El expresidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, falleció a los 100 años de edad. Premiado con el Nobel de la Paz y valorado por republicanos y demócratas a partes iguales, dejó un legado geopolítico importante para EE. UU. y el mundo durante su mandato entre 1977 y 1981.
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Jimmy Carter: el primer “outsider” en ser presidente de Estados Unidos
Impulsado desde la gobernación de Georgia, James Earl Carter Jr. era visto con un político con escasa proyección nacional y poca experiencia política. De hecho, durante la campaña de 1976, el demócrata solamente era reconocido por el 2% de los votantes y no parecía ser un contendiente serio para la presidencia.
El escándalo Watergate y el encubrimiento durante el gobierno de Richard Nixon le otorgó una oportunidad. Viajó más de 50.000 kilómetros, visitó 37 estados y pronunció más de 200 discursos antes de que comenzara la carrera presidencial. Para marzo de 1976, Carter aventajaba por poco al presidente en ejercicio, Gerald Ford, en las principales encuestas.
Esta brecha se mantuvo hasta el 2 de noviembre, gracias al indulto de Ford a Nixon, y el gobernador de Georgia se convirtió en presidente de los Estados Unidos.
Cómo fue la presidencia de Jimmy Carter en Estados Unidos
Puertas adentro, la presidencia de Jimmy Carter fue complicada. La economía estadounidense se encontraba en una estanflación, profundizada por la fragilidad de las arcas del Estado norteamericano, la salida del patrón del oro, y las consecuencias de la crisis del petróleo de 1973.
El bloqueo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo a los países que habían apoyado a Israel en la guerra del Yom Kippur privó a EE. UU. de obtener petróleo barato y llevó a un aumento local de los precios de la energía.

Durante su mandato, el demócrata redujo el desempleo y el déficit público, dos problemáticas claves para Estados Unidos, pero no logró encaminar al país a un período de crecimiento y tampoco inició reformas fiscales sustanciales.
Más tarde, en 1979, el estallido de la Revolución Islámica generó otra crisis petrolífera que se tradujo en un incremento del valor del barril y terminó por dejar en la intrascendencia su gestión económica. Sin embargo, el legado de Jimmy Carter no pasa tanto por su mandato en Estados Unidos, sino por su todavía indiscutida impronta geopolítica.
Jimmy Carter y la gestión de la Guerra Fría
Dentro de Estados Unidos, la proyección internacional de Carter no sentó bien. La entrega del control del Canal de Panamá al Estado caribeño fue ampliamente criticada por el arco político, actualmente una de las principales rutas comerciales a nivel global.
Sin embargo, su paso por Washington se basó en la conciliación y en la no confrontación. En plena Guerra Fría firmó los acuerdos SALT II, que disminuyeron el número de armas nucleares producidas o mantenidas tanto por los Estados Unidos como por la Unión Soviética. Si bien no fue ratificado por el Congreso durante su mandato, asumió el compromiso junto al líder de la URSS, Leonid Brézhnev.

En la misma línea, retiró parte de las tropas y la totalidad de las armas no convencionales alojadas en Corea del Sur, uno de los epicentros de las tensiones con los soviéticos.
Continuó el acercamiento con China iniciado por el presidente Richard Nixon y transfirió el reconocimiento diplomático de Taipéi a Pekín, que suponía el reconocimiento de la existencia de una única China y admitía que Taiwán formaba parte de ella.
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La huella imborrable en Medio Oriente y Premio Nobel de la Paz
Su logro más importante fue sin dudas el Acuerdo de Camp David, clave para el inicio de un período de paz en Medio Oriente. El tratado de paz puso fin a la conflictividad entre Egipto e Israel, y marcó el inicio a las relaciones entre ambos Estados, cambiando la concepción de que la región mantiene diferencias irreconciliables.
Los israelíes acordaron abandonar el Sinaí a cambio de que Egipto reconociera la existencia del Estado de Israel, el primer país del mundo árabe en hacerlo, y otorgara un paso franco a través del canal de Suez.

Pese a estos éxitos sustanciales para establecer la paz en el mundo, Jimmy Carter cayó derrotado en las elecciones de 1980 y fue el primer y único presidente demócrata desde 1888 en no ser reelegido.
Dos años más tarde fundó el Centro Carter, una organización no gubernamental y sin fines de lucro, enfocada en la supervisión electoral, en la salud global a través del control y la erradicación de enfermedades, y el incentivo de la producción agrícola en África.
Su labor internacional lo llevó en 2022 a ser reconocido con el Premio Nobel de la Paz por su trabajo para “encontrar soluciones pacíficas a los conflictos internacionales, promover la democracia, los derechos humanos y el desarrollo económico y social”.