En menos de una semana, Estados Unidos endureció su enfoque contra Venezuela y envió una fuerza militar a las costas del Caribe. Tres destructores de la Armada y un grupo anfibio compuesto por 2.200 marines podrían intervenir contra Nicolás Maduro y el Cártel de los Soles ante la atenta mirada de Latinoamérica.
- Te puede interesar: Maduro amenaza a Estados Unidos: el poder militar de Venezuela ante un eventual conflicto bélico
Cómo es la fuerza de Estados Unidos apostada cerca de Venezuela
Como nunca antes, Donald Trump decidió asignar sus recursos militares para combatir al crimen organizado en Venezuela, cuyo gobierno es acusado de tener nexos con el Cártel de los Soles, además del fraude en las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 que lo mantiene en el poder.
La Casa Blanca ya había aumentado la recompensa por información que lleve a la detención de Nicolás Maduro a 50 millones de dólares, convirtiéndose así en el criminal con el precio más alto de la historia de los Estados Unidos.
Ahora, los destructores USS Sampson, USS Gravely y USS Jason Dunham con misiles guiados clase Arleigh Burke se encuentran cerca de las costas venezolanas que dan al Mar Caribe. También fue desplegado un grupo anfibio compuesto por el buque de asalto anfibio USS Iwo Jima, la 22° unidad expedicionaria de los Marines, el avión de patrulla marítima P-8A Poseidon, y otras dos embarcaciones adicionales.

Se reportó la presencia de un submarino nuclear, cuya identidad no fue revelada y que no sería utilizado en una intervención militar en Caracas. La fuerza en su totalidad está compuesta por más de 4.500 efectivos, 2.200 de ellos marines con preparación para operaciones anfibias y desembarcos.
- Te puede interesar: OEA vs. Venezuela: qué pasa si se ratifica el fraude electoral
La posición dividida de Latinoamérica
Las maniobras militares en el Caribe suscitaron la reacción inmediata de los líderes de la región, aunque divididos por la naturaleza del régimen de Nicolás Maduro y el accionar criminal del Cártel de los Soles.
La dictadura de Cuba fue la primera en rechazar públicamente la presencia de Estados Unidos, calificándola de innecesaria y desestabilizadora. En una línea similar se posicionó la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, que reiteró su repudio a las operaciones militares extranjeras cerca de lo que considera “su área de influencia”.
Particular fue la postura de Gustavo Petro frente al despliegue de tres destructores por parte de Washington. El mandatario de Colombia había convocado inicialmente a una estrecha colaboración militar entre su país y Venezuela.
Sin embargo, el ministro del Interior Armando Benedetti expresó que no hay ningún tipo de acuerdo entre ambas naciones en el marco actual. Petro, en cambio, reiteró la gravedad de la presencia estadounidense: “Si invaden a Venezuela, el precio del petróleo baja de 50 dólares y Ecopetrol quiebra”.
Por su parte, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) condenó el “despliegue militar” de Estados Unidos en “aguas del Caribe”. Este bloque está compuesto por Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Granada, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, y Venezuela.

El asesor presidencial de Asuntos Internacionales de Brasil mostró su preocupación, pero ratificó que no reconoce al gobierno de Nicolás Maduro y que desde julio de 2024 sólo se mantuvieron en relación de Estados.
Si bien Paraguay y Ecuador no se pronunciaron concretamente sobre la escalada de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, decidieron declarar al Cártel de los Soles como organización terrorista.
En el caso paraguayo sólo resta la firma del decreto por parte del presidente Santiago Peña mientras que el gobierno ecuatoriano ordenó al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) investigar sus posibles vínculos con bandas criminales que operan en el país.
Estados Unidos se enfrenta a una Venezuela cada vez más aislada en la región y sometida ahora a una presión militar extranjera para lograr resultados contra el Cártel de los Soles y el flujo del narcotráfico hacia el norte.