Mientras Vladímir Putin dirime el fin de la guerra en Ucrania, su ejército ha puesto la lupa en otro país europeo. El ejército de Rusia se encuentra realizando movimientos en la frontera con Finlandia, un país que se unió a la OTAN tras el estallido del conflicto militar entre Moscú y Kiev.
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¿Rusia puede atacar a Finlandia?
Todo parece apuntar a un cambio de estrategia geopolítica por parte de Rusia. Lo que solo se veía en Ucrania, ahora empieza a verse más al norte. El Kremlin decidió reforzar la frontera con Finlandia de igual forma que lo hizo en vísperas del estallido del conflicto con Kiev el 24 de febrero de 2022, ante la atenta mirada del mundo.
En Kamenka, a solo 60 kilómetros de la frontera, se han instalado más de 130 tiendas militares desde febrero de 2025. La zona, que en 2022 aún no estaba urbanizada por falta de interés, ahora albergaría hasta 2.000 soldados.

A unos 160 kilómetros del límite fronterizo, en Petrozavodsk, se construyeron tres grandes almacenes con capacidad para alojar a medio centenar de vehículos blindados. Según el Wall Street Journal, el Kremlin también planea establecer un nuevo cuartel general del ejército en la ciudad para supervisar a decenas de miles de soldados.
Las obras también se centraron en las cinco bases aéreas de Rusia más cercanas al norte de Finlandia y Noruega, con novedades en las instalaciones: Severomorsk -1, -2 y -3, Monchegorsk y Olenya, que incluyen desde nuevos helipuertos hasta infraestructura para albergar cazas de combate.
Rusia destinó a Olenya parte de sus bombarderos estratégicos Tu-95 durante el conflicto con Kiev, ante el temor de que sean alcanzados por los drones ucranianos, la mayor amenaza que sufre el ejército ruso desde 2022.
La intensificación de las obras de infraestructura y la experiencia de cómo comenzó el conflicto entre rusos y ucranianos alerta a la comunidad internacional, pero en especial a Europa. Sin embargo, al ser consultado por la prensa en los últimos días, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, minimizó los hechos.
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La adhesión a la OTAN que molesta al Kremlin
El estallido de la guerra en Ucrania provocó una serie de cambios en las dinámicas de las relaciones de Moscú y algunos países de Europa. Finlandia, el país que comparte la mayor extensión fronteriza con Rusia, decidió protegerse.
El país nórdico tomó distancia del área de influencias que el Kremlin buscó formar entre países como Bielorrusia, Hungría, Georgia, Rumania y Moldavia y dio un paso que repercutió en la geopolítica regional. Helsinki culminó en 2023 el proceso para unirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la alianza militar que une a Estados Unidos, Canadá y a cada vez más naciones europeas.

Con esta decisión, el gobierno finlandés decretó la rivalidad con Rusia y comenzó a reforzarse militarmente. Rápidamente, la OTAN desarrolló una instalación militar en Mikkeli, a 200 kilómetros de la frontera, para fortalecer la seguridad del país escandinavo y “enviar un mensaje” a Moscú.
La Alianza Atlántica también incluyó a Finlandia dentro del abanico de entrenamientos militares que realiza anualmente. En noviembre de 2024, más de 3.600 soldados y unos 1.000 vehículos integraron el mayor ejercicio de artillería del Frente Dinámico de la OTAN en el Ártico finlandés, a menos de 100 kilómetros de la frontera rusa, como prueba de su capacidad de acción en entornos exigentes.
La adhesión de Finlandia no fue solo testimonial y su frontera de 1.230 kilómetros con Rusia puede ser el escenario de un nuevo conflicto entre Moscú y la Organización del Tratado del Atlántico Norte.