India y Pakistán desataron los primeros enfrentamientos militares a raíz de una escalada de tensiones originada en el atentado terrorista en la región de Cachemira. Nueva Delhi informó haber atacado campamentos vinculados a organizaciones terroristas, mientras que Islamabad anunció el derribo de cinco aviones indios tras vulnerar su espacio aéreo.
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Operación Sindoor: el ataque de India en el interior de Pakistán
Desde el atentado en Cachemira que se cobró la vida de 26 turistas, entre ellos 25 indios y un nepalí, India lleva una campaña contra el terrorismo regional presuntamente apoyado por Pakistán.
Islamabad había alertado sobre un posible ataque directo de India durante la semana pasada, con la incertidumbre del alcance y objetivos de la ofensiva. La escalada recién se produjo el 6 de mayo e involucró el uso de aviones de combate, drones y misiles.
Para la Operación Sindoor, India desplegó a su Fuerza Aérea para atacar 21 localizaciones apuntadas como campamentos utilizados por organizaciones terroristas. Los ataques aéreos estuvieron concentrados en POJK, una región ubicada entre Cachemira y la frontera con Pakistán, y las ciudades pakistaníes de Lahore y Bahawalpur.

Para el gobierno de Narendra Modi, la escalada, que dejó un saldo de 26 personas fallecidas y otras 46 heridas del lado pakistaní, cumplió los objetivos fijados para la operación.
En medio de la ofensiva india, Pakistán asumió un rol defensivo y se limitó a neutralizar las aeronaves extranjeras que vulneraron su espacio aéreo. Islamabad reportó haber derribado tres aviones Rafale comprados a Francia, además de un MiG-29 y un caza SU-30, desarrollados por Rusia. Según Bloomberg, los pilotos indios fueron capturados y hechos prisioneros de guerra.
El ministro de Exteriores, Ishaq Dar, destacó el rol de los cazas J-10C para la defensa territorial, un modelo de cuarta generación desarrollado por China y parte de la sociedad militar con el gigante asiático.
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La amenaza de una guerra abierta
Pese a la postura inicial, el primer ministro de Pakistán, Muhammad Shehbaz Sharif, calificó los ataques como “un flagrante acto de guerra” y prometió tomar represalias.
“En consonancia con el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, Pakistán se reserva el derecho de responder, en legítima defensa, en el momento, lugar y forma que considere apropiados, para vengar la pérdida de vidas inocentes paquistaníes y la violación flagrante de su soberanía”, indicó la oficina del primer ministro paquistaní.

En el mismo comunicado, acusó al liderazgo indio “de llegar al extremo de atacar a civiles inocentes para satisfacer sus delirios y objetivos políticos cortos de miras” y de “encender una vez más una hoguera en la región”.
En el otro bando, la cadena india NDTV informa que los ataques en el marco de la Operación Sindoor son solo “la primera fase de un plan ofensivo más amplio”, y funcionarios de Nasrendra Modi sostuvieron que solo se alcanzaron objetivos terroristas. De ser así, se podría seguir profundizando la escalada de tensiones y aumentar las preocupaciones de una guerra entre las potencias nucleares.