Estados Unidos hace realidad el plan de desarrollo del F-47, el avión de combate de sexta generación para la Fuerza Aérea. El presidente Donald Trump y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, le adjudicaron a Boeing un contrato por 20.000 millones de dólares para avanzar con el proyecto.
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Estados Unidos avanza con el F-47: los detalles del proyecto
En una ceremonia en el Salón Oval, el presidente de los Estados Unidos, anunció el lanzamiento del próximo avión de combate para la Fuerza Aérea, el F-47, bautizado por el republicano con el número de su segunda presidencia.
Junto al secretario de Defensa, comunicó que Boeing venció a Lockheed Martin, histórico constructor para las Fuerzas Armadas estadounidenses, y será la empresa encargada de desarrollar el caza de sexta generación.
Calificado como “el más avanzado, capaz y letal jamás construido”, Donald Trump elogió al F-47 por “su velocidad, su maniobrabilidad y su potencial de carga”. El costo de fabricación por unidad o el tamaño del modelo no fue especificado para dar demasiados detalles y “no comprometer la seguridad nacional”.

La tradicional compañía de aviones, conocida por sus modelos civiles y espaciales, recibirá un contratado valuado en 20.000 millones de dólares para el Programa de Dominio Aéreo de Próxima Generación (NGAD), el cual pretende reemplazar al caza furtivo F-22 “Raptor”, el modelo que inauguró la quinta generación.
Es la primera vez que Boeing recibe un contrato de este tipo después de haber intentado, en la década del 70, desarrollar el F-15 que fue adjudicado en ese entonces a su rival McDonnell Douglas. En los últimos años, la empresa estadounidense se enfocó en la carrera espacial y quedó golpeada por el escándalo de la Starliner que dejó a astronautas varados durante nueve meses en la Estación Espacial Internacional.
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Aviones de combate: ¿Se termina la era del F-22 “Raptor”?
De esta manera, Estados Unidos marca el comienzo de su incursión en la sexta generación de aviones y el F-22 “Raptor” podría ser una tecnología vendida al extranjero o quedar en la historia. El caza de quinta generación fue diseñado en la década de 1980 y desarrollado en los años 90. Su tecnología lo mantuvo vigente y marcó una época de superioridad aérea por su capacidad de adaptación, capaz de realizar desde operaciones furtivas a misiones de ataque a tierra e incluso guerra electrónica.
El F-22 fue una concepción de Lockheed Martin en una sociedad con Boeing que aportó las alas, la parte trasera del fuselaje, la integración de aviónica, y los sistemas de entrenamiento de los pilotos y todo lo relacionado con el mantenimiento.

En el plan operacional, este avión funcionó como un elemento de disuasión en distintos momentos álgidos de los últimos años. Fue desplegado en Corea del Sur durante la escalada de tensiones con Corea del Norte y cerca de Ucrania como un contrapeso a la superioridad aérea Rusia en el conflicto europeo.
Su bautismo de fuego fue en 2014 cuando fue designado a los bombardeos sobre posiciones del Estado Islamico, durante su expansión en Medio Oriente. Su intervención más conocida fue el derribo de un globo espía desplegado por China en Estados Unidos que llegó a las costas de California. El F-22 derribó la tecnología china en una altura de entre 60.000 y 65.000 pies, consiguiendo su primer objetivo neutralizado en el aire y, posiblemente, el ataque más exitoso a mayor altura de la historia.