En medio de los preparativos para el funeral del Papa Francisco y la incertidumbre por el futuro en el Vaticano, se instaló la polémica antes de que el Cónclave cierre sus puertas. Angelo Becciu, un cardenal condenado a prisión que fue destituido por el último pontífice, buscó acceder a la votación del próximo líder de la Iglesia Católica, a pesar de tenerlo prohibido.
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Angelo Becciu, el cardenal que desafía al Papa Francisco tras su muerte
Nacido en la pequeña localidad de Pattada, en la isla italiana de Cerdeña, Becciu recibió la ordenación sacerdotal el 27 de agosto de 1972 y participó de numerosas misiones diplomáticas de la Santa Sede en países como República Centroafricana, Nueva Zelanda, Reino Unido, Francia y Estados Unidos.
Tras una extensa carrera al servicio del catolicismo, el papa Juan Pablo II lo nombró en 2001 nuncio apostólico en Angola -luego lo fue en São Tomé e Príncipe y Cuba- y arzobispo titular de Roselle, donde aumentó su cercanía con Roma. El 10 de mayo de 2011, el papa Benedicto XVI lo ascendió a secretario para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado de la Santa Sede.

Bajo el papado de Francisco, en 2017 fue nombrado Delegado Pontificio ante la Orden de Malta, un proceso de actualización de las normas y leyes de este Estado, y venció a Raymond Leo Burke, un candidato estadounidense a ser el sucesor del difunto papa argentino. Años más tarde, fue ascendido a cardenal por Francisco en un consistorio, el máximo título que otorga la Iglesia Católica.
Sin embargo, el 24 de septiembre de 2020 le fue impuesta la renuncia a los derechos relacionados con el cardenalato tras conocerse una controvertida operación inmobiliaria en Londres gestionada por él con fondos del Vaticano. Esta acusación se sumó a otras de apropiación indebida por las que habría favorecido económicamente a sus hermanos.
Caída en desgracia y condena a prisión
El 3 de julio de 2021, un juez del Vaticano acusó a Angelo Becciu de múltiples cargos, entre ellos malversación de fondos, blanqueo de dinero, fraude, extorsión y abuso de poder. El 27 del mismo mes se abrió el proceso penal interno de la Santa Sede, aprobado por el Papa Francisco, quien brindó como pruebas la correspondencia entre él y Becciu, donde se confirmaba la negativa a autorizar ciertas operaciones como contratar a una mujer para ayudar a conseguir la liberación de una monja secuestrada en Mali o a invertir dinero del Vaticano en un negocio en Londres.

Tras un largo proceso con aplazamientos que duró dos años y medio, finalmente fue castigado a cinco años y seis meses de cárcel, y la prohibición del ejercicio de cargos públicos. De esta forma, fue el primer cardenal condenado por un tribunal civil del Estado del Vaticano, aunque actualmente la sentencia se encuentra en etapa de apelación.
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¿Podrá entrar al Cónclave en el Vaticano?
Tras la muerte de Francisco, el Cónclave fue citado a la residencia de Santa Marta para comenzar con la votación del próximo papa de la Iglesia Católica. Como cardenal, Angelo Becciu tiene el pleno derecho de asistir a la votación, pero sigue vigente la suspensión impuesta en 2020, en la que renunciaba a sus derechos relacionados con el cardelanato, entre ellos la potestad de participar del órgano electoral.
Becciu desafió una de las directrices vigentes de Francisco y se presentó en la asamblea de purpurados y exigió votar. Con la declaración de la Sede Vacante, algunos poderes de la figura del papa recaen ahora en el camarlengo Kevin Farrell, el soberano interino del Vaticano.
Como máxima autoridad administrativa de la Santa Sede, el cardenal irlandés-estadounidense de 77 años tiene la potestad de decidir si Angelo Becciu, condenado por malversación de fondos y abuso de poder, puede participar de la elección del nuevo Sumo Pontífice, tras 12 años de mandato del Papa Francisco.