.UU., a través de los gobiernos subsidiarios de las dos Coreas, un conflicto que devastó a ambos países asiáticos y generó una división que perdura hasta la fecha.
A partir del armisticio y el fin de los enfrentamientos armados, los distintos gobiernos socialistas-soviéticos establecieron una red de contactos entre los Estados con el objetivo de fortalecer los vínculos.
La amistad entre el poder central soviético y Corea del Norte pasó a un segundo plano con la caída de la URSS y la reestructuración de Moscú, que se transformó finalmente en la Federación Rusa. De hecho, la última visita de un mandatario ruso a territorio norcoreano había sido en el 2000, cuando Putin fue invitado por Kim Jong Il, padre del actual dictador.
A partir de ese momento, los contactos cara a cara no fueron tan frecuentes debido al hermetismo de Pyongyang y las amenazas de Occidente contra Kim Jong-un. Tanto Rusia como Corea del Norte mantuvieron comunicaciones a distancia, interrumpidas por el reciente relanzamiento de la amistad entre ambas naciones.
¿Qué implica la alianza militar entre Putin y Kim Jong-un?
El líder norcoreano visitó Moscú en septiembre de 2023 y recientemente fue el presidente ruso quien viajó a suelo norcoreano tras dos décadas de ausencia. La reunión fue fructífera y los dos jefes de Estado firmaron un acuerdo de asociación estratégica.
La alianza establece una defensa mutua, fundamental en tiempos de guerra, una situación que ambos comparten. Rusia se enfrenta a Ucrania desde 2022 y Corea del Norte mantiene una permanente tensión con sus vecinos del sur, con quienes nunca se firmó la paz y el resurgimiento de la guerra parece inminente.
Sin embargo, el pacto defensivo no implica una cooperación técnica-militar entre las industrias de los dos países, aunque el Kremlin no lo descarta. La formalización de la sociedad entre Moscú y Pyongyang llega tras las acusaciones contra la dictadura asiática de abastecer con munición a Rusia en su conflicto con Ucrania.
Además, la reunión de Vladimir Putin y Kim Jong-un coincide con una creciente presión de la comunidad internacional de finalizar el conflicto en Europa, simbolizada en la Conferencia por la Paz organizada en Berna, Suiza.
¿Corea del Norte abastece a Rusia?
Una de las sospechas de Occidente es que Corea del Norte sostiene a Rusia en el apartado armamentístico, mientras China lo hace sin tapujos en el aspecto comercial.
Si bien no hay evidencias concretas, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cree que la dictadura norcoreana envió munición de artillería 152mm y de lanzacohetes múltiples 122mm en grandes cantidades desde agosto de 2023 hasta febrero de este año.
De ser cierto, rompería la idea de que Rusia combate en soledad a Ucrania y añadiría un actor difícil de tratar en una guerra que ya lleva dos años desgastando a las naciones involucradas.
Ambos países negaron el hecho, pero el crecimiento de la industria militar asiática coincide con las acusaciones. En los trascendidos de la agenda pública del gobierno norcoreano, el propio Kim Jong-un elogió “la capacidad de producción global de sus fábricas” y su hermana Kim Yo Jung alentó a “seguir construyendo un poder militar abrumador y el más poderoso de la región”.
Entre los últimos proyectos conocidos de Pyongyang, se encuentran los lanzacohetes múltiples 240mm, los temidos misiles intercontinentales nucleares Pulhwassal 3-31 y otros ejemplares de corto alcance, que continuamente son probados cerca de las costas de Japón.
Paz o guerra, los dos caminos de Occidente
Tanto la OTAN como la Unión Europea temen que el reciente pacto de defensa mutua entre Rusia y Corea del Norte eleve la complejidad de los procesos de paz que las dos entidades internacionales buscan alcanzar en Europa, pese a los continuos debates de sumar finalmente a Ucrania a la Alianza Atlántica.
De concretarse la ansiada adhesión a la OTAN por parte del gobierno ucraniano, podría provocar una escalada en dos vías, primero por parte de Rusia y luego por el Artículo V de la propia organización militar, que insta a los países miembros a defenderse en conjunto de los ataques externos.
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La discusión del curso de acción tendrá su epicentro en la próxima cumbre a realizarse en Washington del 9 al 11 de julio, en la cual Kiev espera que el apoyo de Occidente dé el paso definitivo hacia un involucramiento directo en el conflicto armado con Rusia.
