Un nuevo episodio de violencia urbana que involucra a jóvenes sacudió la aparente tranquilidad de Suecia. Al menos 10 personas murieron durante un tiroteo en el Campus Risbergska, un centro de enseñanza secundaria para jóvenes adultos en la ciudad de Orebro. Este episodio se convierte hasta el momento en el ataque escolar más mortífero de la historia del país escandinavo.
Si bien los atentados en centros escolares son poco frecuentes en Suecia, en los últimos tiempos el país ha sufrido diversos episodios de violencia, atentados con bomba y tiroteos vinculados con bandas de jóvenes que matan a decenas de personas.
En efecto, Suecia es una nación conocida por su estado de bienestar y su alto nivel de vida. Sin embargo, últimamente, el crimen organizado ha tomado el control y la situación está fuera de control.
A pesar de sus estándares europeos, las cifras son alarmantes. Según el medio británico BBC, Suecia lidera las estadísticas en Europa en cuanto a violaciones y es el segundo país en violencia con armas de fuego, después de Albania, de los cuales se reportan más de 500 incidentes de este tipo desde el año 2020. La tasa de muertes por armas de fuego en Suecia es aproximadamente 30 veces mayor que la de otros países europeos.
De paraíso escandinavo a epicentro del crimen
Solo en 2022, se registraron 363 tiroteos en un país de solo 10 millones de habitantes. Sorprendentemente, en lugar de ser conocida por su seguridad, Suecia se enfrenta a una situación alarmante. Entre 2021 y 2023, la violencia con armas de fuego creció un 8%. La propia policía sueca reconoce que la tendencia es preocupante y difícil de controlar.
Además, Suecia es el país no involucrado en una guerra que más ataques con explosivos ha sufrido. En 2022, se registraron 149, lo que estableció un nuevo récord histórico. Si bien estas cifras podrían parecer insignificantes en comparación con algunos países de América Latina o África, para Europa representan una crisis sin precedentes.
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La situación empeora aún más cuando se tiene en cuenta quiénes están detrás de estos crímenes violentos: en su mayoría, bandas dedicadas a actividades delictivas como el tráfico de personas. ¿Quiénes son estos criminales?
Jóvenes suecos y el crimen organizado: ¿una crisis con los inmigrantes?
Aunque los titulares de los diarios suelen mencionar que estos criminales son técnicamente suecos, de hecho se los ha llamado como “los niños soldados suecos”, la realidad es que muchos de los condenados por la Justicia como responsables por estos crímenes son inmigrantes o hijos de inmigrantes de segunda generación. Esto ha generado un intenso debate sobre la gestión de las corrientes migratorias en Suecia y cómo el país ha manejado esta situación.
Ciudadanos suecos menores de edad han protagonizado varios incidentes violentos en Copenhague, capital de Dinamarca, durante este año. En abril, un joven de 16 años disparó en la plaza Blågårds. El 31 de julio, otro joven sueco, de 17 años, hirió a una persona en Kolding. A estos sucesos se suma la voladura de un quiosco, también a manos de jóvenes provenientes de Suecia.
Estos incidentes y tentativas criminales fueron perpetrados entre abril y agosto de 2024, y ya superan todos los casos similares ocurridos en 2023. La gran pregunta es: ¿cómo es posible que adolescentes estén viajando desde Suecia a Dinamarca para disparar y colocar explosivos?
Qué son las “sociedades paralelas suecas”
Según las autoridades danesas, estamos ante un nuevo fenómeno criminal: decenas, e incluso centenares, de jóvenes suecos, en su mayoría de origen inmigrante y parte de las llamadas sociedades paralelas de Suecia, se han convertido en peones del crimen organizado. Se ven tentados por los “altos sueldos” que ofrecen por estas organizaciones delictivas por llevar adelante diferentes atentados.
Existe incluso una lista de precios para estos “servicios”. Por ejemplo, un disparo en la pierna puede costar alrededor de 5.000 dólares, mientras que el uso de granadas o explosivos caseros tiene un precio de unos 7.000 dólares. Y el costo para una solución más definitiva -es decir, el sicariato– puede superar los 50.000 dólares.
Estos jóvenes suecos son atraídos por la promesa de dinero fácil a cambio de cometer delitos. Esta es una crisis que no deja de crecer y que es extremadamente difícil de monitorizar. Actualmente, al menos 93 chicos menores de 15 años están involucrados en estas redes criminales, cometiendo asesinatos y otros crímenes, según TV 2, un canal de televisión comercial de servicio público que se emite en Dinamarca.
Exportando violencia: cómo Suecia se convierte paulatinamente en una amenaza regional
Durante años, el crimen organizado en Suecia ha comenzado a cruzar las fronteras, exportando violencia a los países vecinos, lo que ha provocado un gran malestar en la región. En agosto, Peter Hummelgaard, ministro de Justicia de Dinamarca, declaró que “Suecia es un país con una cultura depravada”.
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En Dinamarca se está viendo un recrudecimiento de la violencia entre bandas, especialmente en el último año. Las bandas suecas están en guerra por el control del tráfico de narcóticos entre los dos países. Esto es una pesadilla para los daneses, que nunca imaginaron enfrentarse a una situación así.
El crimen sueco no solo está afectando a Dinamarca, sino que también preocupa a Finlandia y Noruega. Kjetil Tunold, de la Oficina Nacional de Investigación de Noruega, expresó: “Es grave. Estamos preocupados de que Suecia nos contagie la violencia“.
Para hacer frente a esta situación, el gobierno de Dinamarca empezó a tomar medidas. Por ejemplo, están introduciendo más inspecciones en los trenes que cruzan el puente de Öresund, que conecta Dinamarca con la tercera ciudad más grande de Suecia, Malmö. Además, se están instalando más cámaras y dispositivos de reconocimiento facial en la frontera.
Alianza nórdica: medidas extremas ante la crisis de delincuencia organizada
Los países nórdicos han llegado a un acuerdo para colaborar estrechamente. Dinamarca, Finlandia y Noruega están operando conjuntamente para hacer frente a la ola de delincuencia organizada.
Una medida aún más radical que Dinamarca está considerando es suspender la aplicación del tratado de Schengen (un acuerdo por el que varios países de Europa suprimieron los controles en las fronteras interiores y trasladaron esos controles a las fronteras exteriores), lo que permitiría controles fronterizos más estrictos con Suecia.
Además, se planea habilitar a los cuerpos policiales para que puedan actuar en municipios fronterizos suecos cuando haya peligro inmediato, sin necesidad de solicitar permiso por adelantado.
Finalmente, Dinamarca ha anunciado que va a endurecer las leyes de inmigración y regular más estrictamente la residencia en su país. También van a reconocer ciertos derechos a sus agentes de fuerzas de seguridad cuando operen en territorio sueco, dificultando aún más la vida a los criminales.
Sin embargo, no debemos olvidar lo más importante: los problemas de integración de inmigrantes y la creación de guetos en Suecia, que han sido factores clave en esta crisis. Es por ello que el gobierno sueco está comenzando a implementar medidas claramente antiinmigración para mitigar este fenómeno.
