Durante su reciente gira por Medio Oriente, Donald Trump cerró un acuerdo estratégico con Emiratos Árabes Unidos que podría redefinir el equilibrio global en materia de inteligencia artificial.
Este pacto contempla la exportación a gran escala de chips avanzados de Nvidia, esenciales para el desarrollo de IA, a empresas emiratíes como G42, que en los últimos años emergió como un actor central en la carrera tecnológica del Golfo.
El acuerdo, que permitiría el envío de hasta 500 mil chips anuales a partir de 2025, representa una apertura significativa frente a las restricciones impuestas anteriormente por Estados Unidos para evitar la transferencia de tecnología sensible a países con vínculos estrechos con China.
Te puede interesar: Inteligencia artificial: cómo es la nueva supercomputadora de escritorio de NVIDIA
Las claves del acuerdo entre EE. UU. y Emiratos Árabes
La compañía G42, con base en Abu Dabi, fue durante años una fuente de preocupación para Washington debido a su cooperación pasada con firmas tecnológicas chinas como Huawei. Sin embargo, como condición para recibir los chips de Nvidia, Emiratos comenzó a desmantelar esas alianzas y a reconfigurar su estrategia tecnológica en función de estándares más alineados con los intereses de seguridad estadounidenses.

Esta decisión no solo allana el camino para una mayor colaboración con empresas de Silicon Valley, sino que también posiciona a Emiratos como un polo emergente de innovación en inteligencia artificial, respaldado por gigantes como Microsoft y Oracle, que ya anunciaron su intención de construir centros de datos en la región.
El corazón del acuerdo se enmarca dentro de un proyecto aún más ambicioso denominado “Stargate”, una iniciativa trilateral entre Estados Unidos, Japón y Emiratos Árabes que apunta a la creación de una red global de centros de procesamiento y entrenamiento de modelos de IA. Con una inversión inicial de 100 mil millones de dólares y la proyección de quintuplicar esa cifra en apenas cuatro años, Stargate se presenta como una respuesta estratégica al avance de China en el desarrollo de capacidades computacionales de alto nivel.
Cuál es el rol de Nvidia en el acuerdo entre EE. UU. y Emiratos Árabes
Nvidia, como proveedor principal de hardware, no solo exportaría sus chips H100 y futuros modelos, sino que también participaría en el diseño y la optimización de la infraestructura necesaria para llevar adelante esta iniciativa.
Aunque el acuerdo aún se encuentra en fase preliminar y deberá superar varios obstáculos regulatorios y diplomáticos, ya genera tensiones dentro de Estados Unidos. Varios legisladores expresaron su preocupación por el riesgo de que esta apertura tecnológica pueda derivar en filtraciones o transferencia indirecta de conocimiento hacia rivales estratégicos.

No obstante, el equipo de Trump sostiene que garantizar el acceso a tecnología estadounidense por parte de países aliados como Emiratos es fundamental para contrarrestar la influencia creciente de China en regiones clave. En esta lógica, cerrar el mercado del Golfo a empresas como Nvidia solo empujaría a estos países hacia proveedores como Huawei, consolidando una esfera tecnológica adversa a los intereses de Occidente.
Desde el punto de vista económico, el acuerdo representa una oportunidad sin precedentes para Nvidia, que se consolida no solo como líder de mercado, sino como una herramienta geopolítica de primer orden para Estados Unidos. Los chips de IA no son simplemente componentes electrónicos: son la base del poder computacional necesario para entrenar modelos de lenguaje, visión por computadora, simulaciones científicas y sistemas autónomos.
En este contexto, el acceso a GPUs de última generación equivale a tener el control de una nueva forma de infraestructura crítica, tan importante como lo fueron en su momento el petróleo o las rutas comerciales.