Tailandia y Camboya atraviesan las primeras horas de paz fruto de un acuerdo de alto el fuego que contó con la mediación de Malasia, Estados Unidos y China. Ambos gobiernos se habían acusado mutuamente de incumplir la tregua, aunque ninguno decidió reanudar los enfrentamientos.
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Tailandia y Camboya en paz pese a la desconfianza
El alto el fuego había sido acordado por Bangkok y Nom Pen y se esperaba que al cabo de la medianoche del 29 de julio se detuviera el conflicto en todos los frentes a cinco días de su comienzo.
La gestión diplomática fue impulsada por Malasia, un país clave en la región del sudeste de Asia que lidera la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), y respaldada por las potencias de Estados Unidos y China. Tanto Tailandia como Camboya aceptaron las condiciones, pero no sin antes atravesar nuevas tensiones.

El ejército tailandés acusó a sus adversarios de haber violado la tregua con ataques en dos localidades que se extendieron más allá de la madrugada. El primer ministro interino tailandés, Phumtham Wechayachai, consideró que los ataques fueron “un acto deliberado o una falta de disciplina militar”.
Camboya desmintió las acusaciones y el primer ministro camboyano, Hun Manet, anunció que “el frente se calmó” a pocas horas del comienzo de la tregua a la medianoche y desde entonces no se registraron combates.
Las condiciones del alto el fuego
A pesar de las acusaciones mutuas y los momentos de tensión, los principales comandantes militares de ambos bandos se reunieron como estipulaba el acuerdo.
Ambos ejércitos paralizaron el movimiento de tropas en la frontera. El portavoz del Ejército de Tailandia, Winthai Suvaree, explicó que detuvieron la movilización “que pueda causar confusión” en la región, donde unas 300.000 personas ya habían sido evacuadas por el conflicto.

Además de la paralización, se acordó una comunicación directa entre los jefes militares, y se comprometieron a propiciar el regreso de heridos o fallecidos producto de los cinco días de enfrentamientos armados.
Según Tailandia, 15 civiles y 14 militares perdieron la vida, mientras que 126 soldados y 53 civiles resultaron heridos, algunos de ellos con gravedad. Por su parte, Camboya no actualiza su cifra de muertos desde el fin de semana, cuando anunció la muerte de cinco efectivos y heridas en otros 21, a los que se suman ocho ciudadanos camboyanos muertos.
Pese al alto el fuego y el cumplimiento de los primeros puntos del acuerdo, el Ministerio del Interior de Tailandia se mostró cauto respecto a Camboya y solicitó a los desplazados en la zona fronteriza que retrasen el regreso a sus hogares hasta tener la certeza de que finalizó el conflicto.




