Sube la tensión entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Rusia a raíz de las crecientes incursiones de drones rusos en el espacio aéreo de la alianza militar. Esta vez, se investiga si Moscú habría utilizado su flota fantasma para lanzar drones en Dinamarca.
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Francia detuvo un petrolero vinculado a las incursiones rusas
Militares franceses abordaron un barco petrolero ruso identificado como Boracay, que portaba la bandera de Benín para evadir las sanciones internacionales que recaen sobre el comercio ruso. El abordaje se produjo en la región francesa de Saint-Nazaire después de permanecer varios días anclado cerca de un parque eólico marino en las costas occidentales.
Conocido anteriormente como Pushpa y Kiwala, integra la lista de embarcaciones de Rusia sancionadas por la Unión Europea, enmarcadas en lo que se conoce como la “flota fantasma”.
El fiscal de Brest, Stéphane Kellenberger, detuvo a dos personas que “se presentaron como el capitán del barco y su primer oficial”.

Francia cree que el Boracay está implicado en una serie de vuelos de drones que sobrevolaron Dinamarca desde el 22 de septiembre, en clara vulneración de su espacio aéreo y como parte de una serie de acciones de Rusia contra la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
El rastreo marino reveló que el petrolero ruso salió desde el puerto ruso de Primorsk, cerca de San Petersburgo, y su trayectoria recorrió Polonia, Suecia y aguas danesas, donde se estacionó desde el 22 al 25 de septiembre.
La justicia francesa abrió una investigación con base en un reporte de la marina y evalúa la “falta de justificación sobre la nacionalidad del buque” y la “negativa a cooperar” de la tripulación.
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La flota fantasma de Rusia, bajo la mira de Europa
El presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer, solicitaron a Europa incrementar la presión sobre la flota fantasma rusa, ya castigada por las sanciones, con el objetivo de limitar aún más las fuentes de financiación a Moscú.
El propio Macron señaló que la “flota secreta” comprendería un estimado de entre 600 y 1.000 buques y le reportaría decenas de miles de millones de euros a Moscú para su esfuerzo bélico en Ucrania.

La lista de embarcaciones sancionadas por la Unión Europea solo identificó poco más de 99 petroleros, por lo que Francia y Reino Unido buscan intensificar los esfuerzos para detectar y sancionar a los buques rusos.
Por otro lado, tanto Estados Unidos como Europa buscan cortar la compra de energía rusa, pero países como Eslovaquia y Turquía, miembros de la OTAN, continúan importando gas y petróleo ruso por vías directas.
Para el Kremlin es clave evadir los controles europeos debido a que las exportaciones de crudo están en baja. La Agencia Internacional de la Energía reportó 13.510 millones de dólares en agosto, 920 millones menos que en julio, y las compras de India y China no son suficientes para solventar la guerra en Ucrania.




