Aviones de combate F-16 de la Fuerza Aérea de Venezuela realizaron maniobras cerca del buque USS Jason Dunham, parte de la flota que Estados Unidos destinó al Mar Caribe, como parte de sus operaciones contra el narcotráfico latinoamericano.
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Venezuela amenaza el despliegue naval de Estados Unidos
“Dos aeronaves militares del régimen de Maduro volaron cerca de un buque de la Armada de Estados Unidos en aguas internacionales. Esta maniobra altamente provocadora fue diseñada para interferir con nuestras operaciones en contra del narcoterrorismo“, advirtió el Departamento de Defensa de EE.UU. en un comunicado.
El organismo que preside Pete Hegseth recomendó a Nicolás Maduro y Diosdado Cabello que “no persigan ningún esfuerzo por obstruir, disuadir o interferir en operaciones antinarcóticos y antiterrorista llevadas a cabo por las fuerzas armadas estadounidenses”.

Estados Unidos acusó a Venezuela de utilizar los aviones F-16 para amenazar al buque USS Jason Dunham, un destructor dotado de misiles guiados Aegis de la clase Arleigh Burke que forma parte de la flota enviada por el Comando Sur al Mar Caribe como parte de una operación contra los cárteles de droga.
Hasta el momento, la única intervención de Washington en la región fue contra una lancha cargada con drogas que salió de las costas de Venezuela y pertenecía presuntamente al Tren de Aragua. Según expresó el presidente Donald Trump, era manejada por 11 miembros de la organización criminal venezolana y fueron eliminados tras el impacto de un misil.
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Los F-16 de Venezuela, fruto de una vieja relación
Los aviones de Lockheed Martin son uno de los principales modelos exportados por Estados Unidos al mundo. Venezuela fue uno de sus primeros clientes directos y aventajó a Latinoamérica con su compra en 1983 de 18 F-16A y 6 F-16B, que concretó la modernización de la Aviación Militar durante el mandato de Luis Herrera Campíns con vistas a un fortalecimiento duradero.

En ese momento, Estados Unidos y Venezuela atravesaban el mejor momento de sus relaciones bilaterales y fundamentó la adquisición de otros diseños como los aviones de transporte Lockheed C-130 y los helicópteros Enstrom, en sus variantes 280 y 480.
Con el ascenso del chavismo y las primeras señales de rasgos dictatoriales, la administración estadounidense ordenó en 2006 el embargo de las piezas de repuesto para el mantenimiento de la flota F-16.
Rusia reemplazó a los estadounidenses y reforzó la Fuerza Aérea venezolana con aviones de combate Sukhoi Su-30 y los helicópteros Mil Mi-17 que hasta hoy componen el poderío aéreo de Caracas.
De aquella compra en 1983, solo tres aviones de combate F-16 permanecen en actividad según el informe “World Air Forces 2025” de Flight International, enfrentando duras condiciones para mantenerlos vigentes debido a la falta de repuestos y la inaccesibilidad a los programas de actualización que gozan otros países clientes de Estados Unidos.




