Guantánamo, con un rol más que controvertido en la guerra contra el terrorismo impulsada por George W. Bush, es una base naval estadounidense en territorio cubano. A más de 23 años de haber sido convertida en una prisión para los terroristas de Al Qaeda y los talibanes, Donald Trump pretende enviar allí a los “migrantes ilegales más peligrosos”.
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Donald Trump quiere usar Guantánamo para la migración ilegal
En pleno endurecimiento de las políticas migratorias, el mandatario estadounidense pretende que la base estadounidense en Cuba sea utilizada nuevamente como un centro de detención.
“Firmaré hoy un decreto ordenando a los Departamentos de Defensa y Seguridad Interior que comiencen a preparar las instalaciones para 30.000 migrantes en la bahía de Guantánamo”, anunció Donald Trump, una medida que duplicará las capacidades de la prisión.

Trump aclaró que Guantánamo será utilizada para albergar a “criminales en situación irregular”, aunque las recientes deportaciones de personas esposadas a Colombia, Brasil y México sientan un precedente de cómo se percibe la migración ilegal.
En ese sentido, el presidente de los Estados Unidos dijo que algunos de estos migrantes “son tan malos que ni siquiera confiamos en que los países los retengan, porque no queremos que regresen”, por lo que la deportación a sus naciones de origen no es una opción para Washington.
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Guantánamo: un pasado controvertido
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas y el Pentágono, el presidente George W. Bush declaró la guerra contra el terrorismo. Con arduas campañas militares en Afganistán e Irak, Estados Unidos pretendía acabar con la amenaza global que significa Al Qaeda y los talibanes.
La cacería en Medio Oriente buscaba poner fin a Osama bin Laden, una muerte que recién se dio en 2011. En el medio, los soldados estadounidenses abatían y capturaban terroristas. El presidente, con poderes extraordinarios otorgados por el Congreso, autorizó a la CIA a utilizar Guantánamo como una prisión a partir de 2002.

El estatus legal del territorio estadounidense en Cuba fue el fundamento para su elección. Al estar fuera de EE.UU., Bush entendió que los detenidos no gozarían de los derechos constitucionales que sí tendrían dentro del país. A su vez, el mandatario había dispuesto una orden ejecutiva que le permitió al Pentágono mantener a ciudadanos no estadounidenses bajo custodia indefinida, sin cargos.
Todo este marco propició el secretismo y métodos de interrogación y tortura que violaban los derechos humanos de los prisioneros de guerra otorgados por la Convención de Ginebra. Un total de 779 personas estuvieron alojadas en Guantánamo.
Associated Press, que permitió que se esclarezca la actividad en Cuba, la Corte Suprema de los Estados Unidos y la Organización de las Naciones Unidas intervinieron para su cierre, lo cual todavía no se concretó a pesar las promesas de Barack Obama y Joe Biden, y ahora con Trump podría postergarse de forma indefinida.