El gobernador texano Greg Abbott se enfrenta directamente con la Casa Blanca por la seguridad fronteriza.
Hace años, la inmigración que confluye en las fronteras estadounidenses es tema de agenda, sobre todo en época electoral. Pero desde 2023, la crisis de migración generó una fricción inédita entre el Estado de Texas, hoy en manos de los republicanos, y la Casa Blanca, encabezada por el presidente demócrata Joe Biden.
En DEF te contamos cuál es la situación en Texas y porqué existe un conflicto entre las autoridades estatales y nacionales.
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La inmigración en Texas en datos
Cerca de 1.800 kilómetros de extensión fronteriza, ocho comunidades binacionales como El Paso y Ciudad Juárez, y 28 accesos internacionales conectan a Texas con los estados mexicanos de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Chihuahua.
El territorio texano compone cerca de la mitad de la frontera estadounidense y concentra gran parte del flujo migratorio proveniente de México y otros países latinoamericanos.
La situación migratoria es tan compleja que se estima que solo en diciembre de 2023, 225.000 personas intentaron entrar ilegalmente a Estados Unidos por distintos puntos de la frontera nacional. Es el registro más alto desde el año 2000, y el promedio diario de detenciones llegó a 10.000 en el último mes del año pasado.
Puntualmente, la crisis en Texas llegó a su punto culmine cuando se detuvieron a 9.000 personas en sector de Del Río, que incluye a Eagle Pass, uno de los puntos fronterizos más importantes del Estado.
La ciudad fue catalogada en 2022 por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza como la ubicación con más cruces ilegales del país. El Paso, la otra ciudad limítrofe más importante de Texas, informó recientemente que el 2023 fue el año más mortal para los migrantes, con al menos 134 fallecidos.
Más allá del reciente pico de la crisis migratoria y su notoriedad en la agenda política y comunicacional, el impacto de la hispanidad en la sociedad estadounidense es real y palpable. En Texas, los hispanos ya representan el 65% de la fuerza laboral extranjera y el 40,2% de la población.
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Además, según datos del instituto de estudios Pew Research, de los 12 millones de latinos que se cree que viven en Texas, muchos se concentran en San Antonio, componiendo el 64% de los habitantes, convirtiéndose en la ciudad con mayor cantidad de latinos de los Estados Unidos.
Texas vs. Biden
La gravedad de la situación en Texas obligó a la política a tomar medidas que provocaron tensiones con el presidente Joe Biden.
La rivalidad entre el Estado y el presidente tuvo capítulos menores durante 2023 como la instalación de 350 metros de boyas en mitad del Río Grande a la altura de Eagle Pass y la posterior demanda del Departamento de Justicia.
Además, Greg Abbott autorizó el trasladó de al menos 102.000 migrantes en autobuses a otros puntos del país, como Washington, Nueva York y Chicago, en un intento de aliviar la crisis y se ganó el repudio del gobierno federal.
El mayor punto de discordia llegó con la nueva ley de inmigración conocida como Senate Bill 4 (SB4), que fue aprobada por el Senado y ratificada por el gobernador republicano Greg Abbott.

La nueva legislación establece que el ingreso sin papeles a Texas es un delito estatal y le otorga la libertad de acción a las fuerzas del Estado para detener individuos y al poder judicial para dictar su deportación o una condena a prisión de 20 años.
Estas atribuciones entran en conflicto con la jurisdicción federal, el ámbito legal que compone la seguridad nacional y el campo de acción de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos.
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Más allá del endurecimiento de las leyes migratorias en Texas, la polémica y las alarmas se encendieron principalmente con el libertinaje de las autoridades estatales que puede dar pie a la elaboración de perfiles raciales y orquestar detenciones ilegales a ciudadanos estadounidenses y migrantes.
En el acto de ratificación, el gobernador texano atacó la política migratoria de Biden, quien demanda la impugnación de la normativa SB4: “La falta de acción deliberada –del presidente– ha diezmado a Estados Unidos, cuando hace dos años hubo un récord histórico de inmigrantes reprendidos”.
El enfrentamiento abierto con las fuerzas federales
La aprobación del Senate Bill 4 le otorgó al Estado de Texas herramientas propias para garantizar la seguridad fronteriza en su territorio. El gobierno de Greg Abbott comenzó sus planes para contener la crisis migratoria en Eagle Pass, colocando alambres de púas y estableciendo allí a la Guardia Nacional de Texas.
El 10 de enero comenzó la crisis entre Texas y el gobierno federal: las fuerzas estatales obstaculizaron directamente el accionar de la Patrulla Fronteriza en un radio de cuatro kilómetros, llegando a detener e interrogar a los agentes.
Estos encuentros coincidieron con la muerte de tres inmigrantes en el río Grande cuando intentaban cruzar a Shelby Park, un parque ubicado dentro de Eagle Pass. Esta ubicación cerca del río se encontraba cerrada para las fuerzas nacionales, que no pudieron responder ante las obstrucciones y la falta de información de parte de Texas.

Los continuos enfrentamientos llevaron a Texas y a las autoridades federales a la Corte Suprema, que falló cinco a cuatro en favor de Joe Biden y dictaminó que se retire el alambre de púas, aunque la resolución no fue acatada y Shelby Park sigue cercado.
Los 25 gobernadores republicanos, con excepción de Vermont, expresaron su apoyo a Texas. Frente a este panorama se vislumbra una cruzada que parece trascender el debate por la seguridad nacional, convirtièndose en una estrategia electoral contra el presidente Biden y los demócratas.