El presidente de Francia, Emmanuel Macron, sorprendió con el anuncio de un nuevo acuerdo sobre los dominios en Oceanía. El territorio de ultramar de Nueva Caledonia se convertirá en un nuevo Estado tras meses de tensiones separatistas y el peligro del regreso de los enfrentamientos armados.
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Francia apoya el Estado de Nueva Caledonia
Después de que Macron impulsara un encuentro con los funcionarios, líderes políticos, económicos y la sociedad civil del dominio de Oceanía, se llegó a un convenio de 13 páginas que reestructura la situación de Nueva Caledonia.
Los neocaledonios ahora tendrán su propio Estado y nacionalidad, que puede ser combinada con la francesa, y una mayor autonomía respecto al poder central en París.
“El archipiélago conservará un estatus dentro de Francia, con ciudadanos caledonios que seguirán siendo franceses”, explicó el diputado antiindependentista Nicolas Metzdorf, que será parte del tratamiento de los dos órganos parlamentarios en el último trimestre del año.

El legislador detalló que posteriormente, en 2026, habrá un referéndum con la población para ratificar el acuerdo e, independientemente de cuál sea el resultado, “no se prevén más consultas vinculantes”.
Por su parte, el primer ministro de Francia, François Bayrou, calificó el acuerdo como de “dimensiones históricas”, a la espera del visto bueno del padrón habilitado para votar.
París logró un avance sustancial en la estabilidad tras un estancamiento entre los sectores leales a Francia y aquellos que reclamaban la independencia, sumado a una espiral de violencia que tensó las conversaciones sobre el futuro del territorio de ultramar.
Nueva Caledonia y un fin a la crisis de violencia
En mayo de 2024, una reforma electoral a 17.000 kilómetros de distancia, en la Francia continental, provocó el estallido de unos enfrentamientos en Nueva Caledonia. Los cambios habilitaban a la población francesa con 10 años en el territorio de Oceanía a ejercer su voto, lo que fue considerado una avanzada sobre la autonomía de los neocaledonios y sobre la corriente independentista que siempre existió.

El alto nivel de violencia provocó 14 muertos y pérdidas estimadas en 2.000 millones de euros, lo que representó una caída del 10% de su Producto Interno Bruto (PIB). Emmanuel Macron intervino con una pausa en los cambios en el padrón electoral y decretó el estado de emergencia durante 12 días, además del despliegue de 3.000 efectivos que reforzaron la seguridad.
A un año de la crisis, Francia y Nueva Caledonia normalizan una relación que se remonta a la anexión por parte de Napoleón III en 1853 y su integración como territorio de ultramar en 1946. Con el nuevo acuerdo, la corriente independentista logró su primer hito tras el fracaso del conflicto armado que transcurrió entre 1976 y 1988, aunque dependen del proceso legislativo y el respaldo posterior del referéndum.