En un contexto de fuertes divisiones y crisis del multilateralismo a nivel internacional, la Organización de los Estados Americanos (OEA) acaba de elegir a su nuevo secretario general. Se trata, por primera vez, de un representante de la Comunidad del Caribe (Caricom), conformada por 15 pequeños países que se alinearon detrás de la candidatura propuesta por Surinam.
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El elegido es el ministro de Relaciones Exteriores de esa antigua colonia de los Países Bajos que alcanzó su independencia en 1975. Se trata de Albert Ramdin, un diplomático de carrera de 67 años que conoce muy bien los pasillos de la OEA. Entre 2005 y 2015, ocupó el cargo de secretario general adjunto durante el mandato del chileno José Miguel Insulza.

Posteriormente, tras su paso por la actividad privada como director de relaciones externas de la filial local de la minera Newmont, Ramdin fue convocado en 2020 por el recién asumido presidente de Surinam, Chan Santokhi, para ocupar el cargo de ministro de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional. “Es un gran honor para Surinam que nuestro candidato haya contado con el apoyo de la gran mayoría de los países miembros”, se congratuló Santokhi tras la elección de su canciller como nuevo secretario general de la OEA.
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La búsqueda de consensos en un continente marcado por las divisiones
“Sé que hay muchas diferencias en el hemisferio, pero es importante que tengamos una mesa donde se reúnan todos los países y discutan sus problemas, desafíos y acciones colectivas”, había dicho Ramdin, en declaraciones a CNN en Español. Tras asumir, el diplomático surinamés reiteró su compromiso de “servir a todos los Estados miembros de esta organización”. “Nuestra fuerza colectiva radica en nuestra capacidad de trabajar juntos”, afirmó el flamante titular de la OEA.

Uno de sus mayores desafíos será volver a convocar a Venezuela y Nicaragua, países que están fuera de la organización y con los que la gestión del saliente secretario general, Luis Almagro, mantuvo fuertes discrepancias. En 2009, la OEA había dejado sin efecto la expulsión de Cuba, pero el gobierno de la isla decidió no regresar al organismo por su “historia tenebrosa y entreguista”.
Lamento del gobierno paraguayo y retiro de su candidatura
El gobierno paraguayo decidió retirar la candidatura de su canciller Rubén Ramírez Lezcano, quien se había apresurado por conseguir el respaldo de Donald Trump. De hecho, viajó a la residencia de Mar-a-Lago en noviembre pasado, tras la elección que ubicó al magnate neoyorquino nuevamente en la Casa Blanca.

El presidente Santiago Peña lamentó que “países amigos de la región, con quienes compartimos un espacio y una historia común, modificaron su compromiso inicial con nuestro país y decidieron no acompañar finalmente la propuesta del Paraguay”.
Sin nombrarlos, el dardo de Peña se dirigió a Lula y un grupo de mandatarios que se reunieron con él en Montevideo durante los actos de asunción del nuevo mandatario uruguayo, Yamandú Orsi, y cambiaron el sentido de su voto en favor de Albert Ramdin. Participaron de esa movida, entre otros, los presidentes de Chile, Gabriel Boric, y de Colombia, Gustavo Petro, en un intento por conformar un eje progresista en contra del candidato que se percibía como más cercano a Washington.También anunciaron su respaldo a Ramdin los gobiernos de Bolivia, Costa Rica, Ecuador y la República Dominicana.
De los socios del Mercosur, al canciller paraguayo Ramírez Lezcano solo le había quedado el apoyo aislado de la Argentina de Javier Milei, ubicado en la vereda de enfrente de Lula y más afín a Santiago Peña desde el punto de vista ideológico.