En los últimos años, Estados Unidos ha enfrentado un incremento en los ataques llevados a cabo por individuos radicalizados. Aunque algunos están vinculados a grupos terroristas internacionales, como el Estado Islámico (ISIS), otros son casos de terrorismo doméstico impulsados por diversas ideologías extremistas. Estos incidentes subrayan una tendencia preocupante: el uso de vehículos como armas y la radicalización en solitario.
El 1 de enero de 2025, Estados Unidos fue sacudido por dos incidentes violentos en Nueva Orleans y Las Vegas, ambos investigados como posibles actos de terrorismo.
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Ataque en Nueva Orleans: quién es el exmilitar que atropelló a una multitud
En la madrugada del primer día del año, Shamsud-Din Bahar Jabbar, un veterano del ejército estadounidense de 42 años, embistió con una camioneta Ford F-150 Lightning a una multitud en Bourbon Street, en el Barrio Francés de Nueva Orleans, causando la muerte de al menos 15 personas y dejando a más de 30 heridas.
Tras el atropello, Jabbar fue abatido en un enfrentamiento con la policía. En su vehículo se encontró una bandera del Estado Islámico (ISIS), lo que sugiere que estaba inspirado por este grupo terrorista. Además, había armas y un posible artefacto explosivo en el vehículo.
El atacante de Nueva Orleans era un veterano militar con un historial de servicio en Afganistán. Esto añade una dimensión significativa: muchos veteranos enfrentan dificultades para reintegrarse a la vida civil, lo que puede incluir problemas de salud mental, desilusión política o económica, y en algunos casos, son susceptibles a la radicalización.

Jabbar dejó notas en las que mencionaba sentirse traicionado por su país y mencionó que su ataque era una forma de redimir lo que consideraba “pecados de la nación” en el extranjero. De acuerdo a reportes preliminares, su conexión con ISIS parece más ideológica que operativa, ya que no se han encontrado vínculos directos con células terroristas.
Estados Unidos: explosión de un Tesla en Las Vegas enciende las alarmas
Pocas horas después del atropello masivo en Nueva Orleans, un Tesla Cybertruck explotó frente al Trump International Hotel en Las Vegas, lo que provocó la muerte del conductor y lesiones a siete transeúntes. El vehículo contenía fuegos artificiales y latas de combustible en la parte trasera, lo que amplificó la explosión. Las autoridades están investigando este incidente como un posible acto terrorista.

Aunque los materiales usados eran rudimentarios, la explosión generó un impacto significativo debido a su ubicación estratégica frente a la icónica construcción que pertenece al Presidente electo. Las autoridades investigan si este acto fue simbólico, dirigido contra la figura de Donald Trump y lo que representa. Esto podría vincularse a un clima político polarizado, en el que figuras y lugares asociados con ciertas ideologías son blancos de ataque.
Cómo se podrían conectar ambos ataques terroristas
Ambos atacantes eran veteranos militares y alquilaron sus vehículos a través de la misma aplicación de alquiler de autos, Turo. Sin embargo, hasta el momento no se ha establecido una conexión directa entre los dos incidentes. El presidente Joe Biden ha indicado que las fuerzas del orden están investigando cualquier posible vínculo.
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Estos incidentes reflejan una tendencia preocupante de ataques perpetrados por individuos inspirados por ideologías extremistas, como el Estado Islámico, que han ocurrido en diversas partes del mundo en los últimos años. La participación de veteranos militares en actos de terrorismo doméstico también ha sido objeto de estudio, dado su entrenamiento y acceso a recursos.

La utilización de vehículos como armas viene siendo una táctica común en varios atentados, incluyendo los ataques en Niza (2016) y Berlín (2016). Los vehículos son fáciles de conseguir y, en la mayoría de los casos, no levantan sospechas. Al atacar en áreas concurridas, los vehículos pueden causar un alto número de víctimas.
Hace tan solo unos días, precisamente el 21 de diciembre, Alemania sufrió un trágico atentado en un mercado navideño en la ciudad de Magdeburgo, ubicada en el este del país. Un vehículo embistió a una multitud de personas que disfrutaban de las festividades, resultando en la muerte de cinco personas, entre ellas un niño, y más de 200 heridos.
Además, el uso de vehículos eléctricos, como el Tesla en Las Vegas, podría interpretarse como un intento de añadir un mensaje político o económico al ataque.

Por otro lado, la proximidad temporal entre los ataques podría indicar, según advierten los expertos, una posible planificación conjunta o una inspiración mutua. Aunque los atacantes no parecen haberse conocido personalmente, ambos comparten una narrativa de resentimiento hacia el gobierno y la sociedad estadounidense.
De momento, el FBI lidera las investigaciones para determinar vínculos con grupos internacionales o células domésticas. También se examinan las posibles fallas en los sistemas de seguridad que permitieron que ambos ataques ocurrieran. La propagación de ideologías extremistas en plataformas digitales sigue siendo una preocupación central, especialmente para prevenir la radicalización solitaria, por lo que en esa área se activaron todas las alarmas
Además, la implicación de exmilitares en este tipo de incidentes abrió la puerta a renovar los accesos a programas de salud mental y reintegración para veteranos.
Las autoridades continúan investigando ambos incidentes para determinar si existen conexiones adicionales y para prevenir futuros ataques. Se están examinando las motivaciones de los atacantes, sus posibles vínculos con organizaciones terroristas y la manera en que accedieron a los materiales utilizados en cada caso.
Como ya se ha observado en este tipo de investigaciones, la colaboración entre agencias federales, estatales y locales es crucial.